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NBA | ALL-STAR 2021 | EQUIPO DURANT 150 - EQUIPO LEBRON 170

En el All-Star más descafeinado también reina Antetokounmpo

Damian Lillard, jugador de los Blazers, anotó desde muy lejos para certificar la victoria del equipo de LeBron James. El MVP fue Giannis Antetokounmpo.

En el All-Star más descafeinado también reina Antetokounmpo
Dale ZanineUSA TODAY SPORTS

El All-Star que nunca se debió haber disputado no tuvo nada que ver con su predecesor. A lo de la pandemia, ya obvio, se le sumó el haber pasado el efecto de la muerte de Kobe Bryant aunque el formato adaptado siga vigente y parezca una buena idea a medio plazo. Pero sobre todo cambió el desarrollo del propio Partido de las Estrellas, mucho menos disputado que en 2020. Algunos jugadores se lo volvieron a tomar como un descanso mientras figuraban en la plantilla. El Equipo LeBron se llevó la victoria en el Elam Ending después de haber ganado los tres primeros cuartos, que puntúan independientemente pese a que los puntos valgan para la resolución. El Equipo Durant, precisamente uno de los ausentes a la cita, se supo inferior en el jugador por jugador y no gastó un gramo de fuerza en intentar dar en los morros a todos los que les valoraron por debajo de su rival.

La cita, en una noche trepidante en cuanto a horario pero falta de pegada en lo meramente práctico, tuvo lugar en el State Farm Arena de Atlanta. En las gradas, trabajadores sanitarios y personal de la NBA. Poco más. No se admitió público. Sí se celebró un partido pese a las reticencias de los jugadores, que son los que protagonizan estos momentos. LeBron fue capitán pero también había mostrado su rotunda oposición a una noche así, por lo que pidió a Snyder jugar sólo 13 minutos. Kevin Durant, Anthony Davis y Devin Booker fueron elegidos de uno u otro modo, pero se borraron de la lista por lesión. Peor fue lo de Simmons y Embiid, que se quedaron en cuarentena en la ciudad al dar positivo el peluquero que les había tratado a los dos días atrás en Filadelfia, donde ambos son compañeros de equipo. Un despiporre, en su connotación negativa: no pintaba nada bien. 

Irving metió la primera canasta del partido, pero su equipo no dio de sí lo que se esperaba. Curry cogió la primera racha buena, anotando incluso un triple desde diez metros, cuando en el otro aro Zion Williamson fallaba tres mates sencillos. Diferencia de intensidad y de pillería, que también hacía su parte. La salida de Harden dio otro aire a los azules, que empezaron a presionar en el marcador mejor según pasaban los minutos. Pero por delante en casi todas las franjas seguían los amarillos, con Antetokounmpo metiendo un tiro de tres a tablero que serviría luego de ejemplo para ver lo acertado que estuvo este domingo: MVP también del All-Star con 35 puntos y 16/16 en tiros de campo, récord histórico de este evento. El cuarto inicial se resolvió 39-40, por un suspiro. 

En el segundo periodo los de Durant recibieron 60 puntos. Se empezó con mejores defensas, o con defensas a secas, y se llegó a la mayor anotación del partido. Ahí fue donde bajó sustancialmente la expectación por el partido. 

Estuvo ahí la clave, antes del descanso. El intercambio de triples machacó a un equipo que tenía menos calidad. Curry tiró del carro ahí y esos 19 tantos de distancia fueron de mucha ayuda para ganar el encuentro al completo.

La tercera manga, con apariciones de los amigos Jayson Tatum y Bradley Beal, también se resolvió por un punto. No les sonrió la fortuna a los equipados de color azul, que se quedaron a las puertas de poder hacer la donación benéfica sobre la que ahora se sostiene el formato en dos cuartos. Y al último periodo, en el que ya contaba el total de los tres anteriores, llegó con una tremenda desventaja. A los 146 puntos en los que se puso el conjunto que iba por delante, el de un LeBron James ya vestido con el cubre de calentamiento, se les sumaron los 24 en honor de Kobe Bryant y 170 sería la marca a alcanzar para conseguir cerrar el partido. Pese a que Anteto fue el dominador, ese golpe final perteneció a un Damian Lillard caliente y con ganas de ser el protagonista de la victoria. Dos triples casi seguidos les impulsaron y un tercero desde la línea del centro de pista, como el que le metió a Paul George -hoy, compañero- hace dos años para eliminarle, bastaron.

La noche fue larga, pero el tiempo del partido en sí no lo fue. Se notó que había gente que se quería ir de Atlanta cuanto antes. Son días de parón y el calendario es muy apretado, con aplazados ya en mente de muchas franquicias. El coronavirus sigue matando y celebrar este evento no era lo prioritario. El espectáculo fue el que fue. Toca descansar y a pensar en algo mejor.