Once puntos seguidos, una asistencia a Rojas y un triple. Todo ello en cinco minutos y medio. Esa es la secuencia apadrinada por Frankamp tras el descanso que llevó al Murcia a ganar a un Bilbao Basket cada vez más hundido en la clasificación y sin respuestas. A este equipo se le está poniendo cara de LEB Oro, como aquel casi pariente de hace tres años que se despidió de la categoría. Y en esta ocasión no tiene el abrigo de sus diez mil almas, está desnudo. Le llega un soplido y recuerda lo poquita cosa que es. Parece que queda en la prehistoria su único triunfo del año, ante el Obradoiro, a comienzos de octubre. La guerra de pizarras entre Mumbrú y Sito Alonso, dos cachorros de Aíto y la escuela Joventut, fue para el segundo, que en la previa lanzó en una entrevista en 'El Correo' que el Bilbao Basket “es un superequipo”. Una broma de mal gusto por mucho que se trate de una coraza para alertar a sus muchachos para que no se confíen.

El pecado del RETAbet en estos tiempos de penuria eran sus bajas pulsaciones en el primer cuarto, lo que le obligaba a ir a remolque 30 minutos y quedarse ahogado en la orilla del final. Esta vez lo tenía claro y arregló ese desperfecto en su destartalada carrocería. Lo más preocupante es que no le sirvió para nada. Le pasó justo lo contrario que otras veces: fue de más a menos y se quedó con cara de honda preocupación. Igual era mejor su antigua versión, al menos para irte a casa con cierto buen sabor de boca. El Murcia llegaba herido tras amargas caídas ante el Granca y, entre semana, en Burgos y con el grito en el cielo por el arbitraje. Mumbrú quiso poner su acento de inicio y ordenó una zona en el primer ataque rival; ya no lo repitió. Al fin había mucho ritmo y tensión defensiva de saque: 17-6. La primera canasta universitaria fue a los cinco minutos de juego. El 2 de 15 en tiros les hacía caminar preocupados. DiLeo anotó de lejos en el último segundo del cuarto para capear un poco el temporal.

Las pérdidas impedían al Bilbao Basket despegarse más en el marcador. Fueron su condena: 19 en total. Un pésimo comienzo en el segundo acto (0-8) estrechó la diferencia hasta un corto 17-14. Balvin no le cogía el punto a la noche y anotó su primera canasta a los 17 minutos. Al final pudo salvarse de la quema. El Murcia iba en crecida. Sito se guardó sus armas de destrucción para sacarlas desde el banquillo: Bellas y Cate. Se pusieron por delante a falta de 2:01 para el descanso, con un palmeo de Rojas: 27-28. El rebote ofensivo era el mejor amigo del cuadro visitante. Huskic debutó y ofreció interesantes apuntes. Casi siempre cobra algo y genera mucho más juego que Jones, que fue el descartado y actuó un Moses que apenas asomó nada positivo.

Kulboka, que no acaba de salir del largo túnel y ahora se dedica a rebotear aunque aquí hacen falta sus tiros, cometió una antideportiva y el castillo seguía desmoronándose. Hakanson trató de dirigir más que de anotar, pero eso no es lo suyo y ahora mismo es un alma en pena. No dio ni una a derechas. ¡Que vuelva Schreiner! Y Brown desordenó el ataque, estuvo aceleradísimo y tomó decisiones horrendas. Todos ellos son parte del alma ofensiva de un grupo sin muchos puntos y si se anulan por sí mismos es imposible llegar a ningún lado. Al menos, Zyskowski aportó algo en ese aspecto en su regreso a la Liga. Frankamp, ese jugador con aspecto de actor en películas ochenteras de universitarios rumbosos, llevaba dos puntos al descanso. Después se desató y derritió el partido. Pelea con Trimble con serios argumentos para ser el máximo anotador de esta temporada. Genera muchísimas opciones desde el bote y el bloqueo directo. El UCAM subió la intensidad defensiva y se encontró con un coladero. Davis tomó las riendas cuando Frankamp se tomó un respiro. El último cuarto fue casi un paseo murciano, una exhibición plena de confianza.

El peor Bilbao Basket de la historia en ACB por números (1-8), y el más débil de mente ya tiene otro golpe para ir cayendo a la lona. Este camino a la LEB ya se lo sabe. Ahora que por ley le van a quitar de la camiseta el nombre del patrocinador, la casa de apuestas RETAbet, podría poner la palabra 'Impotencia', que es lo que mejor le define. Primera prueba de fuego para el Mumbrú entrenador en estos tres años: gestionar una crisis deportiva. El sábado, cita ante el Betis. El drama se asoma por el sur.