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Radoncic: "Estuve deprimido, quería dejar de jugar al baloncesto"

El ex del Real Madrid se sincera en una charla para GRRR: "Doncic era mi mejor amigo. Pero cuando él anotaba 15-20 puntos yo anotaba 4, así que estaba muy decepcionado”.

Radoncic: "Estuve deprimido, quería dejar de jugar al baloncesto"
EstherCasas

23 años, 5 equipos ACB, debut a los 16 en el Real Madrid y la presión de haber crecido bajo la sombra de Luka Doncic. La madurez con la que Dino Radoncic afronta el baloncesto no es fruto de la casualidad si no de una lucha encarnecida contra el que a veces es nuestro peor enemigo, nuestra propia mente. Su trayectoria es prueba del esfuerzo constante que lo ha acompañado desde dejar Serbia con tan solo 14 años. En esta charla para la marca de ropa urbana GRRR, Dino se abre en canal para contarnos los miedos y demonios de un jugador de baloncesto; tantas veces superhéroes que olvidan que no es más fuerte el que no cae, si no el que ante más adversidades se levanta.

Lidiar con la presión de jugar en el Real Madrid siendo solo un adolescente, asegura, no es algo para la que uno esté preparado a tan corta edad: “Cuando eres niño no estás preparado para eso. Cuando tienes 16 solo piensas en lograr esos objetivos: quiero estar ahí, quiero practicar con los seniors… Con el paso de los años vas viendo que es más fácil llegar pero es más difícil quedarse”. Asegura que quedarse en el Real Madrid por muchos años es lo realmente complicado y recomienda a los jóvenes del equipo que no se centren en las distracciones: “Que no miren tanto las redes sociales o los periódicos pensando en su futuro y simplemente se centren en su trabajo.”.

Las comparaciones también son a veces odiosas. Compartir generación y equipo con uno de los jugadores más grandes que ha dado Europa, le hizo, sin duda, sentir en muchas ocasiones que sus progresos nunca eran suficiente: “Luka Doncic era mi mejor amigo y un jugador de mi edad que estaba haciendo cosas increíbles. Luka es especial. Siempre fue especial. El problema era que cuando él anotaba 15-20 puntos yo anotaba 4, así que aunque tenía 17 años estaba muy decepcionado”. En aquel momento la comparación le afectaba mucho, aunque con el paso del tiempo y los consejos de algunos compañeros, aprendió que cada persona tiene su propio camino: “Gustavo Ayón me dijo que no mirara lo que hacía Luka. ‘Aunque él no se quede a tirar después de un entrenamiento, tú sí tienes que hacerlo’. Entendí que tengo que hacer más trabajo-trabajo-trabajo-trabajo para estar al nivel”. Aprendió que “Cada jugador tiene su propia carrera, su propio camino y no tienes que fijarte en lo que hacen los demás. Solo enfócate en tu trabajo y tus metas”.

A su corta edad, 23 años, esta es ya su sexta temporada como profesional y milita, en Zaragoza, en su quinto equipo ACB. “Es muy difícil para un jugador joven hacerse un nombre en la ACB; hacer que los aficionados, árbitros y entrenadores te respeten”. Su paso por los mejores y también los peores equipos de España le ha llevado a entender en profundidad los altos y bajos del baloncesto europeo. El salto al baloncesto profesional supuso una presión para el serbio: “cuando era Sub-18 solía ser muy bueno, pero cuando llegué al baloncesto profesional a veces me preocupaba si estaba solo debajo de la canasta ¿podría anotar?”.

Hace dos años, reconoce, pasó por un enorme bache a nivel mental: “Tuve algunas dificultades psicológicas. Incluso quería dejar de jugar porque no me sentía bien. Estaba realmente deprimido. Tuve algunos problemas personales, luego tuve una lesión en la espalda que me paró tres semanas y cuando volví el entrenador me dijo que ya no me quería. Eso fue muy duro para mí. Entonces es cuando pensé que ya no quería hacer esto. no me gusta. No quiero ir a entrenar. Cada entrenamiento era como un nocaut para mí. Lo odiaba”.

Sin duda un momento duro en la carrera del jugador, que sin embargo tiene siempre muy presente ya que, asegura: “Recuperé mi confianza y mi motivación, creo que eso es lo que me hizo realmente fuerte ahora”. Su familia, en su caso, fue su motivación principal, y es que “Cuando estás lejos de tu familia necesitas hacer que valga la pena”. Su amor incondicional por el baloncesto, siempre ha estado en cambio intacto, dice que: “ser jugador de baloncesto no es fácil pero hacer lo que amas lo hace más fácil”. Muchos jugadores dicen: “que pierdes el amor a medida que pasan los años, así que cada año debes recordarte a ti mismo que primero debes amar este juego para tener éxito en él; eso es algo que siempre tengo en mi cabeza”.