Han tenido que pasar siete años y seis entrenadores para que el Barça vuelva a proclamarse campeón de liga. Ha tenido que regresar Jasikevicius al banquillo y Pau a la pista, han tenido que jugar bien y defender mejor, pero al final el premio es suyo. La primera liga de Saras, la última de Pesic, que fue el encargado de arrancar el proyecto y cambiar la inercia. Los vientos de cambio que soplan en Can Barça han respetado el trabajo del lituano, que en su primera temporada ha demostrado lo que todos sabían. Que es un ganador.

El Barça ha estado en disposición de ganar todos los títulos en los que ha participado, jugando todas las finales posibles. Solo Anadolus Efes ha evitado el triplete, pero para la primera temporada de Saras en el banquillo poco más se puede pedir. Porque además de títulos el Barça ha recuperado el gen competitivo, con una defensa sin igual en Europa y un baloncesto de alto nivel. El partido de ayer fue solo otra muestra. Mirotic lideró, Hanga defendió como nunca y Kuric encestó como siempre, todo bajo la dirección de Calathes (¡qué partido el suyo!) y el apoyo de Pau. Una noche redonda.