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EUROLIGA | 9ª JORNADA

Deck emerge ante el Maccabi al rebufo de Campazzo

El base argentino, a un paso de irse a la NBA, dio 12 asistencias y el alero despertó como lo había hecho Randolph. Tavares, 18 de valoración; Zizic, 17.

Gabriel Deck, del Real Madrid, frente a Sandy Cohen, del Maccabi Tel Aviv.
Gabriel Deck, del Real Madrid, frente a Sandy Cohen, del Maccabi Tel Aviv.JAVIER GANDULDIARIO AS

Cuatro triunfos seguidos en la Euroliga y nueve, si añadimos la ACB, es cosa seria. El Madrid ha logrado sujetar los mandos de la nave y tirar hacia arriba con fuerza para salvar las primeras cumbres como en las películas. Prueba superada y ya anda de lleno en zona de playoff, a la espera de Campazzo y de la NBA, de que muevan ficha para saber si al base le queda un partido, el viernes ante el Fenerbahçe, y no más. El Facu lució en la batalla más repetida de la historia de la Copa de Europa, hasta 61 veces, con balance de 38-23 favorable a los blancos. Brilló como él sabe, ejerciendo de aglutinador del colectivo (12 asistencias), y agarrado a sus faldas emergió Deck: 16 puntos, 6 rebotes y 2 recuperaciones.

El salto inicial nos regaló la imagen más visual del esperado pulso Tavares-Zizic, que luego fue otra cosa. El caboverdiano, a lo suyo, en labor de grupo y el croata, más reivindicativo, barriendo muchos rechaces en ataque y encontrando el hueco para no parar de sumar. Muy rápido y hábil cara al aro; en defensa, no tanto. Alcanzó los 10 puntos y los 7 rebotes en sus primeros 14 minutos en pista. Una manera de dejar su tarjeta de visita por si en el futuro… ya saben, puede ser compañero de Edy.

Tacita a tacita, el Real va dando sorbos que le hacen sentirse mejor (siempre que no piense en el adiós de Campazzo, claro). Esta vez lo bordó de salida, en un primer cuarto magnífico con el balón en la mano, en el que se sintió muy cómodo, como en sus mejores noches. En el debe del Maccabi, la defensa que no llega. La sombra del curso pasado es alargada y le persigue. Se habla incluso del posible regreso de Quincy Acy. Y con agujeros atrás, el resto tampoco fluye. No es casual su desplome en la clasificación.

Los blancos arrancaron con 6 triples (de 9 intentos), 9 asistencias y 36 de valoración en el primer acto (29-18). Una brecha que nunca se cerró, una ventaja que se mantuvo con las primeras rotaciones, con Alocén al mando y luego con Garuba de cinco, que empleaba sus armas frente a Zizic, la de la velocidad de manos para incordiarle y tratar de sacarle el balón en el bote.

Deck, a lo Randolph

Y cuando el Madrid vuela rasante, miren al Facu. Sus pases activaron a Deck, que despertó del letargo en la pandemia. El alero ayudó a generar espacios desde el poste e hizo daño en penetración, también castigó después de cortar con criterio y de recibir pases bien dibujados. Buen trabajo atrás. El Deck que conocíamos. Ha vuelto como lo había hecho Randolph, de nuevo muy metido. Igual que Llull, centrado en retaguardia frente a Wilbekin, Dorsey… y efectivo en la media distancia y encarando la canasta. Rudy, por su parte, dejó otra vez acciones de élite en defensa mientras lidiaba con varios golpes y sus achaques.

¿Y Tavares? Seguía a lo suyo. Al final 10+8+2 tapones, el segundo salvaje a Wilbekin a tablero, que por el efecto de la intimidación acentuó la cojera del base-escolta con pasaporte turco. El de Maio acabó con 18 de valoración, uno más que Zizic, que se frenó quizá para no dejar en evidencia a los suyos. Uno de los nuevos, el base Chris Jones, fue el más regular y Wilbekin dio arreones estériles (dos triples y una canasta seguidas en el comienzo de la segunda parte). El Madrid pareció tenerlo todo bajo control, incluso pese a ir de más a menos en la anotación (2 de 17 en triples en los tres últimos periodos), aunque con un repunte final en defensa: 75-56. De vuelta a la zona noble de la Euroliga antes de la marcha de Campazzo.