El Granca aplasta a un pobre Zunder Palencia
Los visitantes, empeñados en hacer hincapié en todos los defectos que le anclan al último puesto. Exhibición de Landesberg en la segunda parte: 25 puntos.
Una auténtica pesadilla. Es lo que acaba de vivir el Zunder Palencia, un equipo presa de la angustia, excesivamente flojo en esta primera temporada en la ACB, acaso ofreciendo un nivel indigno para la máxima categoría del baloncesto español. Empeñado, además, en acentuar todo lo malo que tiene, que es mucho. Este mediodía volvió a llevarse otra sonora paliza, en este caso de parte de un Gran Canaria que no se dejó nada por el camino. Tampoco su entrenador, un Jaka Lakovic que, ganando de 27 y con apenas cuatro segundos de partido por delante, pidió tiempo muerto.
El triunfo del equipo insular empezó a gestarse en el segundo cuarto, y nada más reanudarse el partido tras el descanso marcó la distancia definitiva. Fue cuando Landesberg entró en un momento celestial. Inédito hasta entonces, se cascó 25 puntos casi de carrerilla ante un pobre equipo, que bajó los brazos mucho antes de lo debido, irrespetuoso con el espectáculo por ese pobrísimo nivel ofrecido este domingo en el Gran Canaria Arena.
Demasiado a gusto se sentía el Gran Canaria casi desde el salto inicial. Especialmente Happ, que hacía lo que le daba la gana bajo el aro del Zunder Palencia, cada canasta más fácil de conseguir de la anterior. 10 puntos prácticamente seguidos del 22 permitían a los locales doblar a su rival en el marcador, 14-7, pero sendos triples de Manu Rodríguez y Kamba equilibraban el partido hasta que entró en acción Ben Lammers, que se cascó seis puntos del tirón para dejar las cosas claras al final del primer cuarto: 22-13.
El equipo del entrenador grancanario Marco Justo se hartaba de perder balones, pecado capital en una competición tan exigente como la ACB. El Granca vio la puerta abierta y se coló en todas las habitaciones de su rival, que se hundía poco a poco sin nada a lo que agarrarse. Para empezar el segundo periodo, triples de Bassas y Lammers, que anotó 11 puntos seguidos, sin fallo alguno en el tiro en los dos primeros asaltos, para darle el primer +10 a los locales: 32-20.
El Zunder Palencia acumulaba ya nueve pérdidas de balón, 11 en toda la primera parte, y un triple de Brussino, que suponía además su estreno anotador en el partido, desató la tormenta: 39-23. Pecó de relajación la hueste local, y hasta Lakovic se vio obligado a pedir tiempo muerto tras aquel triple de Vuurst para el 39-28. A base de anotar más allá del 6,75 sobrevivió la formación visitante, 5/11 en esos 20 minutos iniciales que cerró con otros dos de Benite y Whittington para irse a los vestuarios perdiendo de 10 puntos, 46-36, desde luego un regalo tal y como estaba el partido apenas unos minutos antes.
Hasta entonces no había, cosa rara, noticias de Landesberg. Muy poco le hace falta al exterior norteamericano para que se le caliente la muñeca. Una vez que lo consigue parece un tipo imparable. Con 15 puntos en el tercer parcial terminó por reventar el partido. Su exhibición comenzó sacándole tres tiros libres al desdibujado Benite, un ex del Granca, que además suponían la máxima diferencia hasta entonces: 62-44. El Zunder Palencia se había convertido ya en una caricatura de equipo, incapaz de ofrecer el mínimo exigible también hoy en la Isla. Aquella canasta de Brown que puso el 62-49 en el cielo del Gran Canaria Arena fue lo máximo a lo que aspiró el combinado visitante. La paliza era ya de órdago como así lo demostraba el marcador al final del tercer cuarto: 78-58.
En ningún caso bajaba el ritmo el equipo de Jaka Lakovic, mucho menos Landesberg, metido de lleno en un auténtico estado de trance. Así, cuando apenas amanecía el último parcial, le sacó un 3+1 a Manu Rodríguez que hundió todavía más al Zunder, un equipo tan flojo que hasta inspira ternura: 84-55 y 19 puntos para él, todos tras el descanso. Como parece que le supo a poco, poco después repitió idéntica acción contra Brown: 88-58 y 23 puntos a la saca. Una exhibición total.
Sin más aliciente que conocer el resultado final, 100-73, de la tunda que se estaba llevando el Zunder Palencia, triste equipo que acumula paliza tras paliza y al que ahora le espera el Covirán Granada en un partido vital por la salvación, se consumió el último cuarto de este duelo. Mientras, el Gran Canaria sana las heridas del derbi perdido y vuelve a coger una buena posición de cara a la Copa del Rey.
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