Toque de atención a Aday Mara: “¿Tú qué coño tienes que hablar con un árbitro de ACB?”
El entrenador del Casademont Zaragoza dice “no estar contento” con la forma de comportarse de su jugador en la pista: “Hay cosas en las que tiene muchísimo margen de mejora y muchas de ellas no tienen que ser de baloncesto”.
Aday Mara es una de las sensaciones del baloncesto español. El jovencísimo pívot del Casademont Zaragoza, que cumplirá 18 años el próximo 7 de abril, es ahora mismo la mayor promesa de nuestro baloncesto. Subcampeón del mundo Sub-17 el pasado verano con la Selección tras caer en la final con Estados Unidos, su nombre ya es conocido por cualquier amante del basket en nuestro país. Esta temporada, y a pesar de su juventud, está dejando muestras de su talento con su equipo. Ha participado en 18 partidos de la Liga Endesa con una media de 11 minutos de juego, en los que promedia 6 puntos, 3,2 rebotes y 0,8 tapones, además de casi un 60% en tiros de campo. Todo ello para una valoración de 7,3.
El futuro de nuestro baloncesto parece que pasa irremediablemente por él (entre otros buenos jugadores de su generación, sin ir más lejos su compañero del Zaragoza Lucas Langarita). Incluso fue uno de los invitados a participar en el Basketball Without Borders organizado por la NBA en Salt Lake City durante el fin de semana del All-Star, en el que los mejores jóvenes del mundo se reúnen para demostrar sus cualidades. No sólo le tenemos fichado dentro de nuestras fronteras. También en el extranjero saben en lo que se puede convertir. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Al menos eso parece si hacemos caso a las palabras de su entrenador, Porfi Fisac, que en la rueda de prensa previa al partido de mañana ante el Breogán fue preguntado por las protestas de Mara a los árbitros en algunos partidos. El técnico no escondió su idea al respecto:
“Yo no estoy contento con él, me gustaría que tuviera otra serie de condiciones. No en el juego, que él en el juego va creciendo y no necesita una ayuda excesiva de los entrenadores. Sí en cuanto a la forma de actuar en el campo, a la forma de hablar con los árbitros. Quiero que baje un poco esas revoluciones. En este sentido los padres son unas personas extraordinarias que están ayudándole mucho, pero es él a nivel individual. Hay cosas en las que tiene muchísimo margen de mejora y muchas de ellas no tienen que ser de baloncesto. Pequeños detalles como hablar con los árbitros, salirme del partido si hay una falta que no me pitan… Pequeños detalles que son lógicos pero que no me gustan en nadie y menos me gustan en un chaval joven que sea capaz de chillar a un árbitro de ACB. ¿Tú qué coño tienes que hablar con un árbitro de ACB? Con un árbitro de ACB hablan los veteranos y habla quien tiene que hablar porque tiene un nivel exagerado. Esos detalles ya se los hemos transmitido. ¿El resto? Está creciendo, es un chaval extraordinario, trabaja con una entereza y una actitud importante. Pero creo que hay cosas que le quedan para ver cuál es su máximo nivel. No todo es lo que digan alrededor de él, es más lo que tú haces contigo mismo”.