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El Bilbao Basket, ante la historia

El equipo de Ponsarnau trata de sumar el miércoles su primer título, el segundo a nivel internacional en el deporte vizcaíno tras el Bidaideak. El PAOK se cruza en el camino de la final de la FIBA Europe Cup.

El Bilbao Basket, ante la historia
AIOL
Alfonso Herrán
Coordinador en la delegación de País Vasco de Diario AS desde 2017. En 2008 entró en Diario AS como redactor de polideportivo y desde entonces es su casa. Le gusta tocar todos los palos, pero ahora está más centrado en realizar las crónicas del Athletic y el Bilbao Basket. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto.
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El Bilbao Basket está a dos días de empezar su viaje a una nueva dimensión. Tiene dos finales en su corta pero intensa historia de 25 años, una de ACB imposible ante el Barca y otra amarga de la Eurocup ante un Lokomotiv Kuban que hizo valer su calidad. Esta de la FIBA Europe Cup con la ida en Miribilla este miércoles y la vuelta el mismo día de la semana próxima en la cancha infernal del PAOK Salónica es una ocasión que probablemente no se vuelva a presentar en mucho tiempo. Se ha llegado hasta aquí después de dos pequeños milagros, ante el Tofas y el Dijon. “Queremos conseguir este título y hacer historia en esta final, tenemos el foco puesto en eso; notamos que esto es algo histórico”, ha venido a resumir esta mañana la plantilla. Una expresión patentada por Rubén Domínguez y que resume el sentir general. En el pabellón se ha dado cita todo el equipo para atender a los medios, a excepción de Rabaseda, el que mejor currículo tiene y el capitán, pero arrastra un proceso vírico.

Estos días se van a juntar en la ciudad del Guggenheim los visitantes del PAOK y los del Rangers escocés, que juega el jueves la vuelta de cuartos de final de la Europa League. El director deportivo del Bilbao Basket, Rafa Pueyo, aseguró que llegan en un buen momento a la final de la Europe Cup y que más de 10 puntos sería una buena renta para Salónica. Aunque a este equipo se le ha visto perder dos veces de 19 y sacar cruces adelante, ante el Legia el curso pasado y el Dijon en el actual. “Sea cual sea el resultado en Bilbao tendremos la opción de ganar en Salónica. Cholet ganó allí en semifinales. Si me pedís una cifra, ganar por más de 10 puntos sería importante, pero seguro que va a ser muy difícil”, admitió.

El responsable deportivo del club vasco cree que este buen momento, tanto de juego como anímico y mental, en el que llegan a la final lo han alcanzado a partir de la espectacular remontada con el Dijon el pasado día 2 y el inolvidable 28-2 de los últimos cinco minutos. “Aquel partido nos dio alas y después el de Gran Canaria en Miribilla fue también muy bueno. Todo eso nos hace llegar con ilusión y la ambición de intentar ganar”, admitió Pueyo, quien restó trascendencia a la influencia que pueda tener en esta final la atmósfera del PAOK Sports Arena en el choque de vuelta. “¿Salónica? Creo que a ellos también les va a asustar el ambiente de Miribilla. Es un topicazo, pero el partido se juega en la pista y si los jugadores están concentrados en lo que tienen que hacer no tiene por qué afectarles. Desde luego no nos tiene que dar miedo y tenemos que buscar motivación en ese ambiente”, reflexionó.

Acerca de su rival destacó que el PAOK llega también “en muy buen momento” después de haber ganado por 25 puntos (94-69) al AEK Atenas el pasado sábado en el primer partido del playoff de cuartos de final de la liga griega. “Tienen seis norteamericanos y varios internacionales griegos. En las posiciones de uno y dos tienen jugadores de mucho talento como Reynolds y Bartley y luego Katsivelis es el termómetro del equipo. Juegan con mucha intensidad y debemos de intentar controlar el ritmo y a esos tres jugadores”, dijo.

Por último, Pueyo, que estuvo presente en la final de Charleroi hace 12 años como ayudante de Katsikaris, admitió que sería “un paso más en el crecimiento de club” y “un hito muy bonito” convertirse en el primer club vizcaíno en conquistar un título europeo tras el Bidaideak de silla de ruedas. Serían pioneros en cuanto a profesionales. “Creo que impulsaríamos todavía más el baloncesto en la ciudad. Ya se ha visto la respuesta que ha tenido la afición, que va a llenar Miribilla. La final está teniendo mucha repercusión y si somos capaces de ganar el título pues todavía tendrá más”, concluyó. Por el momento, afrontan esta final sin apuestas ni promesas extravagantes en el vestuario. “No me voy a afeitar la cabeza. Eso se lo dejo a Jaume”, bromeó Pueyo.

El Bilbao Basket, ante la historia
Luis Tejido

Por su parte, Domínguez aseguró que encaran esta doble cita como “un partido de 80 minutos seguidos, no dos de 40″. “A ver qué podemos hacer en casa y luego en Grecia dar la cara. Lo más diferente que nos vamos a encontrar es la atmósfera de allí. En ese campo va a estar petado y va a ser un espectáculo”, auguró el gaditano quien aseguró estar “acostumbrado a esas atmósferas” en partidos con las categorías inferiores de la selección española. “Es verdad que a nivel de selecciones he tenido la suerte de poder vivir finales o Mundiales, pero con tu equipo se siente algo más especial, porque es la gente con la que estás día a día trabajando. Vamos a darlo todo”, promete.

Por su parte, Gielo, siempre generoso en frases a la hora de explicarse, recalcó el deseo del vestuario de conquistar un título que “significaría mucho para los jugadores, para el club y para la ciudad”. ”Se trata de pensar que cada jugada es un partido pequeño y sacar nuestra mejor versión. Si nos enfocamos en jugar nuestro mejor baloncesto, los resultados van a demostrar que somos un conjunto superior”, añadió el cuatro polaco antes de sacudirse cualquier presión de buscar una buena renta en el primer partido en Miribilla. “Prefiero ganar dos partidos de un punto que ganar aquí de un margen grande y luego por temas por mala preparación mental perderlo fuera. Lo que quiero es ganar este título, me da igual de qué manera”, recalcó.

Por su experiencia en la liga griega, ya que militó allí hace tres años, Gielo destacó que el PAOK es un equipo que “tiene su arma más fuerte en el colectivo”. “Un poco como nosotros. En una final no va a aparecer un baloncesto bonito. Nos tenemos que apoyar, estar muy concentrados y en los momentos clave, ser una unidad”, explicó. A nivel personal, también llega con confianza. “Tengo experiencia, 32 años, y estoy aquí para aportar. Prefiero jugar 15 minutos buenos que 30 desaparecido. Estoy tocado, sí, pero ahora ya da igual. Es el momento más importante de la temporada y estoy preparado”.

De Ridder no quiere desaprovechar esta gran oportunidad. “Llegamos a esta final muy bien preparados, sobre todo desde el punto de vista mental. Hemos tenido que completar todo el recorrido desde la eliminatoria previa contra el Neptunas hasta esta final y llegamos en un buen momento. Ha sido un camino muy largo, hemos sido capaces de ganar casi todos los partidos y de sobreponernos a todos los malos momentos y a las peculiaridades de esta competición y creo que nuestra presencia en esta final es merecida”.

Pantzar propone “jugar duro, que nos lleve en volandas el público y confiar en lo que nos dice el entrenador y su cuerpo técnico... en una final es muy importante el aspecto mental. Tenemos 80 minutos por delante y vamos a dejarnos todo en la cancha. Sabemos para qué estamos jugando”. Y Rahkman propone “disfrutar de esta final porque no todos los años se juegan este tipo de citas, y vamos a hacer todo posible para conseguirlo”. “Muchos dirán que es un partido como cualquier otro, pero no es así. Vamos a tener un apoyo increíble de Miribilla y juntos podemos dejar una buena imagen”, agregó el héroe de cuartos de final ante el Tofas Bursa turco con un triple mágico. Ya han olvidado la última derrota ante Andorra, en las dos últimas jugadas. “Hay que limpiar la cabeza. Lo importante viene ahora y necesitamos prepararnos mental y físicamente para estar al cien por cien el miércoles”, asegura Mars. Por último, Kullamae expresó su deseo de celebrar con este título las Bodas de Plata del Bilbao Basket, que se cumplen en este 2025. “El objetivo es ganar, nada más. El partido de Miribilla será clave. Tenemos que jugar bien aquí y luchar cada ataque y cada defensa”, explicó el estonio.

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“Nos frustra un poco la derrota en Andorra, pero después del encuentro estábamos en el vestuario y Jaume y el resto del cuerpo técnico nos mandaron ya un mensaje muy claro de que tocaba olvidarse porque ahora llega lo más importante, que es esta final. Sería fácil decir que es un partido más, pero no es así”, coincide Jones. “Sabemos que vamos a tener un apoyo increíble en Miribilla por parte de nuestra afición y pienso que juntos, como un colectivo, podemos dejar una buena imagen. Para mí el objetivo debe ser ganar ambos partidos, no puedes salir pensando que el primer duelo, al ser en casa, hay que ganarlo con un margen suficiente para luego defenderlo en el segundo”, recalca Frey. Y Jones está en esa línea: “Queremos anotarnos ambos partidos y esa debe ser nuestra mentalidad estas dos semanas”. Dragic, cuya experiencia es capital, es de los que se mojan con un resultado “entre diez y veinte puntos” para ir tranquilos a Grecia. Y Cazalon lo divisa de forma clara: “Si estamos aquí es porque queremos ganar el título, no pensamos en otra cosa”. Sylla ve al grupo “preparado para ganar” y otro joven como Bagayoko considera que “levantar la copa sería algo inolvidable”.

Por su parte, Hlinason sigue el proceso de recuperación de la lesión muscular que sufrió en Dijon y su objetivo es estar disponible en el choque de Salónica. Para el duelo de ida, tiene muy clara su función: “Lo primero que debo hacer ahora es animar al equipo, que es lo que tenemos que hacer todos los que vengamos a Miribilla el miércoles. Tengo toda la confianza de que vamos a hacer un trabajo muy bueno. Seguro que con la energía del público iremos a Grecia con un buen resultado”.

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