El Valencia Basket recupera la sonrisa en la Euroliga
Van Rossom (20 puntos y 5 asistencias) lleva al equipo taronja a la séptima victoria para continuar en el Top-4 de la máxima competición continental
El Valencia Basket es Superman en la Euroliga y Clark Kent en la ACB. El equipo taronja firmó un partido notable en el Ulker Sport por segunda temporada consecutiva para superar al excampeón de Europa en su cancha. Tras una primera parte en la que se vio superado por la mayor energía y fuerza física otomana, el Valencia sacó a relucir lo que siempre mejor le ha funcionado: un juego coral que hipnotiza al rival y le lanza hacia la victoria esté quien esté delante. Eso, y una dosis extra de energía en defensa, algo básico en esta competición.
El triunfo le pone al Valencia en la zona de los más nobles, en el top-4, con sólo tres derrotas, igual que el CSKA y el Bayern Munich, sólo por detrás del Barcelona. Todos sumaron en pos del triunfo. Pero dos hombres sobresalieron. Por un lado, Prepelic, que estaba desastroso (cero puntos) hasta el inicio del último cuarto. Pero una vez ahí empezó a encestar desde todos los lados, nublando las defensas turcas y sembrando muchas dudas. 13 puntos, todos en el momento de la verdad, para el esloveno. Pero lo de Van Rossom fue otra cosa. Manejó la segunda parte a su antojo, bien desde el puesto de base bien desde el de escolta, y cerró el duelo con firmeza, metiendo los últimos ocho puntos taronjas (20 y 5 asistencias en el global), dejando en nada los desesperados intentos del Fenerbahçe en lograr vencer al último equipo español que tenía enfrente de una tacada. 0-4 contra los españoles. El Fener es un equipo en construcción. Con grandes individualidades como Pierre, Brown o Ali, pero con la falta de un líder, sobre todo hoy que Nando de Colo se quedó en la grada por problemas físicos.
Tras recibir algunos obsequios tras regresar a casa, a Kalinic se le acabaron las bromas. Empezó asumiendo responsabilidades en ataque y defensa. Un triple suyo puso la primera ventaja del Valencia (8-11). Fenerbahçe atacaba las esquinas, una vez más. Dos triples desde el lateral encajó el Valencia en el primer acto.
El segundo cuarto comenzó con un mate estratosférico de Derrick Williams que fue un aviso de lo que llegaría después. El norteamericano también quiso demostrar cosas en su regreso a Estambul. Un triple y una canasta de brega trufados con un fallo defensivo ante Pierre ponían saldo positivo a su actuación. El 30-28 (min. 15) le daba cierta chance a los taronjas. Pero en ese momento, el Fener ya había subido un punto el nivel físico. El Valencia se vio impotente de seguir el ritmo. Tres ataques seguidos sumando de tres en tres lanzaron a los locales. Van Rossom detuvo la hemorragia con un 2+1 pero Jan Vesely, con un rebote ofensivo (6 para los turcos en los primeros 20 minutos) más mate culminó el primer tiempo con la máxima ventaja otomana en todo el partido (43-33).
Del vestuario salió otro Valencia. Le dio un par de vueltas en la intensidad defensiva y provocó un cortocircuito en el conjunto otomano tal que, en tres minutos, enjuagó la amplia ventaja que el Fener se había llevado al descanso. Un triple de Vives devolvió la ventaja al Valencia (48-50, min. 25) después de mucho tiempo para culminar un 5-17 de parcial. Por unos minutos, los de Ponsarnau volvieron a lucir un extraordinario juego coral que tanto gusta en La Fonteta. Pradilla, Vives, Tobey, San Emeterio... Todos anotaban (58-59, min. 28). Sin embargo, un minuto y medio aciago le costó dos triples en contra de Barthel y Eddie, este último sobre la bocina, que restaron brillo al tercer cuarto taronja (64-59).
Una canasta fácil de Westermann de entrada dejaba la reacción del Valencia en agua de borrajas (66-59)... O no. En ese momento se desató un ciclón taronja en Estambul comandado por Prepelic que llevaba cero puntos hasta ese momento. 13 de una tacada (tres triples seguidos incluidos) se marcó el esloveno que le daban la vuelta al electrónico. Con la ayuda de Dubljevic en la pintura, el duelo se fue al 79-82, quedando poco menos dos minutos para el final. Fue el momento Van Rossom. El belga aglutinó todos los ataques y los puntos de su equipo. Cada ataque pasaba por sus manos y eran dos puntos. Una entrada y una suspensión ponían el 81-86, a falta de 50 segundos. Brown anotó quedando 21" pero Van Rossom ya no les iba a dejarse acercarse más. Desde el tiro libre ajustició al Fenerbahçe.