El Unicaja resuelve en Lugo y mete presión al Real Madrid
Los de Ibon Navarro sacan adelante un discreto partido ante un Breogán despedido con bronca por su público. El Unicaja se jugará el liderato con el Real Madrid.
Vigésima victoria del Unicaja, en uno de sus partidos más grises de la temporada, ante un Breogán (65-76) atenazado porque las cosas no le salen y sigue en zona de descenso. Los malagueños salieron vivos de un mal primer tiempo, que fue rectificado en la segunda mitad en cuanto apretó en defensa, mejoró los rebotes y machacó a base de triples en el tramo final. Una victoria poco brillante, pero muy valiosa porque le permite mantener el pulso con el Real Madrid, a quien recibirá el próximo domingo en el Martín Carpena para jugarse nada menos que el liderato de la Liga.
Malos tiempos para el Breogán, un equipo de quien siempre se destaca que, en esta temporada, está teniendo mejor baloncesto que resultados. Esta vez no estuvo a la altura y penó sus 21 pérdidas, su desacierto exterior de sus mejores tiradores y doblegarse con el paso del tiempo en la batalla del rebote. Osetkowski (17 puntos y 24 de valoración) fue el más destacado del partido.
Mala primera mitad
Mal primer tiempo de los dos equipos. Muchos errores en el tiro con malos porcentajes, juego trabado y pérdidas en el Breogán (12) que, por el contrario, era mejor en el rebote. Las alternativas en el marcador eran poco ortodoxas. El marcador en el intermedio, 33-34.
El siguiente tramo mantiene los mismos parámetros de espesura, desacierto y con arreones de Tyson Carter y Nakic (42-45 min. 25). El Unicaja mejora en el rebote y abre el marcador con un 0-9 de parcial. (42-54 min. 27). Parecía que los malagueños podrían romper el encuentro. Lo hicieron.
El tercer cuarto, dominado por los de Ibon (13-22) se cierra con 46-56. A pesar del mal partido de jugadores clave como Perry (menos ocho de valoración y fuera de su mejor momento), Djedovic o Kameron Taylor el Unicaja ensanchaba las distancias (51-64). El Breogán parecía tocado y se apreciaba el run-run de su afición, preocupada porque el equipo no logra salir del furgón de cola.
Los lucenses trataban de sacar la garra y Sergi Quintela tira del carro con cuatro puntos seguidos. En un día flojo en cuanto a juego el Unicaja mantenía las diferencias gracias a su oficio. Dos triples del guadianesco Kalinoski matan al oponente (59-72 min. 36). Y es que los verdimorados tienen recursos ilimitados. Si uno está mal siempre hay otro al quite para echar un cabo. A los 37′ el marcador señala 61-72 aumentado con una bandeja de Taylor para sentenciar a falta de dos minutos ante el enfado de la parroquia local, poco conforme con las prestaciones de un equipo al que despidió con una fenomenal pitada. Mientras, el Unicaja espera en su casa al Real Madrid.