El Joventut barre a un desconocido Lenovo Tenerife
La Penya jugó una primera parte memorable, de las mejores de todo el campeonato, dejando el partido encarrilado al descanso (54-21).
Pese a firmar una gran temporada, el Joventut solo había cosechado fracasos. El más sonado el de la Eurocup, pero también en la Copa precisamente contra el Tenerife. Y no podían, ni querían, empezar la serie perdiendo en casa. Salieron a la pista como un ciclón, jugando los mejores 20 minutos de la temporada. Pero no solo de la Penya, sino probablemente de toda la competición. Lo metieron todo, robaron mucho y ningunearon al Tenerife (100-68). A los 15 minutos el partido estaba decidido.
La tormenta perfecta del primer cuarto (27-7) se empezó a formar, como todas las tormentas, con ese intenso viento que anuncia que lo peor está por venir. Un viento con nombre y apellido, el de Andrés Feliz, que eléctrico y vertical, minimizó a Marcelinho. Las canastas de dos de Tomic empezaron a caer como los primeros gotarrones que anuncian el inminente desenlace. El cielo se iba cerrando sobre las cabezas del Tenerife. Arrancó a llover fuerte desde la línea de tres y la intensidad del diluvio solo fue en aumento. Intensos, concentrados y con una defensa excelente, la Penya pasó por encima de los visitantes.
Siguió noqueado el Lenovo Tenerife en el segundo cuarto, aún esperando a Shermadini, sin ser siquiera capaz de anotar canastas sencillas. Todo lo contrario que el Joventut, sin pérdidas, con un acierto excelente (10 de los 13 primeros triples) y con cada vez más confianza. No fue pues una tormenta de verano, corta, sino más bien una borrasca de las que duran y calan hasta los huesos (40-11). El Tenerife estaba fuera del partido con más de 25 minutos por jugarse, y pese a que anotaron un poco más en el segundo cuarto, el Joventut se mostró intratable. Fue su noche (54-21).
Jugó el Tenerife la segunda mitad ya pensando en el segundo partido, en no hacerse demasiado daño, pese a que algunos ya pensaban en el tercero. Nadie escapó del terrible partido en el Tenerife, tampoco Shermadini, que recibió unos irónicos cánticos de ‘MVP’. Y contestó, señalando la pista y marcando un tres con su mano: ‘Nos vemos en el tercer partido’, exclamó a la grada.
Pero para que el Olímpic vuelva a ver a Shermadini, Lenovo Tenerife debe ganar el segundo encuentro. Y para lograrlo tiene que cambiar muchas cosas. En la pista, evidentemente, pero sobre todo en la mente. Los canarios fueron ayer un equipo derrotado, rendido, incapaz de igualar la intensidad y las ganas de los verdinegros. Ese es el primer paso para, por lo menos, competir la eliminatoria.