El Bilbao Basket al fin demuestra que tenía la lección aprendida
A la tercera, en Granada, fue la vencida. Resolvió un partido exactamente igual que los de Murcia y Gran Canaria, que se dejó arrebatar.
Parece mentira que un equipo tan desahogado esta temporada, que se pasea por Europa, que ha ganado al Madrid y que dispone de una plantilla con una pinta estupenda se jugara poco menos que una final en Granada, ante un rival medio desahuciado y desnortado. Pero así llegaba el Bilbao Basket. Porque le condenaba su pasado reciente, dos derrotas a domicilio ante el UCAM Murcia y Gran Canaria en compromisos que tenía empaquetados, pero se asustó ante defensas de esas que ponen en acción un baloncesto de “lucha libre” como calificó acertadamente a definir Ponsarnau esta noche. Saltan a la cancha jugadores como Ubal, bien conocido en Miribilla, que lo pelea todo y mete unos leñazos tipo Topuria a Jones sin que le castiguen con antideportiva. Eso desconcierta a los hombres de negro, aunque la lección de hoy les puede servir para proseguir su camino con más firmeza y convicción. Si llegan a dilapidar los 20 puntos que tuvieron de ventaja, las secuelas se habrían amplificado mucho más que las de Murcia y Las Palmas. Porque este Granada tiene una pinta muy fea, tal vez le esté llamando a la puerta la Funeraria el Descenso. No sabe lo que es ganar en casa, donde se supone que cimenta sus esperanzas. Como colectivo dejan bastante que desear, cada uno hace la guerra por su cuenta.
En el día de los palizones (Zaragoza a Breogán y Manresa a Unicaja), para el Bilbao Basket habría sido un batacazo caer simplemente por uno en casa del vicecolista, una vez que tuvo controlado el choque quitando algún apurillo en los cinco minutos iniciales del último cuarto. Le faltó cierto instinto asesino, le castigó la agresividad de los de Pin y dio vida al rival, enredándose en preocupaciones arbitrales y mostrándose medroso ante la leña de los nazaríes. Pero Hlinason supo llevar las aguas a su cauce imponiéndose bajo los aros y permitió regresar al carril de la victoria tras dos tropiezos seguidos. Antes que él, Pantzar cuajó unos minutos excepcionales con sus prodigiosas entradas a canasta ante todo lo que se le ponga delante. Como si le cae un meteorito gigante encima, él ante todo cumplirá su misión de llevar el balón a la cesta.
Los bilbaínos suman la segunda victoria fuera en once meses. Fue un dominio abrumador, de principio a fin. No habían ganado desde marzo, ante el Breogán en Lugo. Ponsarnau no había vencido en el Palacio al actual club, aunque sí lo hizo con el proyecto anterior. Sus muchachos llegaban con lo que en motor se llama ritmo de carrera, con un montón de partidos entre previa europea, ACB y Europe Cup. Eso también implica viajes agotadores y la gasolina podía echarse en falta al final de tantas curvas. Así que mejor no llegar a desenlaces inciertos. Por eso arrancaron con potencia: 2-14, ante un rival que se veía con muchísimos menos recursos. Pero los de Pin despertaron subiendo la defensa y los puntos de Vicedo descentraron a los vascos. La primera rotación de interiores, con Gielo y Jones, no fue nada buena, y las pérdidas tenían rápido castigo por parte del Covirán. La segunda unidad no fue capaz de mantener el listón de los titulares. Rousselle empezó a generar desde el pase, encontrando a muchos compañeros y dinamizando el juego.
De todos modos, De Ridder, el profesional intachable, recuperó la seriedad del grupo para poner el 22-35 con un mate, luego ampliado por dos tiros libres anotados de Frey. Al descanso el Surne, muy superior en el rebote, llevaba una ventaja de 11. El Granada empezó a anotar cerca del aro en el segundo tiempo. Wiley, un tipo hiperactivo muy sobrevalorado en la Liga que no sabe usar su cuerpo, intentaba embarullar el choque. Los pitos de los aficionados asomaban por el Palacio cuando el Bilbao Basket se fue con 38-56 a 14:35 para acabar el tercer acto tras cinco puntos seguidos de Frey. Ubal empezó a repartir cera sin excesivo castigo arbitral. Jones puso el techo en cuanto a ventaja visitante con dos tiros libres: 42-62, a 1:26 para cerrar el último cuarto.
Una técnica a Pin (57-68 a 7:21) espoleó a los locales. ¿Sería como con Lakovic en Granca, el principio del fin del Surne? La defensa a la desesperada en toda pista fue ayudando a los nazaríes. Los bilbaínos fallaban en ataque y eso los desconectaba atrás. Las marrullerías les arrancaban de su estado de felicidad. Rahkman sacó una pierna ante Bamforth tras un tiro y le pitaron personal en ataque, De Ridder cometió una antideportiva... Esta vez Ponsarnau encontró a los hombres que entendieron cómo salir del atolladero. Los tiros libres no fueron una condena por fin. Rahkman, por ejemplo, dejó lo mejor para los instantes de agobio con dos fantásticas penetraciones. También surgió Hlinason para fulminar la esperanza del Covirán.
Pin: “Sólo jugamos como equipo los diez últimos minutos”
Pablo Pin destacó que sólo jugaron como equipo “los diez últimos minutos”. “Nuestro inicio marca el partido. Empezamos mal, sin trabajo físico y sin concentración en algunas cosas. Y estuvimos mal en el segundo cuarto, con pobres porcentajes que le dieron una ventaja que luego es muy difícil remontar”, reflexionó.
“Si contra Tenerife juegas 35 y no ganas, imagina jugando sólo diez”, sentenció el técnico. “Hay que reflexionar todos. Falta mentalidad y concentración, tenemos que volver a recuperar la confianza para salir a por todas a los partidos y no esperar”, indicó Pin. El técnico siente preocupación por “no ver en el partido al equipo que se ve durante la semana”. “Entrenamos bien, duro y con mentalidad, y en los partidos no hacemos el mismo trabajo que durante la semana”, declaró. “Esto acaba de comenzar y no vamos a hacer una tragedia, la vida nos enseña lo que es una tragedia de verdad”, reconoció.
En este sentido, aprovechó para “mandar un abrazo a toda la gente de Valencia y agradecer a todos los que han aportado su granito de arena en la recogida de productos de primera necesidad para echar una mano”.
Ponsarnau: “Les atacamos bien a partir de tener ritmo en defensa”
Ponsarnau destacó tras la victoria que atacaron bien “a partir de tener ritmo en la defensa”. “Hemos jugado bastante bien. Ellos nos crearon problemas con sus cambios de defensa y al final tuvimos que remar contracorriente con el marcador a favor”, valoró. “Nos cuesta cuando los partidos se convierten en lucha libre, vamos a aprender de estos partidos tan duros”, añadió.
“Al final nos faltó encontrar jugadores que entendieran el momento y encontramos cierta elocuencia castigando su agresividad y estuvimos bien desde el tiro libre. Ya se nos escaparon partidos así en Gran Canaria y Murcia”, sentenció. El preparador de Tàrrega comentó que están “muy contentos con el grupo” porque tienen “fuerza, intensidad y buena mentalidad” lo que les hace poseer “buena química” y ser “mejor equipo que el año pasado”.
El técnico quiso dejar claro que “hay cosas más importantes en las vidas que el baloncesto”, por lo que animó “a toda la gente de Valencia, que va a dar una lección de cómo levantarse”.
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