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EUROLIGA | REAL MADRID - KHIMKI MOSCÚ (21:00, DAZN)

El Madrid va a por la primera ante un Khimki en plena odisea

Laso cuenta con toda su plantilla por primera vez en semanas, pero podría dar descansos. Los blancos van 0-2. El equipo ruso tiene cinco positivos y tres lesionados de peso.

El Khimki jugó con solo siete jugadores el sábado ante el Zalgiris. Dos para cambios en el banquillo más el lesionado Dairis Bertans, inscrito en el acta pero que no saltó a la pista.
BK Jimki

La clara victoria de este martes del Anadolu Efes en la pista del Alba Berlín (72-93 con 23 puntos de Tibor Pleiss) permite al equipo turco estrenarse esta temporada y manda al último puesto a los de Aíto, que sacan de ahí al Real Madrid, que ahora es penúltimo. Los blancos nunca habían empezado la Euroliga con un 0-2 en el casillero y buscarán este miércoles ante un mermadísimo Khimki su primer triunfo. Los de Moscú tampoco han ganado aún (sigue el partido en directo en AS.com).

Laso ha comenzado la semana con toda su plantilla disponible, los 16 jugadores más Tristan Vukcevic, que por el protocolo del coronavirus que se impone el club solo trabaja con el primer equipo aunque no esté inscrito en la Euroliga. Vuelven Taylor y Reyes tras superar una lesión muscular y un esguince de tobillo, respectivamente, y se supone que Randolph también ha mejorado de sus molestias, así que el técnico tendrá que hacer cuatro descartes. Hacía casi un mes que eso no pasaba y podría optar por dar descanso a alguno de los pesos pesados en vista de los apuros del rival y de que esta semana es la primera con una doble jornada europea. El viernes espera en Milán el Armani de Messina, Sergio Rodríguez, Delaney, Hines… "Queremos seguir en una línea de crecimiento, como ante el Gran Canaria, y reducir los errores, rebotear bien y tener acierto", explica Laso.

El Khimki ha llegado a Madrid en cuadro, con siete jugadores del primer equipo, más Dairis Bertans tocado y tres jóvenes de entre 20 y 21 años (Odinokov, Sharapov y Evstigneev). En total, solo diez jugadores en la convocatoria. El motivo es que acumula cinco bajas por el coronavirus y tres por lesión. Su partido de la pasada semana ante el Zalgiris se retrasó al sábado. Cayó ante los lituanos por 70-82 en su pista, el Arena Mytishchi, delante de 627 seguidores moscovitas. Rimas Kurtinaitis tuvo a cinco jugadores en pista, los que más actuaron fueron Zaitsev, Karasev, Monia, Jerebko y Devin Booker, más dos reservas, Vialtsev y Odinokov, que acumularon 25 y 18, respectivamente. Bertans fue inscrito, pero no se quitó el chándal.

Los cinco ausentes por dar positivo, aunque ninguno nuevo desde el viernes, lo que quizá tranquilice al Madrid, son Jordan Mickey, Timma, Voronov (los primeros en contagiarse y aislados desde el 4 de octubre) y luego Greg Monroe y Barashkov (desde el viernes 9). Y las tres bajas por lesión son de enorme calado y afectan a la dirección y creación de juego: Shved, Stefan Jovic y Errick McCollum. Un drama para el Khimki y una obligación para el Madrid: ganar.

El coronavirus acorrala a la Euroliga

El coronavirus acorrala a la Euroliga, que tiene el calendario más exigente y que no lo ha modificado. Hay partidos todas las semanas y en siete, como en la actual, doble jornada. Lo que dificulta los aplazamientos. De ahí que aprobara unas regulaciones especiales por las que si un equipo no podía presentar ocho jugadores debido a la COVID-19, el partido se le daba por perdido 20-0. Una norma dura, pero aceptada de antemano por los clubes. Y en esa situación se encuentra el Zenit, con 13 positivos (incluidos ocho jugadores y Xavi Pascual). El equipo ruso se ha quedado en San Petersburgo, cuando debía medirse ayer con el Baskonia y mañana con el Valencia. El juez disciplinario de la Euroliga, que ya decretó el pasado viernes una derrota por 20-0 del Olimpia Liubliana en la Eurocup, ha dictaminado este miércoles lo mismo para el Zenit en los dos compromisos que debía afrontar en España. Duelos perdidos y un 0-40 acumulado en el average general.

En un escenario similar anda el Asvel Villeurbanne, que tenía que jugar anoche con el Panathinaikos y el duelo se suspendió un par de horas antes del inicio. El club francés anunció por la mañana cuatro nuevos casos (dos jugadores) que se añadían a los siete previos y manifestó su deseo de aislarse, aunque con un par de canteranos podía formar una plantilla de ocho y jugar. Por la tarde dos nuevos jugadores mostraron síntomas y se suspendió el choque. El juez disciplinario aún no fallado respecto al Asvel.

En la Eurocup, el Unicaja, tras comunicar ayer un positivo, recibe hoy al Buducnost (20:45). Habrá partido porque las pruebas de respaldo no revelaron más contagios.

El problema subyace en el protocolo. El de la ACB es más estricto y, por lo tanto, más eficaz que el europeo o el de países como Francia y Rusia. En España, si un integrante del equipo da positivo en los tres días anteriores al partido, todos dejan de tener contacto entre sí hasta una nueva prueba. Si no hay más contagios, se juega. En la Euroliga, se vuelve a realizar igualmente un nuevo test, sin embargo, solo se aísla al positivo y el resto puede seguir ejercitándose, lo que amplía el riesgo. Así pasó en el Zenit o en el Villeurbanne, que el domingo llegó a retirar de la pista a Norris Cole ante el Cholet a los pocos segundos. Habían conocido su positivo antes del inicio y, como lo incluyeron de titular, no pudieron modificarlo en el acto y solo dejó el campo tras el primer parón, a los 40 segundos. El partido finalizó. Algo surrealista y que quizá suponga una denuncia para el club y para la liga francesa.

Además, la Euroliga acepta que se juegue con una plantilla de ocho, aunque haya cinco positivos, que son los que tiene el Khimki, rival hoy del Madrid. En España, tres positivos se consideran un brote y obligan a la suspensión. Y queda recordar que en las dobles jornadas continentales los resultados de los test PCR sirven para los dos encuentros, a pesar de que hay un viaje de por medio.

Más allá de victorias y derrotas, de caer 20-0 o de que un equipo no tenga a su estrella, como ayer el Barça con Mirotic, la salud anda en juego. Urge una modificación del protocolo.