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DREAMLAND GRAN CANARIA

Savané: “Si no pensáramos en la Euroliga nos habríamos cambiado de la Eurocup a la Champions”

Lo ha sido todo en el Gran Canaria. Ahora es su presidente. “Es imposible meterle mano al Madrid si no juegas muy bien y ellos no están excelsos”, advierte.

Las Palmas
Savané: “Si no pensáramos en la Euroliga nos habríamos cambiado de la Eurocup a la Champions”
Carlos Diaz-Recio

Se acumula el trabajo sobre la mesa de Sitapha Savané. Jugador, capitán, emblema del club. Su camiseta colgada con más merecimiento que ninguna en el techo del Gran Canaria Arena, honrando así su estancia con la camiseta de tirantes en el club que ahora preside. Cambia el equipaje por ropa elegante a la par que cómoda. Ahora presidente, siempre capitán. “Me gusta que no se pierda que me llamen ‘capitán’ o ‘Taph’”, reconoce con esa impoluta sonrisa.

El máximo dirigente del Granca recorre, teléfono en mano, el largo pasillo de los vestuarios de un Gran Canaria Arena en silencio. No para. “No soy un presidente de honor sino ejecutivo, que se acerca más al presidente-director general. Estás desde lo más grande hasta lo más pequeño. Es algo que al final tienes en la cabeza 24/7. Seguramente la parte más dura o compleja de esto es conseguir desconectar”, asegura.

Allí, en la sala de prensa del pabellón, atiende a AS una persona tan comprometida con el Gran Canaria como con la tierra que le vio nacer. Habla de todo, también de racismo. “Está el síndrome de que los inmigrantes son unos vagos que vienen aquí a vivir de ayudas, y casi las mismas personas nos dicen que vienen a quitarnos el trabajo. ¿En qué quedamos? ¿Vienen a trabajar mucho o a vivir de las ayudas? Cuando lo escuchas, esta parte ni siquiera tiene sentido”, asegura.

A través de un mensaje en sus playeras apoyó en su día al pueblo de Gaza, hoy destrozado. “Estamos viviendo la masacre de un estado de derecho”, sostiene. Baloncesto, Euroliga, Copa del Rey, el Granca, racismo, Gaza. Una conversación con Taph Savané da para mucho. Silencio. Se graba.

Después de tantos años siguiéndole en la cancha, luego en la tele y ahora en los despachos, uno ya no sabe si llamarle Savané, Taph, capitán, presi… Siendo una figura tan importante para el Granca, ¿cómo le gusta que le conozcan?

Todo vale (sonríe). Es el conjunto que hace de mí quien soy. Entonces, creo que recibo bien cada uno de esas formas de referirse a mí y además, me gusta que no se pierda justamente el “capitán” o “Taph” por ser ahora mismo el presidente.

¿Alguna vez se imaginó, cuando dio el sí definitivo para presidir el Gran Canaria, que era tanto jaleo el presidir un club de la ACB?

Sí, lo imaginaba. La verdad es que, en esta parte, uno ha estado durante muchísimos años en esta industria. Lo he podido vivir más joven. De jugador solo te preocupabas de lo tuyo. Luego, avanzados los años, siendo además capitán tanto tiempo, te acercas más a la parte institucional y eres consciente de lo mucho que hay. Pero claro, hasta ponerte los zapatos propios de la posición no te das cuenta del todo.

Uno podría pensar que, antes de acceder usted a la presidencia del Granca, llevaba una vida muy cómoda: era comentarista de baloncesto en Movistar, vivía en Bilbao junto a su familia política… ¿Alguna vez llegó a pensar si realmente tenía necesidad de meterse en esto?

Muchas veces. Más en la primera temporada, porque al final algunos momentos son muy complicados. Es un trabajo que te absorbe totalmente, desde luego en mi forma de vivirlo y serlo. No soy un presidente de honor, sino ejecutivo, que se acerca más al presidente-director general. Estás desde lo más grande hasta lo más pequeño. Es algo que al final tienes en la cabeza 24/7. Seguramente la parte más dura o compleja de esto es conseguir desconectar. A mí, desde luego, todavía me cuesta conseguirlo.

Llega la Navidad y toca hacer balance. Al suyo de este 2023, su primer año completo como presidente del Gran Canaria, poco más se le puede pedir.

Poco más (sonríe). Siempre soy de pedir más, pero mi mujer me obliga a parar, mirar hacia atrás y ser siempre tan agradecido como lo he sido toda la vida. La ambición nunca te puede quitar la perspectiva. Antes de llegar aquí, si me dices que después de un año seríamos campeones de Eurocup, tendríamos un club en gran estado de salud financiera y organizativo, la masa social al nivel que la tenemos, la ilusión entre la gente, la marca en un momento muy positivo… Te habría dicho que esto es lo que se supone que vamos a hacer en tres temporadas, no en una.

Cuando usted fue anunciado como presidente del Gran Canaria, a finales de agosto de 2022, se marcó objetivos como recuperar esa masa social y reducir la aportación del Cabildo de Gran Canaria. Ambos se están consiguiendo.

Sí. Me quedé con tres palabras: unión, identidad e ilusión. Son desde luego cosas que hemos conseguido con creces. También se ha conseguido en la parte económica. En los dos primeros presupuestos se ha bajado la aportación que me encontré de 1,1 millón de euros. En paralelo han subido los ingresos por las vías privadas, principalmente con la entrada de Dreamland Estudios como patrocinador principal. Pero también hay otras fuentes para acercarse ya a otro millón en positivo. De hecho, este año seguramente vamos a tener una de las mayores cantidades de ingresos para el club quitando el año de la Euroliga.

En lo deportivo, el Granca no ha podido recuperarse mejor de la derrota del derbi canario con esas tres victorias con mucha facilidad (Buducnost, Zunder Palencia y Aris).

Hace un año sí que fue un derbi muy negativo, encima el día de la retirada de mi dorsal. Se pusieron arriba y nos tuvieron así todo el rato. Te vas con sensaciones muy negativas. Ya cuando jugamos allí, en La Laguna, fue una derrota de esas que luego te insuflan moral porque el Canarias nos tiene cogida la medida en el último lustro, y aquel fue un partido en el que hemos visto que les tuvimos contra las cuerdas. Seguimos pensando que por unas pocas decisiones arbitrales al final… A Khalifa le dan tres faltas en casi dos minutos que nos condicionan el resto del partido. Podíamos haber ganado. Este año, lo mismo: el Lenovo Tenerife es capaz de ponerse por encima y hubo una reacción de mucha garra y carácter para remontar el partido y estar casi a una pelota que se nos escapa debajo del aro de poder ganarlo. Creo que la reacción del equipo viene de ahí, de verse como queremos vernos, de creer como veníamos haciendo. Hemos encontrado la buena manera de conjuntarnos. Llevamos 12 de 13 partidos ganados, una de las grandes rachas positivas que hemos vivido aquí.

Ahora toca jugar contra el Real Madrid. ¿Por dónde pasan las muchas, pocas, nulas posibilidades que pueda tener el Gran Canaria de ganar este partido?

Contra el Madrid hay dos factores. Lo decíamos cuando yo jugaba, y creo que se sigue diciendo lo mismo: está el cómo están ellos y cómo estás tú, pero solo controlas lo segundo. Al Madrid no le puedes ganar con un partido tuyo malo o regular, tienes que jugar bien o muy bien y que esto coincida con un día en el que ellos no estén, digamos, excelsos. Si no es imposible meterles mano. Tenemos que centrarnos en lo nuestro, preparar el partido como hemos venido haciendo cada vez. Llegar o acercarse a su nivel físico es imposible, pero por lo menos la intensidad sí que podemos ponerla a su mismo nivel. Sí tenemos un poco de acierto podemos competir con ellos, que es lo único que te planteas jugando contra el Real Madrid.

Llegó a coincidir con Tavares aquí cuando este estaba en las categorías inferiores. Ahora es uno de los jugadores más dominantes de Europa, si no el que más. ¿Cree que es buen ejemplo de lo que se necesita para los jugadores africanos? Una buena estructura para poder dar el máximo.

Tavares, Khalifa Diop… Hay mil ejemplos.

Savané…

(Sonríe) Savané en otra medida, porque llegó más mayor y más hecho como jugador, ya con 22 años. Estos chavales han tenido a los 14 años lo que yo no tuve: estar en estas condiciones para trabajar día a día con los mejores entrenadores, las mejores infraestructuras… Yo empecé a jugar con 14 años, más o menos, la primera vez en un club. Teníamos 3-4 balones para entrenar todo el equipo. No había dos balones para que cada jugador entrenara el bote. Así Savané botaba mal (ríe). La canasta estaba torcida, no teníamos esos medios. Ves que el potencial está ahí. Cuando pones el potencial con las infraestructuras y el entorno adecuado te pueden salir jugadores como Edy (Tavares), Khalifa (Diop) y muchos más.

Usted sostiene que la clasificación de su club para estar en la Copa del Rey pasa por el Gran Canaria Arena. ¿No jugarla sería un fracaso?

Odio la palabra “fracaso” para el deporte. Estamos viendo la realidad: tenemos la liga más dura fuera de la NBA. Son 6-7 equipos luchando por tres puestos. Vemos a equipos como el Valencia Basket, que tiene cuatro veces el presupuesto del Granca, que lo está pasando muy mal por compaginar Euroliga con la ACB. Vemos a equipos con más presupuesto como el Baskonia que está igualado con nosotros. No podemos hablar de fracaso. Tenemos objetivos deportivos, la ilusión de llegar a la Copa, la ambición. Si no llegamos sacaremos las conclusiones para seguir trabajando y mejorando. Si en un proyecto de 3-4 años en ningún momento se llega a los objetivos se puede hablar de fracaso. Sobre un solo objetivo, sé que la palabra vende mucho pero yo no la compro.

El balance en la Eurocup está siendo impecable (10 de 10). Es inevitable pensar que el Gran Canaria puede volver a ganarla. Si esto se produjera, ¿ya se están dando pasos para, esta vez sí, poder jugar la Euroliga?

Quien no sabe mucho de deporte podría pensar que por ganar partidos en la temporada regular deberías ganar la competición. Que se le pregunten a los Golden State Warriors, que ganaron 73 y sabemos cómo acabó aquella película. Y eso que ellos tenían series. Nosotros aquí tendríamos unos cuartos en los que te lo juegas todo a una mala tarde. Tantos semis como la final son series cortas, y ahí todo puede pasar porque te la juegas contra los mejores. Es nuestro trabajo pensar en lo que podría pasar, los gestores siempre debemos reaccionar a cosas que se pueden esperar. El año pasado nos pilló posiblemente en el peor momento por muchas razones. Veníamos de una situación muy complicada como club. Hace dos años, los pensamientos hacia el Granca eran más de irse hacia abajo como entidad que mirar soluciones para jugar la Euroliga. Nuestro crecimiento en un año ha sido muy rápido, y eso que ha pillado un tiempo de elecciones. Ya estamos trabajando por si esta temporada, o la siguiente, o la de después, volvemos a ganarnos la oportunidad de ir a Euroliga. Si no es esto, nos habríamos cambiado de la Eurocup a la Champions.

Usted siempre fue una persona muy implicada políticamente. En su día se le vio en la Primavera Árabe o con “Gaza” escrito en sus playeras. ¿Cómo ve, desde la lejanía, lo que allí ocurre?

Francamente, no veo muchas maneras de solucionar este conflicto, que tampoco es la palabra que utilizaría. Hubo un ataque terrorista en una dirección. Luego estamos viendo una masacre de un estado de derecho. Lo primero es horrible, pero es lo que le pega a una banda terrorista. Pero que un estado de derecho lleve a cabo una masacre así, que pueda matar a más de 12.000 personas inocentes y que otros estados se queden con los brazos cruzados es algo que no me explico, y claramente no soy el único viendo las reacciones por todas las calles del mundo. Pero parece que nuestros dirigentes en esto no están queriendo escucharnos y ni hacernos caso, lo que pararía esta matanza al pueblo palestino.

Por desgracia, con más o menos presencia, de un tiempo a esta parte se ve en la política española esa corriente de opinión que habla despectivamente de esos inmigrantes, “moros” o “negros”, que llegan a nuestras costas en patera y cree que son gente que no estará tan mal si viene con móviles, a robarnos, a quitarnos el trabajo… Puro racismo. Usted, como senegalés, ¿cómo le explicaría este fenómeno migratorio por ejemplo e los jóvenes de la cantera del Granca? No parece difícil entender que nadie se mete en esa aventura si viviera en condiciones dignas.

Primero, iría a los datos. Se pueden decir muchas cosas. Hoy en día, en esta era de postverdad en las redes, es muy fácil que los bulos estén rulando. Una denuncia falsa de una mujer: todas las mujeres que dicen que han sido violadas son denuncias falsas. No. Las estadísticas nos dicen otra cosa. Primero, con este síndrome donde, por un lado, los inmigrantes son unos vagos que vienen aquí a vivir de ayudas, y casi las mismas personas nos dicen que vienen a quitarnos el trabajo. ¿En qué quedamos? ¿Vienen a trabajar mucho o a vivir de las ayudas? Cuando lo escuchas, esta parte ni siquiera tiene sentido. Luego están las cifras. Cuando hablamos de inmigración irregular ponemos siempre el foco en lo que has dicho: en la figura del moro o del africano negro que viene en una patera.

A esas personas les gusta diferenciar entre “moros”, árabes…

Todo es, digamos, vivir para enfrentar. Pero la realidad es que el 80% de la inmigración irregular no viene de África. En España viene, principalmente, tanto de Sudamérica como de Europa del Este. Pero ponemos el foco en esta imagen sobre un grupo que representa un 20% de esta inmigración. Este grupo, además, como has mencionado, en una inmensa mayoría sale de situaciones muy complicadas tanto de guerras y hambrunas como de falta de perspectiva y cualquier tipo de esperanza para salir adelante en su vida. Son gente que viene con las ganas de poder trabajar y aportar a los países occidentales. Que por cierto, el gran problema de Europa a día de hoy no es la inmigración irregular: es el envejecimiento de la población europea. A día de hoy, Europa se está muriendo poco a poco porque mueren más personas de las que están naciendo. En Bruselas te dicen que lo que necesita Europa es población. Pero fíjate: es lo que decías antes, el racismo que hay detrás de todo esto, que aún necesitando población luchas y hablas políticamente en contra de la inmigración.

Si hay peleas o robos, parece que lo que más molesta no es esto, sino quién lo protagoniza.

Según quién. Por eso procuro no generalizar porque sigo pensando que la gran mayoría de la población española no piensa así. Pero te lo repiten, te lo ponen cada día en el periódico. Si hay 10 peleas y son nueve de autóctonos, poco se habla. Pero que haya una pelea que involucre a un inmigrante lo tendrás en el periódico cada día. Vivimos en Las Palmas de Gran Canaria: vemos peleas cada fin de semana, agresiones a taxistas… Todo tipo de cosas, pero parece que solo nos indigna si lo hace alguien que ha nacido fuera.

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