Otra final para el Burgos
Los de Joan Peñarroya remontaron 12 puntos ante el Estrasburgo para jugar su tercera final en siete meses. Rivero y Benite (16 puntos para cada uno), los mejores.
El San Pablo Burgos ha llevado toda esta temporada en el pecho el logo de la Champions en dorado. Le gusta, le queda bien y quiere conservarlo la próxima temporada. Llegó a Rusia con el objetivo de revalidar el título de Atenas y ahora está a una victoria de conseguirlo (triunfo en semifinales frente al Estrasburgo por 81-70). El Pinar Karsiyaka es el único que puede impedirlo.
El Estrasburgo lo intentó y aunque empezó mucho mejor, no pudo hacer nada tras el descanso. Colson puso el 0-8 inicial y el Burgos fue a remolque todo ese primer cuarto, en el que tampoco aprovechó sus segundas opciones (7 rebotes ofensivos). Jefferson y Wainright, los verdugos del Lenovo Tenerife un día antes, seguían de dulce: ocho puntos para cada uno sin fallo en el tiro (1/1 en tiros de campo y 2/2 en triples). El equipo francés atinaba de tres (4/8), algo que el Burgos no hacía (1/7).
El Estrasburgo logró ponerse 12 arriba en el segundo cuarto (15-27), que podrían haber sido 13 si Maille no hubiera fallado el adicional. El partido —y la final— se le ponía muy cuesta arriba al Burgos, pero un triple de Miquel Salvó (2/11 en ese momento) le dio un respiro a los de Peñarroya. Y entonces apareció Vitor Benite. El brasileño no estaba fino, pero en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en el artífice de la casi remontada del Burgos, que se colocó a sólo un punto con un parcial de 8-0 que llevó la firma del de Sao Paulo. Eran los mejores minutos del conjunto español, pero Bohacik frenó los ánimos burgaleses con un 3+1, que colocaba el 37-43 con el que se llegó al descanso.
En el tercer cuarto, entre Riverto y Benite le dieron la vuelta al marcador. Un triple del brasileño supuso la primera ventaja burgalesa en todo el partido (48-47, mi. 24). Aunque el Estrasburgo intentaba resistir, el San Pablo estaba lanzado. McFadden entró en el partido desde 6,75 y enchufó el tercero de la noche, sobre la bocina, para poner el +6 (63-57) y el cuarto, nada más empezar el último asalto, para ampliar la renta a nueve (66-57), que se convirtieron en 15 (74-59) con tres canastas (dos mates) de Horton.
El Estrasburgo rebajó la renta burgalesa a diez (74-64), pero el partido sonreía al Burgos, que jugó con el tiempo: intentó agotar las posesiones para evitar la remontada... y Renfroe mató el partido con un triple en el último minuto (81-66). El Burgos jugará su tercera final en siete meses... y en las otras dos (Champions e Intercontinental) alzó el título. A por la tercera.