A diferencia de lo que está pasando en la Euroliga, donde el Madrid-CSKA de este jueves (20:45 horas) en el WiZink Center sigue confirmado pese a que los blancos acumulan ocho positivos (siete jugadores y Laso) en los últimos diez días (el último, Hanga este jueves), la ACB ha decidido aplazar el partido que iba a enfrentar el lunes 27 de diciembre al Real Madrid con el Joventut en Badalona.

El duelo, que corresponde a la jornada 15, queda pendiente de nueva fecha y horario. El motivo del aplazamiento es obvio, por eso no se entiende que siga en pie el choque ante el equipo ruso. Primero, el riesgo sanitario es evidente, tanto para la propia plantilla del Madrid, si continúa entrenándose y jugando partidos, como para el rival, que podría sufrir un brote de coronavirus en sus filas si el encuentro se disputara.

En segundo lugar, el Madrid no dispone en la Liga Endesa del mínimo de ocho jugadores de la primera plantilla inscritos libres de coronavirus. Ahí no cuentan los menores de 22 años que actúan como vinculados a la cantera, es decir, ni Vukcevic, ni los lesionados Alocén y Ndiaye, ni el positivo Juan Núñez (en la Euroliga sí, y tiene 20 jugadores inscritos con Klavzar, Sediq Garuba y Baba Miller, este incluido el miércoles).

El duelo en la situación actual no se disputaría en las condiciones mínimas exigibles para un espectáculo a la altura de la competición. El Madrid podría presentar, a día de hoy, entre los 12 jugadores inscritos, a Williams-Goss, Llull, Taylor, Tavares y el renqueante Rudy. Se quedarían fuera por la COVID-19 Heurtel, Hanga, Causeur, Yabusele, Randolph y Poirier. Y por lesión, Abalde, que apura su recuperación. Otro lesionado, Thompkins, no está dado de alta. En la práctica podría añadir a Vukcevic de entre los vinculados que ya han jugado con el equipo. Es decir, 5+1, seis jugadores hábiles.