Grimau: “Había gente que no quería que me fuera bien”
El entrenador del Barça rompe su silencio en los micrófonos de RAC1 y Catalunya Ràdio casi tres meses después de su despido.
El pasado 8 de junio, el Barcelona comunicó el despido de Roger Grimau tan solo una temporada después de su llegada al banquillo como reemplazo de Sarunas Jasikevicius. Con el barcelonés de 46 años, el conjunto azulgrana cerró un mal curso, sin títulos por primera vez desde la campaña 2016-17, si dejamos al margen el complicado año de la pandemia por la COVID, y eliminado en los cuartos de final de la Euroliga frente al Olympiacos griego.
“Seguro que hay muchas cosas que podían haber sido mejores, pero no creo que la temporada fuera tan desastrosa. Tuvimos momentos de juego realmente brillantes. He hecho en todo momento lo que me salía del corazón. En muchos momentos he hecho mucho bien a los jugadores. A nivel de experiencia, no creo que haya habido un partido que un entrenador rival me haya sorprendido. He estado a la altura”, aseguró Grimau, que rompió casi tres meses después su silencio en los micrófonos de RAC1 y Catalunya Ràdio.
El final del curso trajo su destitución cuando todavía le restaba un año más de contrato. No clasificarse para la Final Four de la Euroliga y la derrota por la vía rápida (3-0) en semifinales de la Liga Endesa ante el Madrid, fueron dos tropiezos demasiado duros para la sección azulgrana. Él se lo tomó con resignación. “Desde el momento que firmé, sabía que eso podía pasar. Pero yo confiaba en seguir, tenía dos años de contrato, confiaba en hacer ese segundo año e intentar hacerlo mejor. Pasó una semana y yo ya me lo imaginaba, pues en toda la semana no habíamos hablado del año siguiente. Con Navarro y Mario, hubo buenas palabras y poca cosa más. La decisión ya era firme, no podía hacer nada. Tenían la sensación de que necesitaban un cambio de rumbo, yo tampoco quise preguntar más”, continuó Grimau, en palabras recogidas por Mundo Deportivo.
El entrenador salió del Barça con un balance de 51 victorias y 33 derrotas en 39 partidos en Liga Endesa, 39 en la Euroliga, 3 en la Copa del Rey, 1 en la Supercopa y 2 en la Liga Catalana. Y con la sensación de que le queda camino por recorrer dentro del mundo del baloncesto. Dentro de los banquillos: “Soy entrenador y me gusta el basket. Creo que he demostrado estar al nivel, a ver qué depara el futuro”.
Críticas y ataques
Grimau tuvo siempre la sensación de que hubo gente en su contra desde el primer día, que deseaban que las cosas no salieran bien… aunque no especificó muy bien quiénes eran. Una sombra en la habitación sin rostro. Sin imagen. Un ente no corpóreo. “Creo que se me ha faltado al respeto mucho desde el primer día. Había gente que no quería que me fuera bien. En determinados momentos era un blanco fácil. Entonces pasaba de todo pero ahora que estoy fuera pienso que algunas cosas no fueron justas. Han sido necesarios altos grados de educación”, aseguró.
“Yo dentro, a nivel de club, me he sentido muy cómodo hasta el final. Y fuera... A pesar de no estar pendiente, idiota del todo no soy. Viendo las preguntas de las ruedas de prensa ya ves por dónde van las cosas”, prosiguió Grimau en los programas Tú diràs y Tot Costa.
Willy Hernangómez
Uno de los temas más calientes durante la temporada fue su relación con Willy Hernangómez. Fichado desde una NBA que le cerró definitivamente sus puertas el pasado verano, el canterano del Madrid aterrizó en la Ciudad Condal como gran estrella, como principal referente de la plantilla… y con un sueldo acorde a todo ello. Pero el internacional español nunca se encontró del todo cómodo bajo las órdenes de Grimau y este dejó de contar con él, de darle protagonismo. Jan Vesely estaba muy bien y Willy no daba con la tecla, principalmente en defensa.
Eso desató algún que otro rifirrafe. Tras caer contra el Mónaco en la Euroliga a finales de diciembre, Hernangómez se dirigió a Grimau: “No me comas la oreja... Te quedan dos telediarios”, le dijo el pívot, según desveló en su día Bar Canaletas y él confirmó. “Son dos o tres cosas puntuales y muy escandalosos de cara al gran público, pero tampoco creo que fuera un drama de relación”, relajó el ambiente el exentrenador culé. “Estas cosas siempre pasan en los clubes. Creía que si él estaba bien, podíamos ganar. Si no, no podíamos ganar ningún título. Pero era una cuestión de egos. No me lo tomé como algo personal. Una cosa es que tenga o no razón”.
“Pero es verdad que estamos hablando del ‘5′ donde Vesely hizo una temporada extraordinaria. Por más que Willy hubiese estado excelente, Jan jugaba 25 minutos muy bien. Y estamos hablando de hipótesis fantásticas si todo hubiese ido bien. Es difícil que los jugadores estén contentos. Cuando pasó aquello yo pensé en el club. Willy es un jugador top o franquicia, en el que se han gastado mucho dinero. ¿Qué gano apartando a un jugador? Preferí intentar ir juntos, pensando en el club”, comentó Grimau, que también habló del complicado aterrizaje de Ricky Rubio: “Incorporar una pieza nueva en medio de la temporada fue complicado. Quizás debía haber intervenido un poco más en muchos momentos”.
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