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BILBAO BASKET 86 - BETIS 84

Jenkins y Hakanson sacan al Bilbao de descenso ante el Betis

El pistolero norteamericano ajustició con sus tiros de crack y el base sueco, renacido desde Illunbe, taponó el tiro decisivo a Randle.

Celebracion final entre Jenkins y Brown
Celebracion final entre Jenkins y BrownAIOL

En un momento de pura angustia, con 86-84 y casi media permanencia en juego en los cinco segundos que quedaban para el bocinazo final, el balón llegó a Randle. El menudo base del Betis tenía en la mente y las manos un uno contra uno ante Hakanson. Al otro lado, el que llaman débil, tras atravesar la línea de fondo, se fue Feldeine, que había cuajado un partido enorme. Ludde esperó el instante adecuado, sabía que tenía ahí la jugada decisiva. El director de juego norteamericano con pasaporte ucraniano estaba cara a cara, dio cuatro botes y se cambió la bola a la izquierda, sólo una maniobra de despiste para hacer ver que penetraría sobre esa zona, aunque sólo era para impulsarse hacia el aire; se elevó, ajustó los muelles el base sueco y le puso un taponazo que no se olvidará en años. El primero en su carrera en la élite. Plaza desveló que no quería un tiro lejano sino asegurar con algo más inmediato al aro o incluso buscar los tiros libres. No le debieron de hacer caso o se inventó una excusa para no quedar mal. Lo que no es normal es que pusiera en pista en un momento tan decisivo a Randle, muy vulgar toda la matinal y sin protagonismo en el último cuarto. Jenkins cargó su fusil en la segunda parte y Hakanson remató la jugada. Resultado: el Bilbao Basket sale de descenso, sigue su travesía perfecta con los rivales directos (dos victorias ante Betis y GBC y una de momento ante el Fuenlabrada en la primera vuelta, solo se le ha escapado una muy extraña ante el Estudiantes). Por fin ha encadenado dos triunfos.

El amanecer del partido traía una carga emotiva difícil de superar. Si ya es una cosa seria estar un mes fuera de tu casa, el tiempo que ha pasado hasta volver a tener un partido en Miribilla por la Copa y la última Ventana FIBA, no te quiero ni contar cómo se elevó el tamborileo de los corazones con el homenaje que se tributó a Cortizas, histórico periodista que ha cubierto en las páginas de El Correo toda la trayectoria del Bilbao Basket desde el nacimiento en 2000. Un precioso acto con imágenes, la camiseta número uno con su nombre y un ramo de flores, que fueron entregados por Mumbrú y Salgado, las dos leyendas que ahora mismo siguen en el club, a la hija del excronista, June. Un acto conmovedor con la grada vacía, lo que añadió un tinte muy íntimo.

Homenaje del Bilbao Basket a Cortizas, con Mumbrú entregando flores a la hija del periodista, June
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Homenaje del Bilbao Basket a Cortizas, con Mumbrú entregando flores a la hija del periodista, JuneAIOL

Un triunfo con cinco meses y nada que llevarse a la boca en los dos últimos, desde el 2 de enero, es mucha hambruna para un pabellón como Miribilla. En materia deportiva, el encuentro tuvo el mismo revestimiento de tensión que el Fuenlabrada-Gipuzkoa de ayer. Atenazados es poco. La jornada ha querido emparejar a cuatro de los habitantes en las alcantarillas de la ACB. Si el GBC salió muy dañado en el Fernando Martín en cuanto a esperanzas, en Miribilla se iban a emitir vibraciones similares, y eso se notó durante los 40 minutos de juego. El Betis empezó a lomos de Borg, que adquirió mucho protagonismo ofensivo ante su exequipo. Con la vuelta de Rousselle, Mumbrú tuvo que realizar un descarte y el elegido fue Zyskowski. El Bilbao Basket, con Balvin desentonado, era muy débil dentro de la zona y le pasaba como en capítulos recientes, que la vertical de la línea del tiro libre hacia la canasta le causaba quebraderos de cabeza. Los verdiblancos empezaron mandando, aunque el partido discurrió por el terreno de la igualdad.

Los 'hombres de negro' no eran ese equipo alegre, dinámico y con los papeles bien definidos de Illunbe una semana atrás. Sí recuperaron parte de la pose cuando salió Huskic a distribuir el balón en ataque como Marc Gasol. Joan Plaza sí ha cambiado la postura defensiva de su equipo, que tira de físico y mete el cuerpo para bloquear la fluidez rival, aunque tuvieron fallos incomprensibles bajo el aro. Serron cometió una antideportiva sobre Feldeine, inexpresivo hasta que faltaban 6:10 para el descanso. Luego despertó, y de qué manera. El caso es que anotó los dos tiros libres, luego metió un triple y acto seguido volvió a anotar desde el arco. 0-8, que se juntaba con otra canasta anterior de Ndoye y elevó un 0-10 que puso el 25-32.

El Bilbao tiró de orgullo y aguantó el primer embate andaluz: empató a 37. Mumbrú puso a Dos Anjos, ante las dos faltas de sus dos cincos principales, y el brasileño taponó en la zona, aportó físico y hasta sumó dos puntos en ataque. El RETAbet echaba de menos un foco sobre Jenkins, y éste cogió las riendas en el segundo tiempo. Triple para el 55-50 pero luego 0-7 y un 59-62, se le veía con prisa al equipo. Jenkins sangraba por el codo y su salida de pista fue un mazazo, porque el Bilbao se quedó sin su luz. Brown estaba en uno de esos días en los que no sale casi nada y a base de pico y pala, virtudes que nunca le abandonan, acabó siendo decisivo.

El columpio seguía balanceándose hacia un lado y otro. Un robo y triple de Jenkins dieron mucho oxígeno a los ‘hombres de negro’, que en esta vuelta de la competición se han despojado de esas funestas lagunas que le encaminaban cada tarde a la derrota. El duelo de pistoleros Jenkins-Feldeine era pura dinamita. Con empate a 66 acabó el tercer acto. Un partido a diez minutos. A vida o muerte. Trompeta festiva de Villalibre o sinfonía de drama. Empate a dos en algo más de tres minutos, allí no anotaba nadie. Ndoye estaba haciendo un señor partido y el rebote de ataque aupaba a los andaluces. Mumbrú tuvo que parar con 70-73 (-5:53). Por cada segundo que se descontaba crecía la agustia varios palmos.

Mumbrú puso dos bases a 3:24 para acabar, con 75-80. Rousselle no estaba bien físicamente, pero aportó el poso que pudo. Los detalles iban a decantar la balanza y el rey de esas pequeñas minucias es Serron. Un robo, un triple, una presión en línea de pase... Lo domina todo. La fortuna también juega en estos casos, como pasó con un pase que acabó encestado el gran protagonista de la matinal, JohnJen. Cada balón quemaba como si se hubiera extraído del volcán Etna. Brown puso su granito de arena. Sacó una falta en medio campo que valía su peso en oro, por un manotazo de Feldeine tratando de proteger la posesión. Luego, en el aro bético Jenkins siguió con su recital: 84-82, a 36 segundos para acabar. De sus 28 puntos, hizo 23 en el segundo tiempo. Gran fiesta de cumpleaños, al que llegó ayer (30 tacos). Ndoye empató con un gran reverso y Balvin metió una canasta con el corazón tras rebote ofensivo. El pistolero Jenkins  dejó finalmente el traje y la capa de héroe para Hakanson. Definitivamente, este Bilbao Basket es otro tras recuperar a la gente y cerrar filas durante tres semanas. Gestionó mejor los dos minutos finales y ha recuperado el instinto defensivo. Que se lo digan a Ludde.

Mumbrú: "Jugamos muy bien los dos últimos minutos"

Mumbrú subrayó que la clave de la victoria lograda frente al Coosur Real Betis estuvo en que supieron "jugar muy bien los dos últimos minutos" del partido sabiendo "claramente" lo que necesitaban tras estar cinco puntos por debajo y, además, teniendo "acierto".

"Estos partidos se deciden por pequeños detalles y tanto el Betis como nosotros hemos merecido ganar", apuntó el técnico antes de reconocer de que aunque John Jenkins, decisivo con sus 28 puntos, estuvo "inspirado" el estadounidense ha podido destacar gracias "al trabajo global del
grupo".

"Teníamos claro que iba a ser un partido largo. Entre el acierto de uno y los nervios de otro tuvimos la tranquilidad necesaria estando por debajo en el marcador para seguir atacando y defendiendo con confianza. Sabíamos que había que remar hasta el final y logramos una victoria
importante", resumió. 

Mumbrú valoró que los triunfos encadenados ante dos rivales directos por la permanencia como Acunsa GBC y Betis les otorgan "confianza para seguir trabajando", pero advirtió que "todavía quedan muchos partidos" y por ahora únicamente tienen en mente el próximo encuentro ante el Movistar Estudiantes.

"El futuro cambia en una semana. Tal como va la liga, tan igualada, pensar mas allá del día siguiente es un error. Estamos contentos por la victoria, pero ya ha pasado. Celebrarlo lo justo porque quedan partidos por delante y tenemos que pensar en lo que nos viene", incidió.

Plaza: "Hay decisiones erróneas, pero yo soy el primer culpable"

Joan Plaza admitió que la clave de la derrota frente al RETAbet Bilbao Basket fueron las "decisiones erróneas" que tomaron sus jugadores en los últimos minutos del partido, si bien asumió que él es "el primer culpable" del 86-84 registrado en Miribilla.

"Con 5-6 puntos arriba y poco más de 2 minutos para el final hay que jugar con más criterio y defender de manera más arriesgada para evitar que el jugador más caliente -John Jenkins- les vuelva a meter en el partido. Eso es muy fácil de decir desde el banquillo y difícil ejecutar, pero
así es la realidad", explicó el técnico.

Plaza añadió que, después de un partido tan igualado y con esa mínima diferencia al final, su equipo "mereció tanto" como su rival lograr la victoria, aunque incidió en que es "normal que cuando el corazón va a 180 pulsaciones" sea complicado "tomar decisiones más calmadas".

"Pero el culpable soy yo. Es culpa mía y no de los jugadores que han tomado las decisiones", recalcó el catalán antes de recordar que la mayoría de las últimas derrotas encajadas por el Betis han sido "por menos de cinco puntos" y que "hay cosas" en las que siguen
"evolucionando".

"Las diferencias son bajas, pero no nos consuela y debemos mirarnos el ombligo y ver en lo que hemos fallado. Quedan trece partidos y no va a ser fácil. Por eso hemos de prepararnos y curtirnos y, aunque esa evolución no sea tan rápida como deseamos, esperemos que se acabe refrendando en victorias", concluyó.