El proyecto del Baskonia se tambalea en el inicio de año
Las cuatro derrotas seguidas entre Euroliga y ACB preocupan en Vitoria. Han surgido algunas dudas con Ivanovic, pero no peligra porque Querejeta tiene debilidad con él.
El Baskonia de Dusko Ivanovic 2021-22 recuerda demasiado al que tuvo Velimir Perasovic hace dos temporadas. Se paseaba por Europa encajando derrotas sonrojantes y cayendo en Liga ACB ante rivales de mucha menor eslora. Un día de Navidad, y por ser quien era en la historia del club, fue cesado y desembarcó en el club Dusko Ivanovic, compañero suyo en la Jugoplastika legendaria. Ni una mala palabra entre ellos, todo lo contrario. De no haberse apellidado Perasovic habría sido cortado mucho antes.
Caer en un deporte como es el baloncesto no tiene ningún delito pero hacerlo por 83-69 en Kazán, por 83-54 en San Petersburgo y por 65-83 con el Real Madrid escuece mucho. Curiosamente, en los tres encuentros de la pasada semana, los vitorianos han encajado 83 en contra. Pero les cuesta mucho anotar. “Tenemos que defender, cerrar nuestro rebote y correr porque eso nos puede dar diez o más puntos por partido. En el cinco contra cinco está claro que nos cuesta mucho”, dice Ivanovic.
Lo primero que hay que analizar es el asunto financiero. Año y medio sin apenas ingresos por taquilla, publicidad (ahí se ha movido relativamente bien el club) o marketing ha herido de muerte a muchas entidades. Y el Baskonia no es ajeno a ello y eso que vendió a Luca Vildoza a los New York Knicks y estuvo a punto de hacer lo mismo con Rokas Giedraitis. Pero tuvo problemas con TD Systems ya que la empresa de televisores consideró que las contraprestaciones pactadas en el contrato eran dignas de prepandemia y que el club no las cumplía por lo que dejó de pagar. Ese matrimonio terminó en divorcio.
Ahora ha llegado Bitci, una compañía de criptomonedas radicada en Turquía que paga un fijo al Baskonia y otra cantidad en variables dependiendo de la cotización en el mercado internacional. También ha cerrado un contrato con Zotapay para el Alavés, que navega junto al club de baloncesto desde que Josean Querejeta, presidente del Baskonia, se hizo cargo de la mayoría accionarial del equipo de fútbol. En el balompié también han bajado considerablemente los ingresos televisivos, taquilla, abonados y publicidad. En teoría, menos dinero, presupuesto más bajo y peor plantilla.
A pesar de ello, durante el verano se hicieron fichajes muy ilusionantes que encantaron a los aficionados. Baldwin IV, Costello, Fontecchio, Nnoko, Enoch, Marinkovic junto al regreso de Granger tras su exitoso año en Berlín. Jugadores como Giedraitis, Peters o Sedekerskis continuaban en la franquicia vitoriana. Pero, a partir de ahí, el plantel se antoja corto y efectivos como Kurucs o Barrera no tienen el máximo nivel y cuando se viaja por Europa se les notan las costuras. “En algunos puestos no estamos dando el nivel que exige jugar a este nivel”, comenta Dusko. Se enfrentan a rivales con mucha mayor experiencia y talento. Es obvio que, con tantas caras nuevas, lo normal es que haga falta tiempo para que las piezas encajen. Pero en el baloncesto profesional el tiempo falta.
Otro asunto que genera debate en Vitoria es la decisión del cuerpo técnico y directivo de fichar a pívots móviles pero “bajos”. Salieron del club Ilimane Diop, Tonye Jekiri y Youssoupha Fall y han llegado Matt Costello, Landry Nnoko y Steven Enoch. A Ivanovic le gustan este tipo de jugadores para los cambios defensivos o el 2 contra 1 que le gusta ejecutar en defensa en la cabeza de la bombilla. Pero, claro, pierde rebote, posesiones y confianza. Si defiendes bien, luego sueles atacar mejor. Durante la temporada presente, además, el equipo comete muchas pérdidas. Pero, en realidad, lo que hace es conceder un ingente número de rebotes ofensivos. Si, encima, no anotas, la fórmula es explosiva.
A Josean Querejeta no le suele temblar la mano, pero con Dusko Ivanovic tiene una debilidad. Lo considera el mejor entrenador de la historia en el club y, aunque su estilo se ha dulcificado mucho, le valora mucho. No olvidemos que fue capaz de conseguir la última Liga ACB, la de la burbuja de Valencia. Pero los resultados dictan sentencia y el entrenador montenegrino reconoció el domingo por la noche que “nadie sabemos cuándo puedes llegar a un club y cuándo puedes salir. Lo que hay que hacer es trabajar todos los días y tratar de hacerlo lo mejor posible”. Echar a Dusko, además, supondría tener que hacerse cargo de su salario hasta junio de 2.022 y afrontar el pago a un nuevo inquilino del banquillo. Y la economía no está para grandes desembolsos, como le ocurrió hace poco a Javier Calleja en el banco del Alavés. Quizás por eso libró el técnico del club de fútbol. Esa decisión habría sido errónea viendo los últimos resultados.
También hay que considerar el tema de las lesiones, donde este club ha tenido mala suerte este año. Alec Peters recibió un fuerte golpe en la rodilla en la pretemporada y se inició un tratamiento conservador con él, que no resultó exitoso. Finalmente, ha sido operado en Chicago porque hay afectación meniscal. Para cubrir su baja ha llegado Lamar Peters, que jugaba en el Frutti Extra Bursaspor turco. Sander Raieste también está en el dique seco y Giedraitis ya se ha perdido tres partidos por culpa de un esguince de tobillo: Joventut, Unics y Zenit. Ante el Real Madrid jugó bastante mermado.
Y, por último, está el tema de Baldwin. Llamado a ser el jugador diferencial, apenas aporta en dirección y puntos. Ivanovic lo quiere de dos y por eso se está sondeando el mercado en busca de un base que, tras la lesión de Peters, podría ser extracomunitario. Baldwin fue padre hace un mes y no viajó a El Pireo ni a Manresa porque su mujer estaba a punto de dar a luz. Eso incomodó al club porque tardó en ser padre unos días más y podría haber participado en esos duelos sin mayores complicaciones. Su deseo de coger descanso por la paternidad también incomodó a las altas instancias por lo que se llegó a especular con una multa o incluso ser cortado. La última palabra la tiene siempre Josean Querejeta y lo cierto es que echaba humo durante esos días.
Ahora llega una semana clave para la evolución de las decisiones. Se recibe al talentoso Maccabi mañana a las 20:30 horas y se juega, también en Vitoria, contra el Unicaja en Liga ACB. El propietario del Baskonia desea el cambio de cara inmediato porque le costaría mucho tener que cesar a Ivanovic. Lo que tampoco va a hacer es que el equipo entre en vía muerta y muera de inanición. El comienzo es desolador en cuanto a sensaciones aunque el balance en la tabla es totalmente reversible. En Euroliga tiene 3 victorias y 4 derrotas y, en ACB, el asunto va 3/5. En total, ha jugado 15 partidos, ha ganado seis y ha perdido nueve. Además, está clasificado para la Copa del Rey porque, a falta de oficialidad, se celebrará en Vitoria y la disputará por ser el anfitrión. "Hay que ser autocríticos para ver qué puede hacer cada uno para ayudar al equipo. Tenemos que ser positivos y lavar la imagen por nuestro orgullo, el del club y la afición, y hay que pelear hasta el final los partidos", apunta Granger, uno de los pesos pesados, que incidió en que "la actitud y la imagen hay que darla siempre". "Que la gente confíe en el proceso. Haremos todo lo que esté en nuestras manos para mejorar", manifestó el base.