Un tiro libre separó a España de las medallas. "Es una lástima, porque nos lo merecíamos", reconoce Lucas Mondelo, que hoy cerrará su primer campeonato con la Selección sin subir a un podio: llevaba siete seguidos.

La derrota ante Bielorrusia del primer día ha tenido consecuencias nefastas. En primer lugar, obligó a España a enfrentarse a la temible Serbia en cuartos. Un partido a cara cruz, en el que la Selección no tuvo la fortuna de otras veces. Recordemos: la canasta de Lyttle con la que España se colgó el oro en 2013, aquel 2+1 de Anna Cruz ante Montenegro en el Eurobasket de 2015 que valió las semifinales, su tiro sobre la bocina frente a Turquía en los Juegos de Río para colar a la Selección en la lucha por las medallas... La suerte no sonrío a España el miércoles, pero es que además le tocará jugarse una plaza para el Premundial de Australia ante Rusia, un gigante dormido, mientras que por el otro lado del cuadro van Bosnia y Suecia, dos rivales bastante inferiores al de la Selección por este sexto puesto.

Rusia fue durante años la gran pesadilla española. En 2011 subió a lo más alto del podio y, después desapareció del mapa. Poco a poco va volviendo, sobre todo, porque presume de contar con Maria Vadeeva. La joven pívot del Ekaterimburgo debutó con su selección con sólo 16 años y ha ido creciendo al ritmo de esta nueva Rusia. Hasta que la bosnia Jonquel Jones batiera el miércoles el récord de rebotes en un partido (24), la rusa presumía de haber firmado el tope en la competición con 21 rechaces. Y la mayor prueba de su potencial es que lo logró en 2017, cuando estaba a punto de cumplir 19 años. En este campeonato promedia 19,4 puntos, 7,4 rebotes y 3,6 asistencias para 23 de valoración, la tercera que más de todo el Eurobasket tras la belga Meesseman (33) y la bosnia Jones (30). De su misma generación (1998) es Raisa Musina, alero del Dinamo Kursk y otra de las joyas del baloncesto ruso: 12,6 tantos y 10,8 rebotes.

Un rival con mucho potencial (y centímetros) pero al que España no debe tenerle miedo. “Es un día para ser valientes, la mentalidad es la misma que si nos estuviéramos jugando una medalla”, avisa Mondelo. "Hay más presión, porque no es un partido de la alegría, es un encuentro con menos premio, pero nos jugamos un Premundial", añade el seleccionador que saca algo positivo de la derrota ante Serbia: "Hay un aprendizaje para las jóvenes y esas jugadoras nos van a dar muchas alegrías en el futuro". Con Laura Gil tocada, una de esas jóvenes (Raquel Carrera) tendrá que echar una mano. España-Rusia suena a final: sin medallas, pero con mucho en juego.