“¿El Madrid? Las películas no siempre terminan como te gustaría”

Trey Thompkins tiene 34 años pero cuerda para rato. Al menos, para regresar a la ACB después de dos años. El ala-pívot norteamericano es uno de los fichajes estrella del recién ascendido Leyma Coruña. Desde su salida del Real Madrid, ha jugado en Zenit y Estrella Roja y ha tenido problemas con las lesiones (ahora mismo arrastra una, de hecho), pero tiene claro que el talento sigue ahí y que puede ayudar a que el equipo coruñés logre la salvación, el gran objetivo de un curso apasionante para un equipo que debutará en la máxima categoría del baloncesto español.

Thompkins pasó siete años en el Real Madrid, lo ganó todo (una Euroliga, cuatro Ligas, tres Copas, dos Supercopas) y formó parte del núcleo duro de la era Laso. Muchas veces un revulsivo desde el banquillo, un recurso de lujo por su finura y su muñeca para el tiro exterior, los atributos (el flow) que lo convirtieron en un jugador muy querido por la afición de un club blanco del que salió, sin embargo, de mala manera, después del escándalo de la salida nocturna con Thomas Heurtel por Atenas.

Thompkins ha concedido una entrevista, en La Coruña, al DXT, y se ha referido a este incidente que cerró su etapa como jugador del Madrid: “Son cosas que pasan, las películas no terminan siempre como te gustaría y creo que mi tiempo en Madrid se había terminado, di todo lo que podía por el equipo y me gusta pensar que hice una buena carrera allí”. Eso sí, tiene un recuerdo excelente de sus años en la capital, a las órdenes de Laso: “Fue una gran suerte para mí poder pasar tanto tiempo en un club que está en el top de Europa. Hay muchas caras nuevas allí, pero todavía mantengo una estrecha relación con Gaby Deck. También con Facu (Campazzo), Sergi (Llull), Eddy (Tavares), Alberto Abalde... Siempre serán hermanos para mí (…). Pablo fue un gran entrenador en ese momento de mi carrera, siendo tan joven y viniendo a Europa, a un lugar como Madrid.”.

En la entrevista, también repasa los pasos que lo llevaron al Madrid, su intento en la NBA y una primera etapa en Europa, con el Nizhni Novgorod: “Sentía que tenía suficiente talento para la NBA, pero tuve que esperar mi turno como rookie. Así son las cosas. Después de mi primer año en el Madrid, tuve la oportunidad de regresar a la NBA con Toronto Raptors, pero tomé la decisión de seguir en el Madrid. La única razón por la que no volví a la NBA fue porque elegí quedarme en España. El salto al Nizhni Novgorod fue demasiado, pero en el equipo había unos cuantos veteranos que me ayudaron a ajustarme al modo de vida en Europa. Cuando decides hacer algo así, tienes que cambiar por completo y sumergirte todo lo que puedas en la cultura para tratar de entender cómo vive la gente”.

Thompkins, por último, también explica en la entrevistas por qué eligió el Leyma Coruña y qué puede aportar en este punto de su carrera: “Soy muy buen amigo de Augusto Lima, él firmó primero y hablamos mucho sobre todo esto. Y después de hablar con Epi, el entrenador, tuve muy buenas sensaciones. Soy un tipo sencillo, no me costó mucho decidirme. Solo necesito una casa para que mi familia esté bien, un coche y un gimnasio. En la pista juego para ganar y quiero ayudar a que este equipo se mantenga en el máximo nivel de baloncesto español. Tenemos un desafío juntos”.

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