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INTERCONTINENTAL

El Hereda San Pablo Burgos, campeón de la Intercontinental

El conjunto castellano vence en la final al Quimsa argentino. Vitor Benite fue nombrado MVP: 19 puntos (5/8 en triples). Segundo título para el club.

Los jugadores del Hereda San Pablo Burgos, con la Intercontinental.
Los jugadores del Hereda San Pablo Burgos, con la Intercontinental.FIBA

EI Hereda San Pablo Burgos lo ha vuelto a hacer. Y no deja de ser sorprendente por mucho que haya convertido en hábito dominar finales internacionales. Primero, en octubre, fue la Champions FIBA en el mítico OAKA y ante el anfitrión AEK; y ayer, en Buenos Aires (Argentina), conquistó la Intercontinental, la primera de su historia cuatro años después de ascender a la Liga Endesa y seis desde que reemplazó al Tizona en LEB Oro (2015). La Catedral de Burgos luce hoy un poco más bella gracias a la grandeza de Joan Peñarroya y sus chicos. Es la segunda Intercontinental consecutiva para el baloncesto español que lidera el palmarés con nueve.

Y lo consiguió tras doblegar al Quimsa, que naufragó tras el primer cuarto para luego enderezarse y meter el miedo en el cuerpo en la recta final. El líder de la Liga argentina (22 victorias a su espalda en 26 partidos) se deshizo como un azucarillo entre el primer y el segundo periodo, cuando Thad McFadden y Vitor Benite dijeron basta. Del 20-23 al 20-36 todos los puntos fueron suyos: 8 del estadounidense (14 al descanso, 16 al final) y 5 del brasileño (11 y 19 totales), que ya guarda dos Intercontinentales en su mochila y el MVP de esta final.

De la tranquilidad a los nervios

Un cañonazo que también se forjó desde la defensa, de hierro y activa, que dejó seca a la Fusión durante esos seis minutos de despegue (del 8 al 14), la clase magistral de Cook en la dirección y en el pase (5 asistencias en 9 minutos) y la buena mano desde el perímetro en 20 minutos: 8/15 con un 3/3 impoluto de Benite. Los argentinos, por contra, se ahogaban desde el perímetro, con solo 3 aciertos de 19 intentos. Demasiado peso en los tobillos y el marcador al descanso lo reflejaba: 32-56 por el parcial de 12-31 del segundo cuarto.

El jaque mate era un hecho, siempre que el San Pablo no se boicotease a sí mismo... Y se empeñó en hacerlo. Tanto que estuvo cerca de tirar a la basura todo el trabajo hecho. Los últimos 20 minutos fueron un calvario. Segundo a segundo, el Quimsa crecía de la mano de un extraordinario Brandon Robinson: anotó 13 de los 23 tantos de su equipo en el tercer cuarto. Y los de Sebastián González dieron un buen mordisco a una diferencia que se redujo a la decena (57-67) a comienzos del último periodo. El Hereda comenzó a temblar y nada entraba. Muchos tiros, muchos fallos, y la intensidad atrás caía a plomo hasta sentir a su rival mordiéndole los tobillos (70-75, min. 38). Finalmente, todo quedó en un susto y el Burgos es campeón mundial.