REAL MADRID

Así queda el Real Madrid tras la marcha de Gabriel Deck a la NBA

El alero argentino abandona el Real Madrid para probar en la NBA, pero deja al club español en una situación complicada para el final de la temporada.

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Situación complicada en la que está el Real Madrid después de la sorprendente salida del Gabriel Deck para irse a jugar a la NBA. El alero argentino se marcha después de unos de sus mejores partidos en la Euroliga, pero dejando en cueros al equipo justo después de conseguir el pase a las eliminatorias de la competición europea. El jugador se despidió de sus compañeros y próximamente volará hacia Oklahoma City para firmar su nuevo contrato, que será de tres temporadas. 

Deck, de 26 años, llegó al Real Madrid en 2018 y con el equipo de Pablo Laso ha ganado una Liga y una Copa, además de ser subcampeón mundial con su selección en ese periodo. 

En materia de mercado, a corto plazo, no habrá novedades salvo sorpresa mayúscula. En las oficinas del club se puede jugar con la cláusula de rescisión que el jugador ha tenido que abonar, en su caso un hecho posible gracias a que ese pago no estaba acotado a la ventana de verano sino a todo el año, para hacer una inversión. Deck se marcha después de no alcanzar un acuerdo para renovar y que se priorizaran otros movimientos antes de que se le subiera el sueldo (era uno de los que menos cobraba). Sería extraño, sin embargo, que el club, con Juan Carlos Sánchez y Alberto Herreros a la cabeza, se movieran para tapar ese hueco de inmediato. ¿Por qué? Es simple: sólo sería una bala para dos dianas. Si alguien llegara, podría jugar la Liga Endesa pero no la Turkish Airlines EuroLeague (para ésta el mercado de agentes libres y de traspasados, los dos, está cerrado desde hace un tiempo). Ese dinero no invertido en Deck se puede emplear en pagar a Thomas Heurtel o en otras inversiones como Vincent Poirier cuando llegue el mes de julio.

Si bien en el futuro más cercano no habrá movimiento, la opción de incorporar un jugador para el playoff de la Liga no está descartada. hay una puntualización importante: Deck es extracomunitario en España, ya que nunca consiguió la nacionalización que buscaba, por lo que el fichaje puede acometerse sin distingos de ese tipo (estadounidenses, por ejemplo). Thompkins es ya el único que mantiene ese estatus en la plantilla actual. El plazo está abierto en la ACB hasta después de la fase regular pero para jugadores que no hayan estado dados de alta en la Liga desde el 28 de febrero en adelante.

Al Madrid se le va uno de los jugadores más versátiles que tiene, o tenía, en la plantilla. Un '3' que, si bien tiene problemas para encontrar fluidez como anotador, ha tenido partidos en los que hasta en la ofensiva (pese a destacar más como defensor) se ha sentido pletórico. Si bien Alberto Abalde y, sobre todo, Jeffery Taylor pueden llevar el peso de frenar a aleros que sean la referencia del rival, ninguno de ellos se siente tan cómodo como 'El Tortuga' yendo también al '4'. Con la baja por lesión de Anthony Randolph la capacidad de desdoblamiento de Deck para actuar también como ala-pívot era un valor importante que ahora Laso pierde de un plumazo. También, de la misma forma, se marcha uno de los que podían jugar bien en el poste bajo, otro recurso clásico en el que Gaby destaca. Suerte tiene el Real Madrid de que la de alero sea uno de los puestos mejor cubiertos de la plantilla, ya que Abalde, Taylor y Rudy Fernández la cubren y Laso ha experimentado hasta con tres pívots, con Thompkins de comodín, al mismo tiempo.

El problema es que el reto es mayúsculo. El Madrid entra en un playoff de la Euroliga que tendrá que afrontar sin uno de sus jugadores más completos y se jugará la Liga Endesa ante Baskonia, Valencia, un fiero Lenovo Tenerife o un Barça en su mejor momento de los últimos años. La estrategia fue de contención al confirmarse la salida de Campazzo y al lesionarse de gravedad Randolph, de no gastar mucho dinero (se fichó a Tyus por poco dinero y se aguantó con los bases que ya tenían pese a lo que Facu aportaba), aunque este último golpe de timón puede ser definitivo: ganar sólo la SuperCopa de la ACB, pese a pasar por la pandemia con constricción en materia económica, no vale.