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"Vengo para convertirme en el líder del Movistar Estudiantes"

JJ Barea (36 años y 1,78 metros) fue presentado este jueves como nuevo jugador colegial: "Siempre he querido jugar en España".

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"Vengo para convertirme en el líder del Movistar Estudiantes"
JUAN PELEGRIN

Alegre, simpático, hablador. Juan José Barea (36 años y 1,78 metros) desplegó este jueves todos sus encantados en su presentación vía telemática como nuevo jugador del Movistar Estudiantes. Se le veía feliz, encantado de esta nueva experiencia en Madrid y en España. “Desde que llegue aquí me han tratado espectacular, lo voy a dar todo por este equipo y es mi meta ahora, ayudar lo máximo posible”, dijo el base, nacido Mayagüez, Puerto Rico, muy motivado ante el reto que se le pone por delante: “El Estudiantes fue la oportunidad que me llegó. Siempre fue el Estu desde el principio. Hablamos y la decisión fue rápida”.

El debut JJ, como se le conoce, deberá esperar. Este jueves, la ACB suspendió el partido de mañana ante el Acunsa GBC por el brote de coronavirus que azota al conjunto colegial. Es el quinto seguido que aplazan al Movistar, que no juega desde el pasado 29 de diciembre (Iberostar Tenerife) por culpa de la borrasca Filomena y la COVID. Si no hay más problemas, lucirá su 55 por primera vez en España contra el Casademont Zaragoza el próximo miércoles 3 de febrero. Y lo hará 5 meses después de su último duelo oficial, disputado en la burbuja de Walt Disney en Orlando (Florida) con Dallas Mavericks. Mucho tiempo parado para un veterano que sufrió una grave lesionó (tendón de Aquiles) en 2019.

“Quiero prepararme lo antes posible para ayudar. Me siento muy bien, siento que estoy jugando buen baloncesto así que quería seguir jugando. Y más con una oportunidad como Estudiantes, que tiene mucha historia, y para mí, para mí familia, siempre quisimos esta experiencia de jugar al baloncesto en España: si no hubiera llegado a la NBA, esta habría sido mi carrera. Con la edad que tengo debía jugar al baloncesto. No me puedo quedar sentado en casa todo el año, esto es lo que hay ahora mismo”, continuó Barea, padre tres hijos que le apoyaran desde la distancia, como ya hicieron durante la burbuja: “Es algo difícil (separarse), pero si quiero seguir mi carrera uno o dos años más... Cuando paré de jugar ya tendré tiempo para estar con ellos”.

La NBA y Luka Doncic

El boricua es una de esas bombas del mercado que suelen soltar los colegiales a mitad de temporada. Algunas salen realmente mal (Toney Douglas, Tony Mitchell), otras extraordinariamente bien (Pietro Aradori, Alessandro Gentile). Pero el fichaje de Barea es otro nivel. Su bagaje NBA habla por sí solo: 14 años en la NBA, 11 de ellos en Dallas Mavericks, franquicia con la que conquistó el anillo en 2011 con Dirk Nowitzki al doblegar en la final a LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh, el Big Three de Miami Heat. Sus playoffs, y en concreto sus dos últimos partidos por el anillo, fueron espectaculares: 13,3 puntos (50% desde el triple) y 4,7 asistencias de media.

Barea renovó este verano con la franquicia texana por un año y 2,7 millones de dólares. Sin embargo, los Mavs decidieron cortarlo y no contar con él… por el momento. “Por ahora, mi mentalidad y todo mi deseo van a estar aquí con Estudiantes. Si me llaman de la NBA en el futuro, me gustaría que sea cuando acabe la temporada, quizá pueda jugar los playoffs. Si cuando acaba la temporada llega una oportunidad de la NBA voy, y si no me mantengo bien contento con lo que estoy haciendo”, aseguró el base, que llega a la capital con la bendición de Luka Doncic, su compañero en los Mavs y exjugador del Madrid: “Estuvo con Zamora (entrenador del Estu), se conocen, eran amigos, y me habló muy bien de él. Me dijo que me atreviera a venir. Lo que habla Doncic de Madrid es tremendo. Le encanta esta ciudad. Nos quería traer a visitarla y no pudimos por la pandemia”, declaró.

El internacional puertorriqueño aterrizó en la capital el martes y el miércoles ya se puso a las ordenes de su nuevo entrenador, Javi Zamora, y entrenó junto a sus compañeros: “Me gusta mucho su calidad, su temple, las jugadas y los sistemas. Estoy contento de ayudarlo. Voy a ser su director dentro de la cancha”, subraya. “Es un equipo joven, que necesita un líder que tenga experiencia para ayudarlo. Vengo con todo, a dar lo mejor de mí, a convertirme en el líder que hace falta”.

La historia de Barea con España no es simplemente deportiva. Tiene un vínculo sentimental muy fuerte: su familia procede de Ribota de Sajambre, localidad leonesa que desea visitar al igual que sacarse el pasaporte español. “Mi abuelo y mi papá lo tienen, me toca a mí sacarlo. Era algo que siempre queríamos hacer. Cuando mi papá venga a visitarnos iremos hasta allí, me gustaría pasar por esa área”, finalizó.