Hakanson, ante su pasado culé

Hakanson afronta el domingo un partido que no es uno más. Se mide con el Barcelona, el club en el que formó. "Me trajeron a España hace diez años y siempre les tendré un cariño especial. Llegué a la cantera, a La Masia, fue hace mucho, estuve desde los 15 a los 19 años y me enseñaron cómo se juega aquí, pude comprobar el nivel alto que hay en la ACB, siempre estaré agradecido", resume el base-escolta nórdico. Llegó en 2012 desde el Alvik Estocolmo y se asomó como gran promesa. Pero ya se sabe que el Barça de baloncesto no apuesta por la cantera en los últimos tiempos como lo puede hacer el Madrid de Laso. Fue cedido al Riga, Sevilla y Fuenlabrada y finalmente se desvinculó y firmó por el Estudiantes. Luego inició aventura en el Zielona Gora polaco y, tras ese paréntesis, regresó a la ACB, enrolado en las filas del Bilbao Basket. Todo ese periplo a sus 25 años. Aún es muy joven. 

La Masia le dio muchas cosas, pero pocas oportunidades. "Si no eres Doncic, es difícil cuando eres júnior y llegas a uno de los mejores clubes de la Euroliga. Yo estoy agradecido porque me han educado como jugador en España. Cuando vine solo había jugado en Suecia, a un nivel más bajo, tenía que aprender todo muy rápidamente. tenía que anotar y me enseñaron a jugar de base". Y en esa faceta ha enfocado su carrera hasta ahora, cuando Mumbrú le ha movido al puesto de dos. "Lo de base o escolta es solo una etiqueta. Cuando llevaba el balón también pensaba en anotar, ahora sigue en mi cabeza el tema de la dirección, es como estar dos bases en la cancha, aunque es verdad que quizá tengo algo menos de responsabilidad".

El Surne está 0-3 y viene el Barça, así que lo normal sería arrancar con 0-4. Pero que no cunda el pánico. Solo hay un lunar claro. "Ante el Zaragoza no estuvimos con la agresividad adecuada. Lo hablamos y hemos estado mejor contra el Tenerife. el Barça es uno de los equipos más físicos de la Liga y habrá que intentar igualar el listón que pongan. Nos falta encontrarnos en la pista, pero no vemos imposible ganarles", sostiene el jugador sueco. Todo es posible. Ludde ya sabe lo que es derrotar al cuadro culé. Hubo un zarpazo en Miribilla, de hecho, ante un Barça en el que estaba él: el 4 de enero de 2015, con 21 puntos de Colom y el sueco no anotó en seis minutos (73-67). Hakanson no está pensando ahora mismo en qué año les espera y en tratar de evitar la agonía de la campaña pasada. "Nos centramos más en lo que hicimos mal el otro día y en mejorar en cada entrenamiento para no repetirlo; lo del año pasado queda en el olvido, estamos en otro distinto".