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Copa del Rey 2025

El curioso caso de Marcelinho Huertas y de Creus, LeBron, Jabbar, Sabonis, Meneghin…

El base brasileño hace historia en la Copa con 41 años y 8 meses como líder de La Laguna Tenerife, un ejemplo singular aunque no único en el baloncesto mundial.

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Ricardo González
Licenciado en Periodismo en 1997 y desde ese año redactor de Diario AS. Se apasionó del baloncesto europeo mucho antes, cuando era un niño en los 80, y en la actualidad es cronista del Real Madrid, del que ha cubierto más de mil partidos entre la ACB y la Euroliga. Estuvo en Japón 2006, en el primer Mundial que ganó España.
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Marcelinho Huertas es desde el jueves el jugador más veterano en disputar una Copa con 41 años y 8 meses. Pero eso es casi lo de menos, porque se presenta en semifinales como la estrella de los cuartos, el jugador más determinante. Lideró el jueves a la Laguna Tenerife a un triunfo ante el Barça de esos que se recordarán: 22 puntos, 6 rebotes, 6 asistencias y 30 de valoración, +17 con él en pista, absolutamente decisivo en el tramo vital. Es mucho más que el récord de longevidad, porque sería noticia si tuviera 25 años. Pero no los tiene. Uno de los contadísimos casos de ser una figura con más de 40.

Huertas lleva a lomos al equipo aurinegro tras un cuarto de siglo de carrera profesional. Los casos como el suyo son muy escasos y no dejan de generar elogios, incluidos de compañeros de profesión. “Algunos me mandan mensajes de admiración. Que te digan que lo que haces a esta edad es fuera de lo normal se agradece, pero la motivación tiene que venir de uno mismo”, explicaba tras tumbar a su exequipo, un Barça donde también jugó Joan Chichi Creus, que se retiró en 1999 camino de cumplir 43 años después de ganar con el Manresa la Copa con 39 y la Liga ACB con 41 como MVP en ambas ocasiones.

El Barça quiso ficharle

En España, por ser ambos bases, por entendimiento del juego y ascendencia sobre sus compañeros, Creus y él quizá sean los dos casos más comparables, aunque la carrera internacional del brasileño, incluidas su dos campañas en los Lakers, va muchísimo más allá. Ambos coincidieron en el Barça, cuando Creus eran director deportivo, y Marcelinho nos recuerda que el de Ripollet le contaba que sus mejores años vinieron a partir de los 35. Una maduración que experimenta ahora en sus propias carnes más de una década después. Hasta tal punto que el Barça ha intentado ficharlo esta temporada para paliar sus males, pero la oferta no merecía la pena para abandonar el proyecto de La Laguna Tenerife ni por cuantía económica ni por duración del contrato.

Porque el secreto de Huertas es él, su comprensión del juego, su preparación física y mental, su ambición; pero también Txus Vidorreta y cómo ha estructurado el equipo para que luzca al máximo, más de lo que lo hace cuando va con Brasil. Más que en ningún otro sitio. Lo explica perfectamente el entrenador vasco: “En su gran nivel actual tiene mucho que ver la confianza que le hemos dado y la relación que tengo con él. No se entiende este Marce sin su fichaje por La Laguna Tenerife. Era un jugador al que se le estaba mirando más el carnet de identidad que la capacidad para rendir. Desde que ha llegado aquí solo valoramos su rendimiento. Eso es lo que ha cambiado, el grado de confianza que los dos tenemos desde hace un montón de años. A mí me hubiera gustado que hubiera continuado conmigo en Bilbao una temporada más (en 2008), y era lo que él quería, pero existía el derecho de tanteo y no pudimos evitarlo (se marchó a Bolonia, a la Fortitudo). Ahora nos estamos sacando esa espinita en forma de títulos, de participaciones un año sí y otra también en semifinales de la Copa, del playoff, siempre entre los mejores”.

El interés de Obradovic

Vidorreta cree que tendría sitio en cualquier equipo y el jueves reveló un secreto: “Su nivel en estas seis temporadas en Tenerife es de Euroliga. El verano pasado tuvo una oferta de un entrenador insigne, uno que ha ganado más Euroligas que nadie (ese es Obradovic); pero estoy muy contento de poder disfrutarlo al menos una temporada más, porque renovó hasta junio de 2026″.

Los casos de Parish, Abdul-Jabbar, Jordan...

Su caso, decíamos, no es único, ahí estuvo Creus siendo MVP con 41 años. Pero hay más jugadores que a los 40 marcaron diferencias, o si no lo hicieron, lograron conquistas importantes, como el El Jefe, Robert Parish, que se colocó su cuarto anillo de la NBA en 1997 con la camiseta de Chicago Bulls a los 43 años y 9 meses después de hacer historia en la década anterior con Boston Celtics. El pívot no participó ni en las semifinales ni en la final del que era el quinto título de Michael Jordan de los seis que lograría. Por cierto, Jordan colgó definitivamente la camiseta en su etapa final con Washington Wizards con 40 años, el primero de siempre en la Liga en anotar 40 o más puntos con esa edad (hizo 43 ante los Nets). Otro de los mejores de siempre, Kareem Abdul-Jabbar, se marchó con 42 años tras ganar la NBA con los Lakers con 41 (1987-88), curso en el que aún promedió casi 15 puntos y 6 rebotes.

Si es por rendimiento, el caso más llamativo en la competición norteamericana es el de LeBron James. El alero de los Lakers cumplió 40 el pasado 30 de diciembre y promedia en lo que va de curso 24,3 puntos, 7,7 rebotes y 9 asistencias. Una salvajada, y quiere otro anillo, ahora junto a Luka Doncic.

En España, el eterno Darryl Middleton, un pívot con un cuidado por su cuerpo extremo, participó en la ACB con 44 años y 9 meses. Felipe Reyes se marchó en 2021 con 41 y Albert Oliver, en 2022, a unos días de cumplir 44. En los 80, el gran Wayne Brabender colgó las botas en 1985, justo el año que cumplía 40. Para aquella época era una barbaridad y con una rodilla muy tocada.

Sabonis, Meneghin y Marzorati

En Europa recordamos al gran Arvydas Sabonis llevando a las puertas de la Final Four a su Zalgiris en 2004 camino de cumplir los 40 y todo como MVP de la Euroliga. Ser el mejor a esa edad y con las lesiones tan incapacitantes que arrastraba, solo anda al alcance de una leyenda, como la que fue el italiano Dino Meneghin, el jugador que más Copas de Europa ha levantado en la historia, siete, la última con 38 años con el Olimpia Milán en 1998. Pero aguantaría en activo seis temporadas más, hasta los 44 de edad.

Un compatriota suyo, Pierluigi Marzorati, un enorme base de los 80, regresó simbólicamente a las canchas un domingo de octubre de 2006, con 54 años y casi un mes, para convertirse en el jugador más longevo en disputar un partido oficial, Apenas completó un par de minutos en cancha, los suficientes para recibir un gran homenaje. El único que ha jugado en cinco décadas diferentes, cinco, los 60, 70, 80, 90 y 2000. Y es imposible olvidarse de otro brasileño como Marce, de Oscar Schmidt Becerra, Mano Santa, el mayor cañonero de la historia, que dijo adiós con más de 45 años y tras anotar 49.737 puntos. En pie.

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Carreras dignas de una profunda admiración, de las que hay pocas, como la de Marcelinho Huertas, gran leyenda del baloncesto español que aún no ha escrito toda su historia.

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