El Gran Canaria devora a un decadente Unicaja

La cita de esta noche en territorio insular sirvió para confirmar tendencias totalmente opuestas. Mientras el Gran Canaria suma su cuarta victoria consecutiva (76-59) en Liga Endesa y se mete de lleno en la pelea por unos playoff hasta hace bien poco imposibles, el Unicaja sigue en plena caída libre. Son ya ocho derrotas en 10 partidos, lo que le obliga a tomarse más que en serio la amenaza de pelear por no descender.

Reinó en el Gran Canaria en la locura triplista inicial. Si Brizuela enchufó el primero para el 2-3, dos seguidos de un atinado Albicy, combinados con otros cuatro puntos de Pustovyi, le dieron a los locales su primera ventaja importante del partido: 10-3. Se recompuso pronto el Unicaja, a tirones todo este primer cuarto, hasta que un triple de Slaugther para cerrar los diez minutos iniciales mantenía tranquila a la animosa parroquia local: 19-13.

Parecía que los muchachos de Porfirio Fisac podrían abrir brecha en el segundo parcial tras la canasta inicial de Kramer. Pero el partido se atascó, lo que favorecía a un Unicaja que, tras un triple de Francis Alonso, se metió de nuevo en vereda: 22-20. El juego, cada vez más espeso en una y otra canasta, convirtió el aro en diminuto, Daba igual cuál. Tanto, que al descanso se llegó con un pírrico 30-28.

Desde luego, le sentó mejor el receso al Gran Canaria. De tan mal como le fue, podría incluso pensarse que el Unicaja ni siquiera compareció. Si no quiso, no pudo disimularlo peor. En la hueste de Fisac todavía no se habían estrenado ni Shurna ni Brussino, y cuando lo hicieron fue a lo grande. El primero inauguró su casillero de puntos en la primera jugada de la segunda parte, mientras que el alero internacional argentino enchufó siete puntos seguidos, un triple y un 3+1, para poner a su equipo 40-31.

Estaba lanzado ya el equipo local, preparado para coger todo el impulso posible, oliendo la sangre del rival y lanzándose con todo a por la que fue su cuarta victoria consecutiva en la competición doméstica. Un triple de Shurna le dio su primer +10, 40-33, y un gancho posterior del Pustovyi obligó a Navarro a parar el partido cuando todavía quedaban 6:44 de este tercer cuarto. Otros dos triples de Ennis anunciaban la sentencia, 53-35, y por cómo se estaba desarrollando el duelo, tan contento podía estar el Unicaja perdiendo ‘apenas’ de 15 puntos, 58-33, una vez consumidos ya 30 minutos de este desigual envite.

Tocado y hundido, el Unicaja fue la viva imagen de la desolación en un último cuarto de trámite. Sin alma, sin un ápice de orgullo, acaso sobrepasado en todo. En cualquier caso, ni rastro de baloncesto en el equipo de la capital de la Costa del Sol, ahora mismo un desperdicio, nada parecido a lo que debe ofrecer una entidad de semejante alcurnia. Muy pronto se puso el Granca +20, 65-45. Enfrente, el orgullo de Brizuela y nada más. Por méritos de uno y otro, hasta engañoso fue el 76-59 final.

Tras su doloroso arranque liguero, el Gran Canaria confirma su mejoría y vuelve a meterse de lleno en la lucha por los playoff tras haberse quedado fuera de la Copa del Rey. Por su parte, un decadente Unicaja sigue lanzado cuesta abajo y sin apariencia de poder frenar. Acumula ocho derrotas en los últimos 10 partidos y aumenta su roneo con el descenso, algo inaudito en la guarida del Carpena. Sin visos de mejora, la tragedia acecha.