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CAZOO BASKONIA

Colocan a Sfairopoulos en el Baskonia

Peñarroya y el club tienen libertad de movimientos para decidir su futuro. Su continuidad no está asegurada a pesar de tener un año más de contrato con la entidad vitoriana.

Vitoria
Sfairopoulos con el Olympiacos
Carlos DiazEFE

El Baskonia y Peñarroya están en fase de reflexión. No está nada claro que el egarense siga en el banquillo vitoriano después de una temporada en la que ha tenido un equipo capaz de desarrollar un baloncesto efervescente pero también de tropezar en los momentos clave. Cayó con el Joventut, a las primeras de cambio, en la Copa y en el playoff de la liga. Estuvo toda la temporada entre los ocho primeros en la Euroliga pero perdió ese privilegio en el momento definitivo perdiendo con el Olympiacos y viendo cómo el Zalgiris vencía al Bayern en Alemania.

Aunque tenga contrato en vigor, hay libertad de movimientos. El final de temporada ha sido algo frío y, en la cena del club del viernes por la noche, se le vio en un lado de la foto y sin la equipación oficial del club. Exactamente igual que unas horas antes en el acto de firmas de autógrafos en la tienda del club del centro de la ciudad. La causa por la que no se activa la continuidad segura es por no llegar a semifinales de Copa y de Liga y no haber entrado en el Top-8. Esa cláusula le permitiría al club romper el vínculo con muy pocas consecuencias económicas.

Esa indefinición en la que se vive ahora provoca que vayan saliendo nombres. El primero es el del griego Ioannis Sfairopoulos, un entrenador que gusta mucho desde hace tiempo en el Buesa. Nacido en Salónica, con 56 años, ha trabajado en el PAOK, Kolossos, Panionios, Olympiacos y, últimamente, Maccabi de Tel Aviv. Existe una limitación que es el idioma. Al dueño del club, Josean Querejeta, le gusta departir con su entrenador tras los partidos y en el caso del griego esa comunicación no sería tan sencilla. Ya le ocurrió cuando se le pasó por la cabeza hacer una oferta a Radoncic.

En cuanto a la plantilla, crecen las opciones de la marcha de Thompson al Armani Milán. Este verano va a conseguir el pasaporte transalpino al estar casado con una mujer italiana. Incluso podría jugar con este país en el Mundial. Su cláusula de rescisión ronda los 600.000 euros y el salario que le van a poner encima de la mesa será de un millón de euros. Otro jugador que podría salir al mercado es Markus Howard, con contrato en vigor un año más. El tener vinculación no significa necesariamente seguir en la plantilla. Son los casos, por ejemplo, de Heidegger y Hommes, que apuntan a salir.