El Valencia entra en barrena

El Valencia acumula cinco derrotas seguidas. Peor aún son las sensaciones. El equipo taronja ha pasado de ganar en canchas como la del Efes o el Olympiakos a meterse en un agujero negro. El Unicaja se llevó el partido por su regularidad. Aprovechó un primer tiempo blando del Valencia para marcharse en el marcador con un gran Kalinoski (+29 en el más/menos); aguantó el arreón local en el tercer acto; y machacó la indolencia taronja (sólo 10 puntos) en el round definitivo con un Carter que sentenció desde el perímetro. Esta vez el equipo coral fue el Unicaja. Sus 12 hombres anotaron puntos. Todos sumaron en pos de un triunfo de un grupo de Ibon Navarro que pinta muy bien, tras cambiar el equipo casi entero este verano.

En la parte contraria, la temporada se desmorona. Desde el club de la ‘Cultura del Esfuerzo’ se suele tener paciencia, con técnico y jugadores, pero la situación actual requiere de una reacción en los despachos. De los fichajes, sólo Jones y un poco Webb, están demostrando el porqué de sus fichajes. Lo de Radebaugh, un jugador que el club pagó su salida de Tenerife, es inadmisible; Alexander es invisible; y Harper, indolente y desacertado, es el primer jugador en mucho tiempo que se lleva pitos de sus aficionados a los dos meses de llegar. Esto más el lamentable estado de forma de Prepelic y Pradilla y la lesión de Van Rossom… Mumbrú apenas tiene a quien agarrarse. Y de momento, no pinta a que vaya a haber cambios inminentes.

Valencia y Unicaja iniciaron el duelo erráticos en el tiro y con demasiadas pérdidas (sobre todo los taronjas). Alberto Díaz era el secante de Jones, lo que obligaba al resto a reinventarse en su rol. Era un duelo trabado aunque la entrada de Rivero cambió un poco la cara al Valencia. Una canasta al borde de la posesión y una asistencia del cubano a López-Arostegui puso el 13-10 para los locales. Osetkowski cerró el primer cuarto (15-14).

Kalinoski anotó los primeros cinco puntos del segundo cuarto. En estas dos primeras jugadas mostró lo que vendría después. Un Unicaja intenso borró de la pista al Valencia quien concedía tiros y canastas muy fáciles. En ataque mantenía el tipo López-Arostegui pero atrás el Valencia era un flan. Hasta cuatro triples metió Kalinoski en el segundo cuarto. El Unicaja se instaló en los +15, cuando los primeros pitos empezaron a aflorar en La Fonteta. El último de los triples del alero de Unicaja puso un 28-43 muy preocupante. El Valencia no había hecho ni una falta en este periodo, signo de la blandura defensiva taronja. En este momento, tras bronca de Mumbrú, apretó algo atrás, sabedor que se le iba el partido. Con esto más la casta de Arostegui y los libres de Jones redujeron la distancia antes del descanso (36-45).

Mumbrú acusó a sus jugadores de incluso “jugar andando” en micrófonos de Movistar. Y al menos de entrada, los taronjas pusieron en la cancha algo más de energía. Sólo con eso y los aciertos de Dubljevic desde el 6,75 (tres), limaron la renta hasta tener varios tiros para ponerse por delante. El Unicaja, por primera vez en el partido, se sintió algo agobiado. Con 54-56, una dudosa falta a López-Arostegui le costó la técnica y la eliminación. Ahí se paró la remontada de raíz y en el intercambio de libres, con Harper otra vez desorganizando a su equipo, los malagueños tuvieron otro respiro (57-61), con un cuarto por jugar.

Pero una vez más, llegó el Valencia al acto definitivo sin energía y con un base a los mandos que da sensación de todo menos de lo que necesita su equipo. Así, más de tres minutos sin anotar dejaron a los de Mumbrú casi sin opciones, cuando Jones y Dubljevic comparecieron en la cancha. Tres triples de Carter, otro peso pluma, como Harper, que sí anota, rompió el partido y se apunta la sexta victoria. El Valencia entra en barrena y llega a un punto en que sólo participar en la Copa empieza ponerse muy difícil.