La Copa de lo imposible
El Unicaja, vigente campeón, juega en casa y es el favorito junto con el Madrid. Ningún anfitrión ha ganado el torneo desde 2002. Y solo el Real y el Barça han encadenado dos éxitos.
Las previas de la Copa conservan una esencia invariable cada año, una mezcla de ambiente festivo, ilusión e incertidumbre, y presión añadida para los favoritos. Siempre sobre la mesa la imprevisibilidad del formato, incluso en los años de dominio férreo de los grandes, porque el resquicio a la sorpresa estaba ahí. El curso pasado en Badalona, sin embargo, hubo algo más, un extra con el plan de Ibon Navarro y el fervor de la hinchada malagueña en la grada, con aquella final Unicaja-Lenovo Tenerife. El torneo recuperó su naturaleza más pura, la del KO, la de los 90, cuando entre 1992 y 1998 hubo siete campeones diferentes en siete ediciones. Un regreso a lo que lo hizo grande que se mantiene este año al margen del ganador final, porque casi los ocho equipos presentes desde hoy en Málaga sienten de verdad que tienen opciones. Hay unanimidad en señalar al Madrid, que hoy alza el telón ante el UCAM Murcia (su verdugo liguero hace un mes), y al Unicaja como favoritos, seguidos por el Barça, más atrás el Valencia, el Gran Canaria… Gran pulso entre ambos esta tarde. Y ojo al Lenovo, finalista en 2023 y revitalizado con el momento de Marcelinho y el fichaje de Kyle Guy.
Ante todo, es la Copa de Málaga, porque la ciudad, la ACB y la Junta de Andalucía tratan de convertirla en un evento global de una semana más allá del baloncesto. Y es la Copa de un Unicaja que defiende el título en casa, a la caza de un imposible, porque los locales luchan con una doble maldición que, más que desventura, refleja fielmente la complejidad del torneo. El anfitrión lleva 22 años sin trofeo (Baskonia, 2002) y antes solo lo consiguió el Zaragoza en 1984. Y el campeón, salvo que fuera el Madrid o el Barça, jamás ha repetido éxito a la temporada siguiente desde que echara a andar en 1933 la Copa de España.
Las rachas y el peaje europeo
Un doble desafío para la escuadra verde al límite de lo imposible, un equipo que llega tras vencer en 17 de las últimas 18 jornadas de Liga. Favorito, aunque no menos que el Madrid, que se llevó la Supercopa en septiembre y ha ganado 43 de sus 50 partidos del curso en las tres competiciones. Y la Euroliga no es la Champions FIBA. Para los blancos, también para el Barça, será como otra semana en la oficina con doble jornada continental. Es decir, tres duelos complejos en una semana, lo habitual en su campaña, algo que el Unicaja no afronta de la misma manera, cuando, además, los encuentros en los que puede acusar más el desgaste son los de Europa, 48 o 72 horas después de sus compromisos ligueros. Los dos grandes más el Valencia, en cambio, pagan ese peaje en España los fines de semanas tras exprimirse el jueves o el viernes en el continente.
El Madrid tiene por primera vez en este curso la plantilla al completo desde hace una semana y Málaga le trae buenos recuerdos, allí celebró su último éxito copero, en 2020, el 28ª de su palmarés. El Barça, con 27, aspira a darle caza.