Alberto Abalde (Ferrol, 1995) es una de las caras que simbolizan el despegue blanco desde el 13 de abril, cuando el equipo sumó en Bilbao su última derrota de la temporada. Desde entonces, nueve victorias seguidas y, sobre todo, mejores sensaciones, mucho mejor juego. Más solidez, y más decisión y acierto en ataque para recuperar gran parte de la confianza extraviada. El alero gallego ha hecho un gran trabajo defensivo y ha colaborado en la creación de juego en esta fase positiva.

Es su primera Final Four, ¿cómo disfruta la experiencia en Belgrado?

Es todo muy a lo grande, desde la atención a medios, con muchísimos periodistas de varios países, a la organización del evento, te puede recordar a los Juegos Olímpicos. Por un lado, tratas de evadirte para estar centrado y por otro te quieres empapar de todo al ser la primera vez.

¿Cómo cree que le pueden ganar al Barça?

Como siempre por los detalles, porque intuyo que será todo muy igualado. Los dos equipos nos conocemos mucho y los jugadores también de manera individual. Probablemente tanto ellos como nosotros plantearemos algún cambio con respecto a partidos anteriores, pero seguro que será un duelo muy intenso y el acierto de cada uno jugará un papel clave. Los detalles, como decía.

¿Cambia mucho la presencia de Higgins?

Es un jugadorazo, muy importante para ellos.

¿Cómo ha vivido el día previo?

Hay que estar tranquilos porque aún quedan horas para el partido y, con el entrenamiento de por la tarde, también te activas para seguir metido en modo competición. Los últimos entrenamientos sirven para dejar claros todos los conceptos que queremos introducir este jueves. Hemos hecho hincapié sobre todo en nuestros principios, si somos sólidos y hacemos las cosas bien seremos un rival difícil de batir. Y luego hemos preparado diferentes aspectos contra el juego del Barça. Hay ganas de saltar a la pista.

¿Cómo ha superado el Madrid la crisis?

Teníamos claro durante la mala racha de sensaciones y, sobre todo, de resultados que debíamos seguir trabajando sin parar para cambiar la dinámica, esa fue la clave. Dentro del vestuario los jugadores siempre lo tuvimos muy claro. Y Pablo Laso, como líder que es, también nos lo transmitió. Había que estar unidos.

¿Cuál era el problema?

A veces, cuando entras en una mala dinámica no hay un solo problema. Los malos resultados provocan dudas en el juego y estas acarrean más derrotas. Es cierto que en el Madrid no estamos acostumbrados a encadenar tantas.

¿El equipo ha salido de los problemas más fuerte?

Pues te diría que sí: atravesar las adversidades, unirse y superarlas te hace mucho más fuerte como grupo.

Y en lo individual, ¿también ha sentido esa dinámica?

Yo voy en la línea del equipo, cuando las cosas nos salen bien es más fácil para todos. Trato de estar preparado para dar mi máximo y aportar en lo que haga falta y me pida Laso.

¿Es el Madrid ahora más directo con el balón en las manos?

Hemos tratado de mejorar nuestro juego, de encontrar, no sé cómo decirlo… más frescura. Al final cuando entras en una dinámica negativa el campo se estrecha, el aro se cierra y no ves las opciones tan claras. Ahora, en fase positiva, es un poco al revés.