El Lenovo Tenerife contiene a tiempo el asalto del Burgos
Llegó a ganar 64-48, pero de repente se vio perdiendo 68-70. La dupla Fitipaldo-Huertas, decisiva en los igualados últimos minutos.
Tanto esfuerzo tuvo que emplear para remontar, que le falló la energía cuando más necesaria era. El Hereda San Pablo Burgos, con todo en contra, llegó a remontar un partido que tenía más que perdido ante un confiado Lenovo Tenerife, que espabiló justo a tiempo para mantener la ventaja de campo antes del largo desplazamiento a Burgos.
Rocoso y tantas veces inaccesible, el Lenovo Tenerife llevó la iniciativa durante todo el primer tiempo. Empezó el partido con Salin a lo suyo, enchufando un triple, y a base de Gio Shermadini, brillante MVP de la competición, se mantenía con ventaja. Así, 8 puntos del georgiano (más cuatro rebotes) mantenía a los aurinegros por encima en el marcador, 16-11. En un partido en el que se imponían las defensas, Salvó descerrajó un triple para recortar la distancia, aunque este finalmente se mantuvo cuando se acabó el primer acto: 19-14.
El partido se desarrollaba como un verdadero choque de trenes, en este caso entre dos de los equipos más espectaculares de la ACB. Así, ni el Lenovo conseguía marcharse del todo, y eso que siempre se mantuvo arriba, ni el Hereda Burgos se dejaba ir. Sí que hubo un conato de escapada canarista cuando Jenkins, tras sendas asistencias de Fran Guerra, conectó dos triples consecutivos para dejar a los 25-19 en el marcador. Acto seguido el propio Guerra se adornó con un mate solo en contrataque.
No es que la rendición aparezca en el diccionario del equipo tan bien dirigido siempre por Joan Peñarroya, y un triple de Cook, tremendo el pacto suyo con el diablo, metió de nuevo al equipo burgalés en el partido: 29-25. Cierto es que Fitipaldo contestó de la misma manera en la siguiente jugada, pero poco después el omnipresente Salvó, 10 puntos y 4 rebotes (ofensivos), le sacó un 2+1 a Shermadini que dejó al Burgos a un paso de tomar la delantera en el marcador: 32-31.
Era además cuestión de tiempo que dos equipos tan bonitos de ver en ataque soltaran las cadenas que les atenazaban cuando atacaban el aro rival, y así llegó este intercambio desde el 6.,5 entre Doornekamp y Salash que dejó las cosas como estaban. Empezaba a mover la bola el Lenovo Tenerife tan bien como acostumbra, y así llegó un nuevo enceste desde más allá de la línea, en este caso de Fitipaldo tras una excelente asistencia de Cavanaugh, que dejó un inquietante 42-34 para los visitantes, obligado por tanto Peñarroya a parar el duelo. El propio Cavanaugh conectó un nuevo triple para el 45-38, pero los visitantes se agarraron de nuevo a la vida tras una agónica canasta de Renfroe que dejó un definitivo 45-42 como parcial del primer tiempo.
Tras esperar durante los prudentes primeros 20 minutos, el Lenovo Tenerife reanudó el partido con la idea de sentenciarlo cuanto antes. De hecho, salió en tromba con un parcial de 11-2, firmado por dos triples de Fitipaldo, otro de Doornekamp y una canasta de Huertas que trajeron consigo un elocuente 56-44 que obligó a Peñarroya a pedir tiempo muerto.
Tampoco es que reaccionara el equipo burgalés, y sendos 2+1 de Huertas y Guerra lanzaron a los locales: 64-48. Poco después un triple de Cook acercó mínimamente a los suyos, 64-53, que bastante hacían con perder 66-55 al final del tercer cuarto.
El Hereda San Pablo Burgos se enfrentaba además al peor panorama posible, pues además de que el partido se le escapaba se topó con lo que puede ser una grave lesión de Horton en su rodilla derecha. El interior norteamericano cayó abatido al intentar una finta de tiro justo debajo de la canasta rival, y ya no se levantó.
Paradójicamente, cuando peor panorama tenía empezó el Burgos a jugar mejor que nunca en los 30 minutos anteriores. Benite no había aparecido, y cuando lo hizo fue por la puerta grande, con cinco puntos casi seguidos para acortar sumamente la distancia: 66-61. El Hereda Burgos había hecho lo que hasta nada parecía imposible, meterse en el partido, y entonces Cook fue un poco más allá con su recital. Consecutivamente, el base norteamericano enchufó un triple y asistió espectacularmente a Rabaseda para que este empatara a 68, en la que además suponía la primera vez en todo el partido, salvo el 0-0 inicial, en la que su equipo no iba por detrás en el marcador. El asalto definitivo al marcador por parte visitante llegó por medio de dos tiros libres de Salash para el 68-70, que además certificaba un parcial de 4-22 para los suyos.
Supo reaccionar el Lenovo Tenerife, que con nuevos triples de Doornekamp y Cavanaugh, más la habitual maestría de Huertas, tomó de nuevo la iniciativa en el marcador: 78-73. Supieron los locales amasar su renta en los últimos minutos ante un Burgos voluntarioso pero poco efectivo cuando la pelota más quemaba. Imposible ya le remontada, mas vendiendo cara una derrota que, de manera inesperada por cómo estaba el partido, bien pudo mutar a victoria tras una remontada que parecía imposible. Mientras, el equipo chicharrero mantiene el factor cancha, haciendo buenos los pronósticos tras manejar a la perfección los nervios de los siempre imprevisibles, con el marcador igualado, últimos minutos.