El Bilbao Basket se asegura el liderato y pasa de fase
El equipo de Ponsarnau ganó al débil Sibiu en el tramo final y mantiene el pleno de victorias. Un triunfo del Anwil ante el Gladiators le garantiza el primer puesto.
Un partido europeo entre un líder de grupo y el colista, en situación inversa de 4-0 y 0-4, con prácticamente nada en juego, solo puede deparar lo que se ha visto en el Salón Transilvania esta tarde. Un choque sin tensión, con probaturas y jugadores tratando de lucir de forma individual. Solo había una cosa en juego: la posibilidad de asegurar matemáticamente el billete del primer puesto y el acceso al Top-16 para los hombres de negro si su triunfo se combinaba con la derrota del Gladiators. Ambas variables se cumplieron y ya se conoce algún rival para la siguiente fase: el Balkan búlgaro y el Gottingen alemán o Varese italiano, además del peor de los seis mejores segundos clasificados. Sigue el pleno. Un pabellón pequeño, con una entrada normalita pero ruidosa, y la sensación de que para el Bilbao Basket era más importante recuperar el sabor de la victoria que los puntos en juego, antes de afrontar el importante compromiso del fin de semana ante el Joventut, una oportunidad para romper la racha de cuatro derrotas consecutivas en la ACB. Además, el choque en teoría solo valía para ser campeón del Grupo B, ya que el resultado se anulará en la segunda fase por producirse ante un equipo que se va a quedar fuera.
Renfroe y Killeya-Jones no viajaron por precaución, para estar frescos ante la Penya. Desde el inicio ya se atisbó que el choque iba a ser más blandito que una almohada de plumas. Arrancó a tirones, con 0-5 para los vizcaínos y un 9-0 para los rumanos. Con empate a nueve, Pantzar ya llevaba siete puntos. Luego tomó las riendas Smith. Entre ellos pasaportaron el choque. Los jugadores de Ponsarnau se limitaban a pasarse el balón por fuera para buscar un tiro de los exteriores. Y eso que en muchas ocasiones tenían enormes pasillos para penetrar. Su defensa tampoco era de lo más severa y permitía anotar en cortes sin balón. Había que incorporar a más gente en la producción al margen del uno y el dos.
El cuadro de Rinkevicius aprovechó las facilidades en su ataque para ponerse 16-9. Uta, el techo interminable del Sibiu, cometió su tercera falta en el primer tiempo y condicionó mucho a los rumanos bajo el aro. Dragoste cometió una falta antideportiva, que elevó un poco, no mucho, la intensidad de la pachanga. Gavriloaia metió un triple en el último segundo antes del descanso para mantener la emoción en el luminoso: 39-38. La motivación iba subiendo en las filas del modesto equipo de la zona media rumana. Pratt, un jugador de lo más gesticulante, y Smith mantenían un bonito duelo anotador. Al menos subió algo el interés en tres vibrantes segundos de final de tercer acto, con un mate de Hlinason y una canasta acto seguido en el otro aro, un triple de Ivanov. El islandés logró buenos números, pero son bastante engañosos. Reyes, que pasa un momento bajo de forma, jugó muy poco. Otra vez le clavaban una supercanasta al Surne sobre la bocina. Tuvo que ser revisado por los árbitros en el instant replay: 58-61. Barro, ex ACB, era el más peligroso de los amarillos. Un 0-12 sacó del letargo a los visitantes, que gracias a ese muelle se fueron al 63-73. El cuarto final acumuló muchos fallos en el tiro. De nuevo cogió las riendas Smith y se acabó el debate. Para esto viene bien la FIBA Europe Cup. Para hacer cumplir la lógica y salir con una sonrisa.
Ponsarnau: “Valoramos la victoria, el trabajo y seguir invictos”
Ponsarnau valoró el triunfo “a pesar de no haber hecho un buen partido” y también ponderó “el trabajo realizado para que sirva para siguientes” encuentros. “Y también por seguir invictos en esta competición y en un grupo en el que la FIBA no nos daba como favoritos para ser primeros de grupo”, subrayó el técnico de Tàrrega. Admitió que fue un encuentro “complicado” al que les “costó entrar” y también “encontrar jugadores metidos en el partido”.
“Ellos estaban jugando un partido importante a nivel de sensaciones porque se despedían en casa y querían hacerlo bien y han encontrado mejores sensaciones. El segundo, tercer y último cuarto los ganamos, pero no sin problemas. Las sensaciones no acababan de ser nuestras”, admitía.
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