La 'Mamba vasca' Brizuela gana su particular derbi ante el Bilbao
Enorme partido del donostiarra, que igualó su récord de anotación en la Liga ACB: 31 puntos. El Unicaja subió líneas y desarboló a los vizcaínos en el último cuarto.
Brizuela también parece que juega su derbi particular cada vez que se enfrenta al Bilbao Basket. Esa vena donostiarra hierve cada vez que se ve las caras con el equipo que vive pegado a su tierra. Su tercer cuarto del partido en el Martín Carpena fue memorable, con 12 puntos en un santiamén y una gama de recursos propios de un superclase. Se motiva tanto que a veces parece que va sobrado, hasta en plan irrespetuoso con el rival, y, sobre todo, sin piedad ninguna. Fue desgranando tiros, amagos, penetraciones, buena actitud defensiva… no faltó de nada en el repertorio. Incluso se relamió con un mate en un contraataque. Pero lo más fotogénico fue un reverso sin cambiar de dirección vertical ante Brown para poner el 76-66. Tuvo cuatro defensores y le dio igual. Le subió tanto la adrenalina que erró el primer tiro libre de una noche que iba impecable, con 12/12 en el bando malagueño y un 23/23 en el bilbaíno. Se multiplicó en todas las facetas. Falló el disparo más fácil, uno corto a media distancia complemente solo. La 'Mamba vasca' ha metido 46 puntos a los vizcaínos en los dos partidos de esta temporada. Los 31 de hoy igualan su tope en la Liga ACB.
RESUMEN
Unicaja (18+17+23+30): Thompson (4), Brizuela (31), Díaz (9), Wacyznski (9), Guerrero (2) -cinco inicial- Fernández (9), Alonso (0), Thomas (6), Sánchez (0), Abromaitis (15), Tamba (0), Bouteille (3).
RETAbet Bilbao Basket (22+16+22+14): Zyskowski (10), Balvin (8), Hakanson (4), Jenkins (8), Kulboka (2) -cinco inicial- Rousselle (6), Brown (16), Reyes (0), Kijajic (0), Dos Anjos (4), Serron (7), Miniotas (9).
Árbitros: Daniel Hierrezuelo, Martín Caballero y Iyán González. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 31 de la Liga Endesa disputado en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena de Málaga a puerta cerrada. Se guardó un minuto de silencio previo al partido por el fallecimiento de Miguel López Abril, ex jugador del Caja de Ronda.
Darío fue una parte capital en la victoria del Unicaja, que se quiere aferrar a esa última plaza que da derecho a jugar el playoff. Pero no la única. La presión del equipo de Katsikaris en toda la pista, los dos contra uno y el listón físico que pusieron los verdes a partir del descanso, dieron la puntilla a un Bilbao que va como va, igual que algunos jubilados antes de vacunarse, con cachava y tembloroso. La cosa aparentaba estar controlada, pero cuando subieron líneas los costasoleños, con seis puntos sencillos, todo cambió. Usaban las manos como remos en piragüismo. Rousselle está tocado en el tendón de Aquiles, dio su último servicio a la causa, y no son atletas precisamente. Kulboka, que esta vez entró en convocatoria en lugar de Huskic y tenía que reivindicarse, fue insignificante. Jenkins tuvo una noche horrorosa y con Balvin, el segundo en el MVP de la ACB, el equipo cosechó un -22, aunque el pívot checo fue de los que se salvaron de la quema. Una pérdida de Zyskowski y antideportiva a continuación cuando la presión rival en primera línea se acentuó fue clave y entre tres duros parciales, el equipo de Mumbrú, empatado con el Gipuzkoa en el fondo de la tabla, se quedó sin el caramelo de avanzar, y eso que conoció antes de salir a jugar que el Betis había hecho el ridículo ante el Murcia.
Un total de 19 días sin jugar son muchos y se notó que el equipo malagueño estaba sin ritmo. Además, pesan las ausencias de Suárez y Nzosa, que le hacen más grande en la pintura. Katsikaris ha llegado a Málaga a resetear su carrera. Lo bordó en Bilbao hace una eternidad, pero desde entonces no es que haya hecho historia en UCAM Murcia, Lokomotiv Kuban, Hapoel Jerusalem, Iberostar Tenerife y Herbalife Gran Canaria. El equipo defiende, pero no transmite, ni de lejos, esas viejas sensaciones que daban títulos. Cuando puso un quinteto con pequeños, muy móvil, encontró más rigor defensivo. La 'zona press' empezó a desmontar el decorado bilbaíno. A veces tenían que salir con Balvin en bote. A base de tiros libres, un tercio de la producción desde la línea solitaria, hacían camino los visitantes. Y se montaban a lomos de Brown, o los chispazos de Rousselle.
Serron, el que mejor defiende en el perímetro, se las veía ante Brizuela, pero lo que el RETAbet ganaba con él atrás lo perdía delante. Mumbrú empleó desde el inicio una zona 2-3 cerradita y con ajustes. Unicaja usaba la fórmula de penetrar y doblar bajo el aro. Sencillo y efectivo. Dos Anjos instauró algo más de dureza, empezando por un tapón a dos manos, tipo voleibol, ante Abromaitis. Si el pulso era por imponer colmillo atrás, nada mejor que Miniotas, porque Kulboka no supo leer los mensajes sobre la pista. Las cabezas de los ‘hombres de negro’ se pusieron a fantasear con un posible triunfo, hasta que llegó Brizuela con su fusil. "El techo lo pone él". Palabra de Katsikaris.
Katsikaris: "Era un partido difícil que hemos ganado gracias a la defensa"
Katsikaris, afirmó que el encuentro ante el Retabet Bilbao Basket era "difícil" y se pudo ganar "gracias a la defensa" impuesta por los verdes y que les sirvió para llevarse el partido por 88-74. El técnico griego analizó el partido en la sala de prensa y aseguó: "Ha sido una victoria muy trabajada en un partido muy complicado después de tantos días sin jugar y ante un equipo que está luchando por mantenerse en la liga".
Cuestionado por el caos institucional en el que está sumido el equipo âsin presidente y con un importante recorte de presupuesto de cara a la próxima temporada-, Katsikaris ha subrayado que él y sus jugadores se centran "en lo deportivo". "No nos distrae la situación. El Unicaja es un equipo con mucha historia, muy sólido y que está en una ciudad que ama el baloncesto. Hemos hablado de este tema una vez y durante 30 segundos. Nada más".
El entrenador del cuadro cajista insistió en que el encuentro ante el Bilbao Basket "no era fácil y no serán fáciles los que quedan", pero felicitó al Unicaja y puso en valor que el equipo "no ha entrado en pánico y se ha trabajado hasta el final para conseguir la victoria".
Sobre Darío Brizuela, el preparador dijo que es el propio jugador el que "se pone su techo". "Sabemos lo que puede hacer y me ha gustado su actitud en la defensa", añadió.
Mumbrú: "Teníamos el partido controlado hasta el último cuarto"
Mumbrú, afirmó que su equipo tenía "el partido controlado hasta el último cuarto", aunque acabó cayendo por 88-74 ante el Unicaja de Málaga. El técnico de los de Bilbao hizo una valoración tras el encuentro y aseguró: "Fue intenso y en el que no hemos intercambiado canastas y estábamos bien en defensa, pero en el último cuarto hemos caído porque nos han metido seis puntos seguidos y hemos sido incapaces de encontrar buenos tiros en ataque".
Mumbrú subrayó que la situación por la que pasa el equipo -en puestos de descenso- no es la mejor: "ha venido el desánimo por estar abajo, por lo que nos ha costado volver a competir y entrar en el partido cuando nos han hecho esos seis-ocho puntos seguidos". En cuanto al máximo anotador del encuentro, Darío Brizuela (31 puntos), el entrenador del Bilbao Basket se mostró conciso y dijo que fueron "incapaces de pararlo".