Surne BilbaoBLB
79
Leyma CoruñaCOR
67
Finalizado
Liga Endesa | 31ª Jornada

Bilbao es de ACB; Coruña, no

El equipo de Ponsarnau sigue siendo infalible en casa ante los rivales directos y logra la permanencia. El Leyma cierra su efímero paso por la élite.

Bilbao es de ACB; Coruña, no
AIOL
Alfonso Herrán
Coordinador en la delegación de País Vasco de Diario AS desde 2017. En 2008 entró en Diario AS como redactor de polideportivo y desde entonces es su casa. Le gusta tocar todos los palos, pero ahora está más centrado en realizar las crónicas del Athletic y el Bilbao Basket. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto.
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La ACB entra en su cénit. Estamos en la jornada 31. Ahora se deciden los campeonatos por abajo, porque ya se sabe que en la zona alta sólo se dedican a sacar codos y situarse de cara a los playoffs. De hecho, si perdían Granada y Coruña, eran carne de LEB. Los nazaríes aún no han dicho su última palabra, siguen enredando tras ganar al caótico Zaragoza. Pero el Leyma ya se ha despedido de esta preciosa experiencia en el cielo del baloncesto español, tras arrodillarse en Miribilla. Ha manejado un equipo con nombres muy sonoros, como Lima, Thompins y Heurtel, pero no es fácil la vida para los clubes rookies en la ACB.

Miribilla acogió ayer un concierto de Amaral y los instrumentos de hoy eran las muñecas y los sonidos, los de las canastas. El Bilbao Basket tenía subrayado en rojo esta cita contra el colista, al que doblegó con facilidad en la primera vuelta. Pero esta vez hubo que madurarlo, porque el conjunto naranja venía de ganar al Barcelona y a quemar sus últimas naves. Deberes hechos, sellada la salvación. Sigue siendo un reloj en casa contra los rivales directos por la permanencia el Surne, respondiendo con enorme pulcritud. Pero este baile con el éxito, rompiendo la serie de cuatro derrotas seguidas, puede traer un segundo premio, un éxtasis añadido. El tropiezo del Zaragoza abre la puerta por la duodécima plaza y hasta hay opción de undécima, con previa de Champions. Por último, cada día que pasa el personal tiene más claro que Bagayoko es un diamante en bruto, ¡menuda ovación se llevó el chaval!

Hlinason fue descartado, porque se ha resentido de su lesión en el gemelo. El otro fuera de convocatoria es Cazalon, lesionado en un tobillo. Probablemente no se le vea más de negro esta temporada. El equipo está cogido con pinzas. Frey debia dosificar, Dragic no está en su mejor momento físico y De Ridder anda bajo mínimos, pero ya no es cuestión de guardarse nada. El choque fue muy frío hasta que se aseguró el triunfo, con poca asistencia en la grada y bastante silencio, como si la gente no fuera consciente de todo lo que había en juego. El colista trataba de ganar el eje central y doblar a la esquina, pero sus tiros lejanos eran un desastre: no atinaron hasta el octavo disparo. Es un equipo que apenas defiende y deja tirar, colapsa la defensa. A poco que estés certero, como Rubén Domínguez en diciembre en el Coliseum, los destrozas. Además, fallaron muchísimas canastas bajo el aro, se frustraban por desaprovechar cosas fáciles y se fueron diluyendo sin capacidad de reacción, sin llegar a inquietar de verdad al enemigo.

Un 18-1 condujo hacia el 27-10, con ocho anotadores por parte local. Dio el Surne un paso al frente con la rotación y desnudó al colista. Protegieron muy bien la pelota (sólo tres pérdidas), hubo determinación y ritmo. Kullamae, ovacionado por la grada porque al fin tiene minutos tras vivir un curso duro, cuajó un partido serio. Taylor no tenía ninguna incidencia, el choque avanzó sin noticias de él en 14 minutos.

Solo las faltas de De Ridder y el rebote preocupaban a Ponsarnau. Los gallegos sumaban a través del tiro libre. Pero el Bilbao Basket se paró, dejó de jugar, se embarulló en ataque y le comieron el terreno. Dragic tuvo una pésima mañana, el undécimo jugador de Ponsarnau en anotar, a través de un tiro libre. Rabaseda no vio aro.

El equipo vizcaíno viene pidiendo la hora desde que alzó la Europe Cup, no anda sobrado de gasolina, así que convenía amasar una buena renta y evitar vértigos al final. Epi pidió más intensidad y una buena puesta en escena tras el descanso les llevó hasta el 44-39. Los ‘hombres de negro’ sufrieron el mal habitual del tercer acto. Se dedicaban a mirar la pelota en defensa y les ganaban la posición con enorme sencillez a la hora de rebotear. Taylor no acababa de aparecer, aunque de vez en cuando exhibía su infinita calidad, como en un contraataque en el que recibió en la línea de 6,75, se giró y metió un triplazo: 55-46. Acto seguido cometió una falta antideportiva sobre Bagayoko. Y empleó los minutos siguientes en maquillar sus números.

El tercer cuarto se cerró con un inquietante 56-49. Frey pedía ayuda de otro jugador inspirado para liderar el tramo final. Ese fue Pantzar, aunque cometió la cuarta falta al poco de arrancar el último acto. Nunca desfallece el base sueco. Un rebote ofensivo imposible suyo, metiendo al balón en el campo con una acrobacia aérea, acabó con un triple que dio oxígeno a los locales. Luego Rubén Domínguez hizo lo propio: 62-49, a 8:50 para acabar. Las pérdidas lastraron a los gallegos. Tras el tiempo muerto de Epi para frenar la sangría, llegó otra supercanasta de Pantzar: 65-49, a 8:12 para el fin. El recital del nórdico se cerró con un pase sin mirar a Bagayoko, que la hundió en la cesta. Rubén Domínguez volvió a hacer sangre, 12 puntos y la máxima distancia: 73-54, a -4:38. La diferencia creció y minó la frágil moral herculina. Sin defensa y dejando tirar así al perímetro rival no se va a ninguna parte. Tiene cosas buenas, pero cuando cae al pozo es un desastre. Curiosa travesía: se va a la LEB habiendo ganado a Madrid y Barcelona. Aquí acaba su aventura en la élite. “Esperamos veros muy pronto en nuestra casa”, le lanzaron por megafonía. Que vuelvan pronto. Cosas del destino, el año pasado por estas fechas estaban celebrando el ascenso, que se produjo el 10 de mayo. Bagayoko se fue a la Grada de Animación a festejarlo ondeando una bandera. Su eterna sonrisa no deja de contagiar. Es la felicidad más absoluta de toda una ciudad.

Ponsarnau, satisfecho

Ponsarnau aseguró que deben “estar satisfechos” por haber conseguido el objetivo del asegurarse la permanencia a falta de tres jornadas, en una temporada en la que, además, les ha “tocado algo nuevo que vivir”.

“La novedad ha sido ganar un título y eso nos penalizó a corto plazo para la ACB. Esta semana era importante para nosotros recuperar el tono y adaptarnos a las adversidades”, subrayó el técnico, tras la victoria.

Añadió que afrontan esta recta final en la que deberán medirse con Zaragoza, Baskonia y Barcelona “con la ambición de quedar en la mejor posición posible”, a la espera de la evolución física de varios jugadores “tocados” físicamente como un Hlinason que fue baja de última hora tras lesionarse en el entrenamiento del sábado.

“Lo vamos a intentar y creo que lo podemos conseguir. Lo primero es creer, pero vamos a ver si esos jugadores tocados físicamente se van recuperando. Necesitamos que en la pista haya jugadores al cien por cien porque si no en esta liga no ganas a nadie. A nadie”, apostilló cuando se le recordó la opción que mantienen de ascender incluso hasta la undécima posición.

Está encantado con Bagayoko, aunque pide ir con cautela y no meter excesiva presión al chaval. “Bassala mola. Mola entrenar con alguien con el corazón y entusiasmo con el que juega. Vamos a estar tranquilos y a seguir ayudándole para que pueda ser ese gran jugador que puede ser”, Por último, el de Tàrrega se congratuló de poder celebrar esta victoria y la permanencia realizando el saque de honor este domingo en San Mamés en los prolegómenos del Athletic-Alavés, un acto de reconocimiento del club rojiblanco al título de la FIBA Europe Cup conquistado por los ‘hombres de negro’.

“Hubiese sido un poco jodido ir allí tristes, pero vamos a ir felices y animar al Athletic que está haciendo un temporadón. A ver si les ayudamos a conseguir una victoria importante”, deseó Ponsarnau.

Epi: “Un momento muy difícil”

Diego Epifanio confesó después de que su equipo consumase el descenso de manera matemática que “es un momento muy difícil” para el club naranja. “Hace justo un año estábamos celebrando el ascenso, pero la ilusión de estar en esta liga tan extraordinaria solo nos ha durado una temporada. Todo el mundo nos hablaba que había que disfrutarlo, pero hemos disfrutado muy poco y hemos sufrido mucho”, admitió el técnico burgalés.

Epi espera que a partir de ahora el club “esté preparado para tomar las mejores decisiones” con el objetivo de que “cuanto antes pueda volver el baloncesto de elite a la ciudad de Coruña”.

En cuanto al partido de Miribilla, el entrenador castellano-leonés destacó que empezaron “muy bien”, si bien tuvieron “el problema de fallar seis bandejas en el primer cuarto”.

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“Eso nos ha condicionado mucho y aún así creo que el equipo ha seguido peleando intentando luchar contra la frustración de fallar cosas muy fáciles. Pero hemos tenido demasiados errores y nuestra producción ha sido muy baja. No sé si nos ha pesado el sobresfuerzo del otro día contra el Barça, pero bueno, no nos han dado las piernas para sacar este partido”, reconoció.

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