Una victoria por aplastamiento
El Gran Canaria devora a un pobre Casademont Zaragoza pese a las exhibiciones de Yusta y Langarita. Anota 20 triples, su récord en la competición.
Menudo festín el que se acaba de dar el Dreamland Gran Canaria a costa de un triste Casademont Zaragoza, rendido ya al descanso. A base de triples desconchó el Gran Canaria a un pobre rival del que no tuvo piedad alguna como lo demuestra su fastuosa anotación, 111 puntos, y lo lejos que se quedó el equipo maño: 85. Batió, además, su récord de triples con un porcentaje tremendo: 20/40, 50%.
El de los locales fue el triunfo de la coralidad, pues anotaron todos sus jugadores, el que más un intenso Pelos. Mientras, Yusta y Langarita, y si acaso un poquito Watt, fueron los únicos jugadores maños que no mancharon una camiseta con tanta solera. Apatía general la del equipo de Fisac, totalmente aturdido, acaso fuera de sí casi desde el calentamiento.
La puesta en escena del Dreamland Gran Canaria había sido fastuosa. Con dos triples de Albicy se pudo bien pronto 8-2, aunque Watt, con tres mates, uno de ellos de concurso, el primero, en esos instantes iniciales, combinados con un triple de Yusta, inició un 3x1: parcial de 0-7, ventaja en el marcador (8-9) y tiempo muerto de Lakovic. Sin embargo, los locales seguían a lo suyo, sin duda espoleados por su entrenador en aquel receso, y empezaron con su particular bombardeo del año maño. Pelos, con cuatro puntos casi del tirón, le dio entonces el primer +10 a los suyos: 21-11, otro rotundo parcial, este de 13-2.
Lejos de reaccionar, el equipo de Porfirio Fisac, que tan ingrato dejó en Gran Canaria, se hundía sin remisión a costa de un Granca que rompía el partido desde la periferia (nueve triples al descanso). Dos de ellos llegaron de manera consecutiva a través de la muñeca de seda de AJ Slaugther (tres en el primer tiempo, 11 puntos al descanso), que ya puso a los suyos ganando 29-14.
Atrincherado y perdiendo balones sin parar, hasta 11 en esos 20 minutos iniciales), el Casademont Zaragoza estaba a merced de lo que quisiera el Gran Canaria, desde luego a verlas venir, y venían muchas y directas al mentón. Así, la hueste local que el primer tiempo a lo grande, fusilando desde el 6,75, ahora por medio de Landesberg, que parece recuperar el tino tras muchas semanas de sumisión, y Brussino. Al descanso, paliza al canto: 47-27.
Nada más reanudarse el partido quedó una constancia más que clara de que el partido estaba más que decidido. En unos minutos de locura de triplista, fulgurante intercambio en ambas canastas, el Granca se estiró, tras una bandeja solo de Albicy previo robo a Watt, hasta el +28: 63-35. El partido, prácticamente desde el alba del tercer cuarto, no tenía ningún aliciente más allá del calibre de la tunda que se estaba llevando el equipo de Fisac.
Nada bueno se puede decir del Zaragoza más allá de la exhibición de Langarita, que metió canastas de todos los colores, 15 puntos en total en apenas 12 minutos, demostrando por qué es una de las grandes esperanzas del baloncesto español. Como en su día lo fue Santi Yusta, que se cascó un partido alucinante: 25puntos (7/13 triples) y 7 rebotes. Y mucho orgullo, lo que no tuvo casi nadie a su lado.
Un triple de Bassas, el 19º, del Granca, le supuso a los locales rebasar la centena de puntos: 102-74. El equipo de Lakovic suma así su 16ª victoria del curso en la competición doméstica y empata con el Barcelona, que juega mañana en Vitoria en esa lucha por la tercera plaza. Presión para los de Grimau. Mientras, el Casademont Zaragoza continúa con su alarmante cuesta abajo y una racha tan mala que se traduce en seis derrotas en los últimos siete partidos. Mala pinta.