El Zaragoza sucumbe en Hungría
El equipo español no aseguró el pase a la siguiente ronda, pero al menos defendieron (de milagro) la diferencia de puntos con su rival.
El Casademont Zaragoza sucumbió ante el Falco Szombathely donde encajó su primera derrota, en la cuarta jornada del Grupo D de la Liga de Campeones, aunque pudo maquillar el marcador y sostener la diferencia de puntos. En un partido en el que los zaragozanos mandaron la mayor parte del tiempo, dando la sensación de que podían dejar asegurado su pase a la siguiente ronda, terminaron siendo salvados por la campana porque su rival no supo aprovechar su última acción en la que tuvo la opción de anotar para conseguir su objetivo.
El triunfo en la capital aragonesa ante los húngaros (85-76) les daba un colchón a los rojillos que hasta los últimos cuatro minutos del encuentro ni siquiera prestaron atención. Una sucesión de malas acciones tanto en ataque, con constantes fallos en lanzamientos claros, como en defensa permitieron al equipo dirigido por Gasper Okorn soñar con tener un poco más fácil la clasificación, algo que finalmente no lograron. Un parcial de 18-4 en los siete minutos finales de partido dejó en evidencia que el conjunto de Sergio 'El Oveja' Hernández sigue sin encontrar un ritmo de juego coherente y el hacerlo a ráfagas, dando la sensación en diferentes momentos de irse sus hombres del partido, no le está permitiendo encontrar la regularidad y tranquilidad que necesita.
En el comienzo del choque ninguno de los dos equipos fue capaz de imponer su juego sobre el adversario y se convirtió en un intercambio de canastas en el que ni uno ni otro eran capaces de conseguir más de tres puntos de diferencia. El segundo cuarto arrancó muy bien para los zaragozanos que además de incrementar su ventaja superaron la barrera de los diez puntos de ventaja (24-35) con un triple de Brussino.
Los de 'El Oveja' parecían en condiciones de poner distancia con los húngaros y tuvieron varias opciones para conseguir consolidarse por encima de ese listón, sin embargo la dinámica del partido cambió con la práctica desaparición de las defensas para dar protagonismo al intercambio de canastas del que salieron claramente perjudicados los rojillos. Un parcial de 13-3, únicamente maquillado por un triple de Javi García, sirvió a los amarillos del Falco para establecer la igualada e incluso en la fase final llegar a ponerse por delante con un triple de Benke (49-48), aunque los maños lograron irse al vestuario con un solitario punto a su favor.
El juego cambió por completo en los primeros minutos del tercer cuarto, en el que las acciones de ataque pasaron a segundo término y eran las defensas las que marcaban el juego, con los rojillos más intensos, lo que provocó que su rival solo sumase una canasta en juego en cinco minutos y medio. Aún así los maños no fueron capaces de romper un partido que parecían tener controlado y en el que aparentaban que a poco que apretasen el acelerador no iban a tener problemas para decantarlo a su favor.
El inicio de los diez minutos finales fueron un espejismo para los maños que se mantenían por delante con ventajas pequeñas, hasta que con 76-82 desaparecieron del parqué. Allí comenzó un calvario que todavía pudo haber sido peor de haber terminado cediendo también el factor puntos que salvaron milagrosamente y que les deja margen para conseguir meterse en la siguiente ronda, aunque ya no podrán permitirse más errores.