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Finalizado

LIGA ENDESA | 32ª JORNADA

El Palencia se libera de la presión

Partido de contrastes: el colista saca su calidad tras consumar el descenso y el Bilbao Basket sigue bajo mínimos. Hands, ahora sí, decisivo.

El Palencia se libera de la presión
Miguel TonaEFE

Es conmovedor ver a la afición de Palencia cubrir su penúltimo desplazamiento en la ACB, en esa preciosa aventura por la élite, sabiendo que esto se ha acabado, que desde la anterior jornada vuelven a ser carne de LEB. Unos 500 fieles se hicieron notar en Miribilla en una de esas canchas siempre apetecibles de visitar. Los que se piensan que estamos ante un cadáver pues resulta que el muerto está vivo. Ya no tiene esa losa de pensar que cada día se juega la permanencia, esa “navaja en el cuello” como dice su entrenador, y en la plantilla hay calidad, aunque no ha sido suficiente para perpetuarse entre los grandes. Sin presión clasificatoria, los chicos de Guil se ponen las botas a meter canastas. Y más si enfrente tienen a sus antípodas. El Bilbao Basket ha hecho todo lo que requería la campaña ya, en Europa y la ACB, y está recogiendo bártulos para ir pensando en el veraneo y en los retos del curso venidero. Va mermadísimo. Sin Hornsby y Smith apenas hay punch ofensivo, el equipo se está cayendo y se le ven las costuras. Su rival tiene seis triunfos y dos han sido ante el cuadro vizcaíno. Feo asunto. Corta la racha de siete derrotas consecutivas.

RESUMEN

80 - Surne Bilbao Basket (17+20+21+22): Pantzar (9), Kullamae (10), Rabaseda (2), De Ridder (21) y Killeya-Jones (13) -cinco inicial-; Renfroe (3), Rigo (4), Alex Reyes (3), Andersson (2) y Hlinason (13).

97 - Zunder Palencia (24+27+22+24): Van der Vuurst (9), Chumi Ortega (4), Hands (25), Kamba (3) y Pasecniks (12) -cinco inicial-; Frankamp (11), Ubal (2), Benite (13), Piñeiro (10), Haarms (1), Manu Rodríguez (3) y Chema González (4).

Parciales: 17-24, 37-51 (descanso), 58-73 y 80-97 (final).

Árbitros: Martín Caballero, Cristóbal Sánchez y Raúl Zamorano. Sin eliminados. 

Incidencias: Partido de la jornada 32 de la Liga Endesa disputado en el Bilbao Arena ante 8.127 espectadores. Dato oficial. Entre ellos numerosos seguidores visitantes.

Ubal, el ‘uruguasho’, fue recibido con el cariño sospechado en Miribilla. El chaval va de cesión en cesión con ganas de ‘romperla’ y llamar a la puerta del Barça, que conserva sus derechos. El equipo de Ponsarnau tardó dos minutos en anotar y cuando lo hizo, Hands estaba ya en órbita. Eso se mantuvo todo el partido. Este capitalizó el arranque porque cometió una antideportiva que fue una señal para reenganchar a los locales. La afición palentina estaba de fiesta, es mejor disfrutar de lo que queda antes que hacer tragedias por lo que ha pasado. Por ejemplo, enorme ovación a Chema González, un tipo curtido en mil batallas, no juega con un violín pero es todo pundonor. Y a Manu Rodríguez. Dos obreros muy reconocidos en su cancha. Cada uno que desfilaba al banquillo escuchaba a un coro pidiendo el ‘Quédate”.

Killeya-Jones tuvo un inicio espantoso, que condicionó muchas cosas. Ponsarnau se desesperaba y probó con una zona, tan blanda como la defensa individual que tan poco le estaba gustando. La dinamitó Piñeiro con un triple. Entre pérdidas y errores en los triples, el choque se fue ladeando hacia los visitantes. Benite anotó una canasta desde el arco: 19-31, llevaba su equipo un 6/8. El colista tenía pasillos cómodos y tiros sin puntear, así que sus circulaciones eran sencillas, siempre encontraban una mano suelta, sin vigilancia. A la décima, el Bilbao Basket metió una de tres, con De Ridder como protagonista. Guil tenía claro que la clave pasaba por desgastar a Kullamae, el único ‘dos’ anotador rival. Y lo logró. Ya se cargó pronto de faltas y su testimonio en los 40 minutos fue menor del que exigía el guion.

En el tercer cuarto la ventaja se fue a los 16 por parte visitante: 41-57. La afición palentina crecía y crecía soñando un segundo triunfo contra los bilbaínos este año. Los deberes están hechos por parte del Surne, pero el público le pide un esfuerzo último y se está enfadando. Sin Hornsby y Smith su producción ofensiva se revela insuficiente hasta con un recién descendido. Parecía asomarse una reacción, pero se encargó de abortarla Van der Vuurst. Incluso llegó la máxima diferencia con un triple de Piñeiro a 5:25 para acabar: 64-82. Luego se llegó a +22. Hands seguía a lo suyo, se fue al grito de MVP, aunque ahora todo esto vale para poco, lo que cuenta es lo que ha hecho hasta el pasado sábado. El único que no se rendía era De Ridder. Ponsarnau ya puso ayer sobre la pista de que no le gustaba nada cómo había entrenado su equipo durante la semana. Y esta ley del escaso esfuerzo dejó a las claras el porqué de su desazón. La Peña Hirukoa se fue donde el sector visitante a gritar ‘Palencia es de ACB’, ‘Esto, esto, esto es baloncesto’, ‘Bilbao Basket’ y ‘Que bote Miribilla’. Una sonrisa en un partido sin gran cosa en juego. La otra cara de la moneda fueron los pitos, pocos eso sí, a Ponsarnau al retirarse. También hubo durante el partido a algún jugador como Renfroe.

Ponsarnau: “Tengo la sensación de que Palencia nos ha pasado por encima”

Ponsarnau admitió tras la abultada derrota que no hubo opción. “Lo que ha pasado durante la semana en los entrenamientos se ha reflejado en el partido. Y es que si no estás al cien por cien cualquier equipo te pasa por encima y tengo la sensación de que Palencia nos pasó por encima”, admitió. Para el preparador de Tàrrega el “cambio del ritmo de rotación” después de la segunda falta personal de Kullamae a los cinco minutos de partido les hizo “perder punch ofensivo”.

“Con la rotación se nos ha caído el equipo y ellos han cogido diferencias y han jugado con mucha confianza”, subrayó un Ponsarnau que confesó que tanto él como sus jugadores han acabado el partido, como sus aficionados, “enfadados y disgustados”. “Nos ha faltado respuesta mental. El partido ha sido una calamidad para lo que somos como equipo. Me voy jodido y el equipo se va muy jodido, pero el lunes volveremos a intentar afilar el hacha a ver si conseguimos que corte algún tronco todavía”, concluyó Ponsarnau.

Guil: “Es uno de esos días que te sientes afortunado de ser entrenador”

Luis Guil aseguró que vivió “uno de esos días en los que te sientes afortunado de ser entrenador”. “Entrenar a un grupo de jugadores que, a pesar de haber bajado el pasado domingo, hacen este esfuerzo y muestran este compromiso por este club, esta ciudad y esta afición para mí es algo que a veces vale más que perder o ganar”, subrayó el técnico del equipo palentino en su valoración del encuentro. Espera que en los dos partidos que les restan para cerrar esta primera etapa del club en la Liga Endesa, frente a Obradoiro y Unicaja, sumen “alguna victoria más” para que “esta afición que nos acompaña a todos los sitios y que ya he dicho que es la mejor del mundo se vaya con buen sabor de boca después de un año viviendo el sueño de la ACB”.

“El compromiso de los jugadores ha sido extremo. Entrenar a este equipo ha sido muy fácil y quizás nos ha faltado competir los partidos, pero es que el 80% de los jugadores no había competido nunca en ACB”,finalizó apuntó el técnico sevillano.

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