El estreno soñado en Miribilla
El Bilbao Basket sigue con paso firme, de la mano de Smith y un grupo que camina unido a su lado. El Betis, frío e individualista.
El último partido en Miribilla el año pasado fue un Bilbao-Betis. Una jornada se suponía que festiva para los ‘hombres de negro’ porque se dieron los resultados propicios para que entraran en el playoff si ganaban a un rival que no se jugaba nada. Pero falló Rafa Luz una canasta fácil bajo el aro que daba ese pasaporte. El primer encuentro de este año tenía los mismos protagonistas. Y muy diferentes ingredientes, dos proyectos aún en pañales, por definir. Ponsarnau va dando forma a su plan con la victoria como compañera de viaje. Un 2-0 que sabe a gloria, con muy buenas sensaciones. Construir algo dando una imagen compacta y por momentos deslumbrante es lo ideal para cualquier entrenador. Las dudas que pudo generar un verano caótico se han disipado en tres días. Precisamente el origen de la alegría actual está en esa adversidad: las lesiones y golpes de agosto-septiembre han dotado al grupo de una envidiable capacidad de resistencia y afán de superación.
Al Betis, por su lado, le queda mucho por arreglar en su laboratorio para que la fórmula funcione. Para empezar, la selección de tiro y el juego colectivo. Físicamente hay jugadores que no están bien (Bertans, por ejemplo, muy aplaudido en la presentación, es una sombra del superclase que militó en el Bilbao) y con tres partidos en una semana, incluyendo la Supercopa, la cita de Miribilla parecía un incordio. Todavía es un conjunto frío, que vive de las rachas de un Evans que es un lujazo en Sevilla, más esporádicas ayudas de BJ Johnson y Kurucs. Smith es el nuevo ídolo en la capital vizcaína, fue el que puso el sello a la primera escapada y a la fuga definitiva ante los verdiblancos. Pero la fuerza de este grupo va más allá, se muestra como una colección de jugadores disciplinados en la que todos aportan algo positivo y destapan su solidaridad cuando la cosa se complica. Al final no hubo ni emoción: 83-67 llegó a lucir el marcador poco antes del final. El 14-2 tras pérdidas tuvo bastante peso. Este equipo parece tener la situación bajo control en todo instante, transmite una seguridad aplastante.
Como toda primera sesión de un año que se presume largo, Miribilla tardó de descifrar las claves de este nuevo proyecto. Ya no está Mumbrú, 13 años después, desplegados en la faceta de jugador y entrenador, y tampoco hay un’ cinco’ dominante de estos que tanto han generado en la pintura (Larsen en LEB y Balvin y Delgado en ACB), de ‘dásela y que se apañe’. El equipo depende mucho de lo que fluya por fuera y los grandes están más para la intendencia que para la anotación. De todos modos, a estas alturas y tras un verano tan atípico por el Eurobasket y las lesiones, en la ACB todos están muy verdes. Más el Surne, que ha fichado a nueve hombres y al entrenador. Pero está armado hasta los dientes por fuera, van tomando el peso anotador sus hombres de perímetro y no es difícil ver 47 puntos al descanso como hoy sin hacer dos cuartos muy allá. Durante los partidos se ven con dificultades o errores, pero saben rectificar, aprender de ellos y no repetirlos. Al final, se aprecia un grupo serio, con casi todos aportando algo positivo dentro de sus virtudes, y con momentos espectaculares. Un bloque rocoso al que parece difícil derribar.
Los pupilos de Ponsarnau arrancaron con nervios, tal vez demasiado ansiosos por querer agradar a su parroquia tras el fantástico estreno en Badalona ante el Joventut. Se apoyaron en Smith para adquirir las primeras ventajas. Eso sí, faltaba claridad en ataque y fortaleza en el rebote. Todos auguraban que el Betis dejaría de ser tan errático en algún momento, y el marcador se encogería. Así que las celebraciones eran contenidas. Los verdiblancos llegaron a acumular un 0/9 en triples durante 14 minutos, hasta que rompió la sequía Evans, quién si no. Los ‘cuatros’ locales se cargaron con faltas y salió Rosa a dar una fantástica rotación, en su estreno como ‘hombre de negro’ y el quinto partido en ACB. Un triple suyo otorgó la máxima diferencia para los bilbaínos: 26-12. Entre Evans y Johnson empezaron a encender la mecha de los andaluces: 34-31, Ponsarnau puso entonces en pista el quinteto inicial. Había problemas cuando se quedaba el grande con un pequeño y Hakanson tomó la batuta en el primer momento peliagudo, dando soluciones en ataque.
RESUMEN
Alonso (4), Reyes (2), Sulejmanovic (2), Kyser (6) y Rosa (8).
Real Betis Baloncesto (12+27+13+18): Evans (19), Hill (9), BJ Jonhson (16), Kurucs (12) y Tsalmpouris (1) -cinco inicial-, Pozas (2),
Cvetkovic, Bertans, Almazán, Báez (3), Sylla (2) y Gerun (6).
Árbitros: Miguel Ángel Pérez Pérez, Vicente Bultó y Fabio Fernández. Sin eliminados.
Incidencias: Partido de la segunda jornada de la Liga Endesa disputado en Miribilla ante 7.223 espectadores, según datos oficiales.
Evans es una estrella de la Liga. Cuando se veía sobremarcado, se movía rápido y soltaba el balón, pero sus compañeros abusaban del individualismo: recibir, botar y tirar, aunque hubiera mejores opciones. El partido se atascó en el tercer cuarto: 11-13. Radicevic estaba sin confianza y fallaba canastas increíbles bajo el aro. Los regalos visitantes en tiros libres por faltas innecesarias ayudaron a dilucidar el choque. También la determinación local en el tramo decisivo, como en Badalona. En el momento de la verdad, al Bilbao Basket no le tiembla la mano. Andersson taponó una continuación de Gerun y Smith pasaportó el choque con un triple: 70-59, a falta de 4:13. Lo aplaudió el lesionado Goudelock vestido de calle en una esquina del banquillo, el hombre al que ha venido a sustituir el nuevo ídolo de Miribilla. Están en el quinteto de privilegiados equipos invictos esta temporada. Del 0-5 del arranque en 2021 a este esplendoroso 2-0 de 2022. Ahora, a pensar en la Champions.
Ponsarnau, satisfecho: “Todo el mundo está preparado para ayudar”
Ponsarnau acabó muy satisfecho con el triunfo de su equipo, del que destacó la “competitividad” de los jugadores y que “todo el mundo estaba preparado para ayudar y enganchado” al partido. “Hemos empezado con el pelín de nervios por las ganas de jugar con nuestro público y algo excitados, pero creo que hemos sacado provecho de esa excitación. El público ha visto que el equipo se esfuerza y tengo la sensación que ha habido muy buena comunión”, destacó el entrenador de los ‘hombres de negro’.
Ponsarnau destacó además la capacidad de su equipo para “aprender durante el partido” y la “competitividad” que mostraron los jugadores “cuando el rival exigió”. “Los bases están encontrando su juego, pero además tienen cabeza y mentalidad de bases. También nos da confianza tener un jugador con Adam (Smith) y dos ‘cincos’ -Withey y Kayser- que cada uno nos da cosas diferentes en momentos clave. Pero lo mejor es que podemos mejorar mucho y lo vamos a hacer”, agregó el preparador de Tàrrega.
Casimiro: “El Bilbao ha estado mucho mejor”
Luis Casimiro, admitió que el triunfo del Surne Bilbao Basket fue “merecido” porque su rival tuvo “más regularidad y criterio” y fue “mucho mejor” en el cómputo general del encuentro. “Cuando reaccionamos -en el tercer cuarto- dimos demasiados regalos de tiros libres con faltas innecesarias y ahí han vuelto a coger confianza y han cerrado muy bien el partido, sin apelación”, reconoció el técnico del equipo sevillano en su primera valoración del encuentro.
Casimiro añadió, sobre los bajos porcentajes de tiro de su equipo en la primera parte, que van a necesitar en el futuro “mejorar la selección de tiro y compartir más el balón” y agradeció también el “esfuerzo” y la “implicación” de jugadores como Almazán, Bertans o Báez por estar a disposición a pesar de sus problemas físicos. “Hay que crecer desde la competición y recuperar a la gente que tenemos tocada desde la Supercopa. Lo mejor es que vamos a tener semanas largas para trabajar y estamos empezando”, concluyó Casimiro.