Resultado engañoso en Lugo. El Breogán ganó ‘solo’ por nueve puntos de diferencia un partido que llegó a dominar hasta por 31 (55-24 min. 18). Tan endeble y desmotivado observó a su rival que le permitió una distancia menos humillante. Los gallegos celebran mucho más que una gran campaña., la sensación de que hay Breogán para rato. El Unicaja deberá reinventarse. Gran partido de Musa a quien sus fans le pidieron que se quedase. Habrá que ver.

El Breogán, ante su fiel afición, celebró la fiesta de su consolidación entre los grandes de la ACB. Le ha costado pero se lo ha currado y merece por ello todo lo bueno que le está pasando y con sensación de que lo mejor está por llegar. Esto la cara. La cruz el Unicaja que ha hecho su temporada más lamentable en 30 años pese a tener el quinto presupuesto más elevado de la categoría (10,3 millones de euros). Apatía, desorden, falta de ilusión, hastío, jugadores sin implicación y falta de señas de identidad. Falta de calidad.

Así que, tras el engañoso 2-5 de salida el torbellino lucense se puso a funcionar. Kalinoski cogió modo ‘on fire’. Y el adorado Musa, recuperado de su fractura de laringe, lo mismo. Todas las miradas se posaron sobre este excelente jugador, candidato claro a MVP de la temporada. Un mes de ausencia y estuvo colosal para hacer feliz a una grada que le adora. Por no hablar de Sakho o Iván Cruz que se paseaban ante el pasotismo malagueño bajo aros con la tristeza de ver que Nzosa ha dejado de progresar y Rubén Guerrero no intimida ni impone su autoridad. Y con Cameron a su bola y Abromaitis con problemas de lesiones… poco más que añadir.

El 55-24 del minuto 18 era el reflejo de dos realidades distantes y distintas; el crecimiento e ilusión de proyecto contra el hastío y la necesidad de resetear de este insulso y mediocre Club Baloncesto Málaga de 2022.

Aunque Veljko Mrsic, técnico de los gallegos y antiguo jugador del Uncaja, no permitía relajaciones temporales, el Breogán bajaba parcialmente el pie del acelerador para permitir rachas maquilladoras de los tiradores malagueños. Aun así la diferencia era notable a los 26’ (65-42). Con Brizuela haciendo las cosas a su modo el tercer cuarto se cerró con 77-56,

Seguramente, una vocecita interior dijo a los jugadores del Carpena de no era digno arrastrarse hasta el último día. Lamentablemente, los de Ibon encontraban solo remedios impulsivos individuales en perjuicio del bien colectivo. El Breogán se dejó ir y bajó su nivel de intensidad. Unicaja, con un parcial de 5-14 y algunos buenos detalles de Nzosa se acercó en el marcador (82-72 min, 35). Mrsic pidió tiempo porque no podía creerse que un oponente tan pasota le pudiera poner en aprietos. No nos engañemos. Si el Unicaja se acercaba era porque el Breogán se lo permitía. Y por eso el marcador final fue el engañoso 93-84. El Unicaja puede interrumpir una racha de 26 temporadas consecutivas jugando en Europa. Con semejante imagen no parece probable que caiga la invitación salvadora de la Basketball Champions League.