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LIGA ENDESA | 27ª JORNADA

Un Valencia coral suma otro triunfo y se instala en la zona alta

Dubljevic regresó por sus fueros y volvió a ser dominantes debajo del aro después de bastante tiempo.

Un Valencia coral suma otro triunfo y se instala en la zona alta
M. A. PoloACB Photo

El Valencia Basket ha puesto velocidad de crucero en la Liga Endesa. Otro triunfo más ante Unicaja (90-75) le deja mano a mano con el Joventut, en pugna por la tercera plaza de la liga regular, su lugar natural en el campeonato. Lo mejor es que fue una victoria coral, sin ningún jugador que sobresaliera sobre el resto, pero con varios de ellos firmando un notable alto.

Llamó la atención el regreso de Dubljevic a su nivel habitual después de varios partidos en el que se había mostrado muy gris. 13 puntos, 8 rebotes y la sensación de que vuelve a ser dominante en la pintura. En realidad fue ahí donde se fraguó la victoria ante Unicaja. Los números de Rivero (13+4) y Pradilla (11+4) así lo atestiguan. En el perímetro, Hermannsson y López-Arostegui siguen manteniendo el tipo ante el carrusel de lesiones, y Ferrando volvió a demostrar que va a ser muy útil en la rotación.

En el Unicaja, no fueron suficientes ni para pelear el partido los 16 puntos y 5 asistencias de Brizuela. Da la sensación de que los de Ibon Navarro no acaban de engrasar el bloque a pesar de que son un puñado de buenos jugadores. Los playoffs ya se le quedan a una brecha de tres partidos, con ocho por jugar, una distancia que le ponen el objetivo más que complicado
Poco más de 40 horas después de vencer al Tenerife en un duelo extenuante, el Valencia Basket volvía a La Fontea para roer otro hueso duro en su tercer partido seguido en cinco días. El Unicaja entró más entonado al partido, el Valencia empezó muy frío, concediendo demasiadas segundas opciones a los cajistas. Brizuela campaba a sus anchas por el perímetro. Un parcial de 0-8, con dos triples de Brizuela y Abromaitis, abrió la primera brecha (6-13). Claver salió al rescate con dos triples y dos libres pero Carlos Suárez, bien abierto, devolvió los dos lanzamientos desde el 6,75.

Este Valencia acostumbra a intercalar momentos de lucidez absoluta en el que desarbola a su rival con otros en los que se le nublan las ideas. Y el inicio del segundo cuarto fue uno de los primeros. En un abrir y cerrar de ojos, una canasta de Rivero con adicional que no aprovechó y dos triples de López-Arostegui y Dubljevic le dieron la vuelta al marcador (27-25, min. 11). El plan del Valencia era buscar siempre a sus hombres interiores, tratar de darles la bola en ventaja. Así, Dubi y Rivero hacían daño dentro. También Pradilla, poco después, con su movilidad, ponía la máxima ventaja local hasta entonces (39-35, min. 18). Unicaja estaba más incómodo que en el primer acto. Aun así, seguía dando guerra con un Barreiro que aparecía por lugares donde no se le esperaba. Una canasta de Hermannsson, en penetración, lo dejaba 41-40, al descanso.
El Valencia salió del vestuario con la misma idea pero con una vuelta de tuerca más en defensa, punteando siempre la línea de pase de los cajistas. Así, entre Dubi y Rivero se marcaron de inicio un parcial de 9-3 que dio las primeras ventajas serias a los taronjas. El Unicaja, al contrario, encontraba las vías hacia al aro desde el perímetro. Dos triples de Abromaitis y Brizuela fueron contestados con otros dos de Hermannsson y Arostegui. El Valencia empezaba a estar muy sólido, a pesar de que Unicaja seguía encontrando bolas extra a través del rebote ofensivo (10). Dos libres de Labeyrie pusieron la máxima (65-55) a falta de 33 segundos. Pero Bouteille, de tres, lo dejó en 65-58.

Al Unicaja le quedaban diez minutos para darlo todo e Ibon Navarrro sacó a Bouteille para cambiar el ritmo. Y el Valencia tardó en detectar al galo que mientras, iba anotando. Una canasta de Oliver volvió a poner al Unicaja muy dentro del partido (70-66, min. 33). Pero justo ahí se le acabó la gasolina a los malagueños. Un triple de Hermannsson sobre la bocina de posesión fue el primer golpe duro para los de Navarro (79-68, min. 35). Otro más, también con el reloj a cero, de Ferrando, acabó de minar la moral de los cajistas. Una antideportiva de Barreiro a Rivero fue la constatación de ello. Un triple de Dubi (88-71), a falta de minuto y medio, fue la puntilla.