El Gran Canaria devuelve al Gipuzkoa a la cruda realidad
Un parcial de 0-13 al inicio del último cuarto decantó un partido que se le hizo muy largo al equipo donostiarra. AJ Slaughter fue el verdugo y los amarillos despegan.
Que el Gran Canaria esté casi casi ante un partido a vida o muerte por la permanencia a estas alturas con semejante plantillón es para activar una guillotina y cortar unas cuantas cabezas. Se mantiene la de Fisac encima de los hombros porque al parecer está bien blindado. Tenía enfilado a Beirán y este demuestra que no le guarda rencor y le saca las castañas del fuego. Pensar que este equipo está en la misma liga, la de los torpes, que el GBC aún hace sangrar más a la vista. Libra por libra no hay punto de comparación. Encima, el cuadro donostiarra no empleó a Francis, uno de los pocos con cierto nivel, no se sabe si con problemas físicos o por castigo. Tampoco salieron Olaizola ni Motos. Y la flauta Dee no suena todos los días. En esta era de las canchas vacías, los gritos de los entrenadores se escuchan nítidos. Pues bien, los de Nicola en el tramo final se proyectaron por toda Europa. Su equipo sufrió un esperado apagón en el tercer cuarto, con un 0-13. No hay material para plantar batalla durante 40 minutos a un equipo tan largo, que encima ha sumado a AJ Slaughter.
Los amarillos suman dos triunfos seguidos (cuatro si se añaden los de Eurocup) y van poniendo tierra por medio con el infierno. Sin Costello, el técnico segoviano del Herbalife sí recuperaba para la causa a Albicy. Y el Acunsa, que había cogido aire ante el Andorra en la prórroga, regresa a su cruda realidad. Los 31 puntos consentidos en el primer acto eran un presagio de que algo se estaba torciendo. Fue muy competitivo durante 30 minutos, pero se quedó sin gasolina en los diez minutos finales. Echenique y Radoncic solos no pueden ganar un partido. El canterano del Madrid, cedido por el Zaragoza, metió una canasta portentosa, con finta, paso lateral y triple ante Diop. Una acción de verdadero crack. el problema es que alterna esos prodigios con errores clamorosos. Y luego su aire engreído no le ayuda nada. Carga el rebote muy bien y en eso también estuvo fantástico Pere Tomàs. Fue un partido de parciales, de inseguridades por ambas formaciones. Con 36-42, un 11-0 hizo elevar la emoción, pero luego arreció un 0-8. Echenique se lo tuvo que currar y fue valiente, como en una acción ante Balcerowski de impactar y escarbar con el casco puesto. El Acunsa mostró solvencia en ambas zonas y cerró el aro. El empate a 53 al final del tercer cuarto anunciaba un partido nuevo a diez minutos.
Burjanadze regresaba a una pista que tanto quiere, como Porfi. No hizo mucha sangre. A Nicola no le salió bien el truco de poner dos cuatros juntos, Magarity y Radoncic. El sueco tiró dos ganchos horrorosos, no es lo suyo. Los donostiarras rompieron la sequía a medio camino en ese acto final a través de un rebote ofensivo de Dee. Las 18 pérdidas, ocho en el cuarto, sepultaron cualquier opción. "La actitud hay que se seguir mejorando y el nivel de concentración es bastante bajo", se quejó Nicola. Slaughter tuvo un tres más uno, aunque no aprovechó el tiro libre. El Granca acabó mucho más cómodo de lo que se pensaba a mitad de la segunda parte. Está visto que su destino inmediato es la zona media de la tabla. Solo faltaba.