El trono de Miribilla

Miribilla vuelve a encontrarse ante una jornada histórica. Esta vez, cosa rara, no se trata de la invocación a una nueva gesta del Bilbao Basket. Alberga en sus entrañas verdes y amarillas la final de la Champions con dos equipos españoles en liza: Lenovo Tenerife y BAXI Manresa. El antecedente más inmediato sonríe a los amarillos: 94-83 en Liga hace una semana. Tras despachar en semifinales al Hapoel Holon israelí y al Riesen Ludwigsburg alemán, los representantes de la ACB están preparados para prolongar la supremacía de nuestro país en el torneo y coger el relevo de un Burgos que ha reinado en las dos ediciones anteriores. Primera ocasión con una pelea por la copa entre dos compatriotas. El 50 por ciento de los equipos que han llegado a una final de la BCL proceden de España (6/12).

El gran favorito es el Tenerife de un Vidorreta que quiere ser profeta en su tierra. Afrontan su tercera final y persiguen el segundo título tras conquistar la Champions de 2017. También están en las vitrinas del club canarista la Intercontinental de 2017 y 2020. El Lenovo ha dejado de ser un club modesto hace tiempo para entrar en la nobleza de la ACB. Ha ganado sus últimos 10 partidos en la BCL y va camino de igualar el récord en la competición, en poder del Mónaco (14, entre abril de 2017 y enero de 2018). Los insulares se han impuesto en los seis encuentros disputados en suelo español en cuartos, semifinales o la final. Doornekamp es el único de los participantes que ha disputado una final, la que ganó con el propio Tenerife. La alianza ­Huertas-Shermadini volverá a ser una de las claves.

El Manresa, por su lado, es uno de los clubes históricos en España y le falta la guinda de un título europeo, por eso nadie desea más esta Champions que ellos. Sus vitrinas esperan compañera para la Liga ACB de la temporada 1997-98 y la Copa de 1996. Parten con varios puntos de ventaja, por el aliento de la grada. El viernes, cuatro mil aficionados del Bages dieron forma a un infierno manresano a distancia y hoy se espera que el calor crezca hasta más de cinco mil, medio Miribilla. Frente a eso, un puñado de valientes canarios y los aliados de Bilbao, por el afecto hacia su entrenador y sus cinco jugadores que fueron hombres de negro en el pasado. Pero nada asusta a esta gente que en 2019 jugó una semifinal en el imponente Sportpaleis de Amberes ante el anfitrión y con 17.000 gargantas en contra.

El BAXI ha ganado sus últimos cuatro partidos de BCL y una victoria hoy depararía su mejor racha en la competición. Ha sido el equipo revelación este año, pero ha gastado muchas energías con su juego alegre y ultrarrápido. En la previa hubo un momento para el pique de ambos técnicos. Martínez no deja de repetir que Manresa tiene tres veces menos dinero que su rival y a Vidorreta no le hace mucha gracia: “No creo que a Pedro le preocupen mucho los presupuestos ahora porque sabe que pueden ganar a cualquiera. Tenemos delante a un equipo top, que por eso está en la final”. Esta tendrá lugar a las 20:00 y tres horas antes jugarán Holon y Ludwigsburg por el tercer y cuarto puesto.

El eco para la historia es grande, pero el premio en metálico no es ninguna tontería: un millón de euros para el ganador. El subcampeón se embolsa 400.000, el tercero 200.000 y el cuarto, 140.000. La FIBA eligió al Mejor Quinteto del torneo: Ragland (Holon), Radebaugh (Ludwigsburg), Johnson (Holon), Moneke (Manresa) y Shermadini (Tenerife). El segundo equipo fue Huertas (Tenerife), Thomasson (Manresa), Stewart Cluj), Akoon-Purcell (Galatasaray) y Buva (Rytas). Moneke fue designado MVP y, sin llegar a nombrarle, dio un toque de atención a Musa (Breogán): ”Esta es una victoria de equipo. Yo puedo ser el MVP en España. En otra liga, si no llegas a los playoffs...”. Pedro Martínez, el mejor entrenador. Y el joven del torneo, Bortolani (Treviso).