Xabi López-Arostegui, de 24 años, es uno de los puntales del Joventut de Badalona y acaba de recibir el Premio Endesa por su rendimiento y por combinar valores como la actitud, el liderazgo, la eficacia, la entrega y la generosidad. Un alero de dos metros que ha explotado en la élite esta temporada y que se ha significado como uno de los mejores jugadores nacionales en la ACB. Este jueves por la noche (22:00, Movistar Deportes) peleará con la Penya, y con público en la grada (1.000 espectadores), por forzar el tercer partido en el playoff de cuartos ante el Barça (sigue el partido en directo en As.com).

Enhorabuena por el premio.

Sí, estoy muy contento por su significado, porque reconoce la trayectoria y una serie de valores. Y porque puede servir de ejemplo a otros jóvenes jugadores, ya que he pasado por todas las categorías inferiores de mi club, la Penya, y por todas las competiciones de la Federación.

En 2011, con solo 14 años, deja Getxo y a su familia y se va al Joventut. ¿Cómo se toma una decisión así?

Era muy pequeño, y no consciente del todo, y me hacía mucha ilusión, entiendo que lo sintieron más mis padres. El director deportivo del club me dijo que a ver si hacían de mí un jugador ACB. Entonces no lo veía muy claro, pero sí que tenía una ilusión enorme porque iba a la mejor cantera nacional y, me atrevo a decir, de Europa. Ahora, echo la vista atrás, y estoy muy contento de mi trayectoria.

¿Ni siquiera lo pasó mal en los primeros meses?

Lo recuerdo como una etapa feliz. Iba a entrenarme, vivíamos en un piso seis jugadores junto con el tutor e iba al cole, donde me lo pasaba bien e hice amigos. Hasta que no crecí algo más mayor no fui consciente del gran cambio de vida, de la gente que había dejado atrás… En ese momento debes decidir el camino, lo que te hace ilusión, y en mi caso ha merecido mucho la pena.

Y cuando llega esa madurez, ¿siente responsabilidad o presión por llegar a la élite?

No en mi caso, nunca me lo tomé así, ni nadie de mi familia me puso presión. Me he sentido arropado, también por el club. Siempre di pasos hacia delante, pero naturales, y a veces también hacia atrás con lesiones, contratiempos, retos deportivos no logrados, pero que luego me hicieron crecer. Lo que siento es que el baloncesto es mi vida y mi sueño, lo que más disfruto.

Cuando se marcha a Badalona, en ese 2011, el Bilbao Basket acababa de clasificarse para la Euroliga tras eliminar al Madrid en las semifinales ACB. ¿Soñaba con ser un hombre de negro?

Era socio e iba a los partidos, pero el club carecía de cantera y nunca he tenido la opción de jugar allí, tampoco se han acercado a mí. Pero sí, cuando eres pequeño sueñas con jugar en el equipo de tu ciudad. Tengo estima al club y me alegro de que hayan salvado la categoría. En la última jornada nos ganaron bien, jugaron a gran nivel y nosotros no estuvimos al nuestro. En estos últimos años nunca me he imaginado en Bilbao, aunque en el futuro nunca se sabe. Me alegro de que sigan en la élite.

¿Entiende que haya aficionados del Estudiantes molestos con el Joventut?

Nuestra situación era complicada, afrontábamos un partido en el que dos equipos se jugaban mucho y nosotros formábamos parte de esa regla de tres. El Bilbao Basket fue mejor, metió muchos tiros de tres y estuvo a un nivel físico muy alto, a nosotros nos faltaron jugadores, con un problema físico incluso en el calentamiento.

Después de diez temporadas en el Joventut, elija un recuerdo

Los dos primeros días en los que fui a entrenarme a la Penya con 13 años, cuando jugaba en Getxo, y me vinieron a buscar, me presentaron a mis compañeros y me enseñaron un poco la ciudad, el cole, el piso…

¿Tenía algún ídolo?

Uno era Rudy. Y Navarro, aunque fuera rival, era de los que más me gustaba ver por su talento y capacidad anotadora, que es algo en lo que te fijas más de pequeño. Ahora, por ejemplo, me gusta mucho Rudy por su defensa y porque domina con inteligencia, además de ser un gran tirador.

¿Ha sido el año de su explosión?

Un paso más en mi carrera, quizá el más diferencial, aunque tampoco he conseguido llegar a mi máximo nivel. Cumplí 24 años hace dos semanas y creo que me queda margen de crecimiento técnico, táctico y físico. Quiero ser un jugador más completo.

Y si cierra los ojos, ¿qué carrera se imagina?

No sabría decir…. Hace diez años no me veía haciendo esta entrevista y tampoco sé dónde estaré dentro de otros cuantos. Soy muy del día a día, de trabajar en el corto plazo, de las cosas que dependen de mí.

Acaba contrato en 2022, ¿ha negociado una ampliación con la Penya?

Sí, me queda otra temporada y el club me ofreció la renovación, una gran oferta y se la agradezco, pero justo después tuve la lesión en el tobillo y me centré en la recuperación. Tanto el club como los jugadores nos merecemos acabar bien el año y luego, con calma, decidiré qué hacer con mi futuro.

Tras promediar 13,1 puntos con excelentes porcentajes, 5,0 rebotes y 15,4 de valoración, ha estado dos meses de baja por la lesión. Volvió ante el Bilbao en el cierre de la fase regular y ahora afronta el playoff ante el Barça, que ya gana 1-0, ¿tienen opciones?

Sí, aún tenemos mucho que ganar, aunque la motivación del Barça es grande tras perder la final de la Euroliga. La clave es dar el máximo y jugarles de tú a tú, si lo conseguimos...

¿Qué jugador le robaría al Barça para esta eliminatoria?

A ninguno, me quedo con mis compañeros.

Con Pau Ribas, Tomic…

Sí, que conocen bien al rival.

Imagínese, tiene dos tiros libres para ganar hoy al Barça, ¿qué se le pasaría por la cabeza? Lo digo porque lleva 97 de 101 en esta Liga.

No serían dos tiros libres cualquiera, pero intentaría lanzarlos con la mayor normalidad posible, con la misma rutina, que es la clave de lograr un buen porcentaje.

Pero usted va a la línea y piensa que los mete seguro, ¿no?

Sí, lo afronto así, cuando hay falta de tiro pienso, ‘va, dos más’. Y pienso en las cosas de siempre, en hacer el mismo gesto, hay que ser fiel a la técnica y a los hábitos. Incluso en un tiro en juego hay trucos para hacerlo más sencillo, para conseguir un buen agarre del balón.

¿Se imagina en los Juegos o en un gran campeonato con la Selección?

Sí, me he ilusionado con eso, y no habló ya de ir a los Juegos Olímpicos, sino de que me encantaría poder entrenarme con el grupo de jugadores que vayan a estar en Tokio, todos de primerísimo nivel, ya sea en la NBA o en la Euroliga. Me gustaría poder compartir entrenamientos e, incluso, partidos para seguir aprendiendo de ellos. Ojalá pase, porque sería otro gran premio a esta buena temporada.