El Palencia demuestra que aún cree en el milagro ante el triste Bilbao

El Palencia ya tiene la segunda. Se mantiene con vida. Adelantó la fiesta de fin de año ante un Bilbao Basket cogido con alfileres emocionalmente. No ganaba el equipo ascendido y debutante en la élite desde hace dos meses, y sabía que ante un rival en caída libre tenía posiblemente su última oportunidad para agarrarse a la esperanza. Un triunfo en 15 partidos llevaba, ante el penúltimo. Luis Guil necesitaba la victoria como el comer, para que la gente viera en su llegada al banquillo un aliento de optimismo. Todo el mundo tenía claro cómo iba a ser el panorama en la guarida del Zunder... menos el Surne al parecer, que salió a verlas venir. La derrota deja a dos integrantes del equipo señalados: Ponsarnau, que no acaba de dar con la tecla del principio de la temporada y sacar a la gente del atolladero, y Smith, el jugador franquicia que ahora mismo no aporta nada y tal vez en las altas instancias deberían plantearse un relevo. Hace falta cambiar algo porque la inercia de esta nave es hacia el desastre. Caer ante los dos últimos en poco tiempo da para pensar que algo no funciona.

A los vizcaínos ya les suena esto de hacer favores a rivales desahuciados, porque el año pasado lo hicieron con un Fuenlabrada que no ganaba ni en los entrenamientos. Lo contrario que el cuadro castellanoleonés, que vuelve a creer en el milagro tras cerrar una serie de nueve derrotas seguidas. Llevaba dos semanas esperando esta cita a conciencia tras adelantar el choque ante el Baskonia e hizo lo que tenía que hace. La puesta en escena fue significativa: Ponsarnau eligió a Tsalmpouris, uno de sus jugadores más fríos, y mira que tiene cincos. Un 20-2 dejó el marcador en 21-6 a falta de 3:55 para cerrar el primer cuarto y tener que remontar durante más de 30 minutos va pasando factura.

Los ‘hombres de negro’ no conectaban con los interiores, así que no hacían daño a la defensa local, agresiva y bien cerrada, moviendo el balón. Les llevaban a los últimos segundos de posesión y cuando echaban el balón al suelo, se lo quitaban. Solo un pase por arriba a Tsalmpouris y otro fallido a Hlinason, el resto, juego rutinario por fuera sin ninguna amenaza. El rebote también era local. Para ganar en un ambiente así hace falta carácter y este Surne no lo tiene, es de lo más vulnerable. Y su ceguera desde el arco de tres fue tremenda. Solo Hlinason y Pantzar se salvaron de la quema.

El primer cuarto puso la primera piedra del triunfo del colista. Ubal dio un buen relevo y una bandeja suya puso el 40-29 en el tramo final del segundo acto. El Bilbao Basket empezó a encontrar cosas por dentro. Killeya-Jones se cansaba de corregir lagunas de otros compañeros, de un grupo descolocado mentalmente, incapaz de entender lo que era casi una final por la permanencia.

Los árbitros admiraban el ambientazo en el Municipal de Palencia, porque si no es difícil entender que no pitaran una falta sobre Killeya-Jones en un matazo en el que le contactó en el brazo Ortega (42-33), tras recibir en el tiro libre botar y volar un rato. A Pasecniks, imperial toda la tarde liderando ese paso adelante que necesitaban, sí le regalaron una por un adicional tras canasta por una acción similar. El que empezó a machacar el aro fue Hlinason, que hasta movió una de las canastas. Reyes, que empezó muy fuera de sí, le echó coraje y metió dos triples importantes para ir dando forma a la remontada. El Bilbao Basket iba alternando, presión zona, individual... y sacó de ritmo al Zunder.

Pero los detalles le condenan al cuadro vasco. Y su fragilidad anímica. Por ejemplo, a 2:51 para acabar, Renfroe tuvo el empate a 69 con un triple que lanzó sin marca, pero no acertó. Con 71-69 falló desde esa distancia Pantzar y también se dejó un tiro libre por el camino Hlinason. O De Ridder, taponado por Pasecniks cuando lanzaba a la desesperada cerca del aro. Demasiadas concesiones de un equipo descabezado. El que no falló fue Benite, muy libre durante toda la tarde y certero desde fuera, como si no se le conociera ya en la ACB. Metió un triple a 57 segundos para concluir: 74-70. Ponsarnau tardó mucho en reaccionar con un tiempo muerto y no estuvo enérgico cuando su equipo se iba por el precipicio. Al final ambos buscaron el mejor average por si se juegan la permanencia a cara o cruz. Y en un gesto que mezcló afán desmedido e impotencia, Reyes cometió una desafortunada antideportiva que permitió a los palentinos situar la diferencia en 6 puntos. Tanto pedir Ponsarnau en la previa que respetaran al Palencia, acabaron rindiéndole pleitesía.

Guil: “Los jugadores han estado con mucha confianza”

Luis Guil apuntó que sus jugadores estuvieron con mucha confianza. El técnico sevillano calificó la victoria como “merecida para los jugadores y para el ‘staff’, pero, sobre todo, para este club y está afición”. Precisamente, sobre el ambiente del pabellón, Guil confesó que es “impresionante cómo animan” y cree que el Municipal de Palencia se tiene que convertir en una cancha “inexpugnable”.

Respecto a sus jugadores, Guil reconoció: “Han llevado el plan de partido muy bien y el equipo ha estado concentrado durante los cuarenta minutos”. “Es lógico, después de tantas derrotas, que cuando se acercan en el marcador haya dudas, pero los jugadores han estado con mucha confianza”, añadió el entrenador del Zunder Palencia.

El equipo palentino jugó a su juicio con un “extra de motivación porque era una final”, a pesar de sobreponerse a los problemas como “la baja de Ndiaye”. “Hemos tenido ha Kamba enfermo durante toda la semana, Chumi ha jugado enfermo o la baja de Brown, pero todos los jugadores han dado un paso adelante, especialmente Ubal”, subrayó.

Guil también destacó el papel de Pasecniks, que estuvo “más partícipe en el juego”. “Tenemos dos jugadores con experiencia en la liga como él y Benite, además Pasecniks es un jugador al que tenemos que darle más presencia en el juego”, agregó. Por último, el técnico del Zunder Palencia felicitó a sus jugadores: “Hemos llevado al partido las cosas que hemos trabajado, algo que no siempre es fácil. Además, hemos sido menos ‘pardillos’ respecto al encuentro ante Zaragoza donde hicimos faltas tontas y ellos tuvieron 29 tiros libres”.

Ponsarnau considera que “el primer cuarto ha sido clave”

Ponsarnau resumió que “el primer cuarto ha sido clave”. El entrenador de Tàrrega felicitó al Palencia porque hicieron un partido con “mucho esfuerzo” y, además, “se mostraron con confianza consiguiendo que en la primera parte” los suyos no hayan “entrado todos al partido”. Sobre el final, admitió: “Hemos llegado al final con un cara a cruz donde un triple de Benite en los últimos minutos ha sido decisivo y nuestros tiros al final no lo han sido”. Además, Jaume Ponsarnau ha reconocido irse “con la sensación de que ellos han dominado sobre la pintura”.

El Bilbao Basket cosechó un 20 por ciento de acierto desde la línea del triple, un problema que están “teniendo últimamente porque hay jugadores que no están encontrando regularidad en este momento”. “Pero toca seguir trabajando y el entrenador tiene que encontrar tiros de tres fáciles”, precisó.

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