El escolta estadounidense del Barça Kyle Kuric (31 años y 1,93 metros) fue sometido ayer en el centro médico Teknon de Barcelona a una revisión de la placa craneal que resultó dañada después de un fuerte golpe en la cabeza en el primer entrenamiento del equipo azulgrana, el pasado 24 de agosto, en la concentración del equipo en Encamp (Andorra). 

El jugador sufrió un traumatismo craneoencefálico cerca de la zona donde le fue colocada dicha placa tras ser intervenido en noviembre de 2015 para extirparle un meningioma (tumor cerebral). 

Dicho tumor que se le detectó el 3 de noviembre de 2015 cuando jugaba en el Herbalife Gran Canaria. Ese día no disputó el encuentro de liga Endesa ante el Baskonia por unas fuertes migrañas. Las pruebas a las que se le sometieron en el centro médico Teknon de Barcelona revelaron que padecía un meningioma.

El 5 de noviembre era operado de urgencia en dicho centro para extirparle el tumor, que fue benigno. Poco después era sometido a una nueva operación para controlarle un edema cerebral y una posible hipertensión.

El 30 de noviembre era sometido a una tercera intervención quirúrgica para reconstruir la bóveda craneal y colocarle la placa que se dañó el pasado 24 de agosto.

Tras cinco meses de recuperación volvió a las pistas el 10 de abril de 2016 en el encuentro que el Herbalife Gran Canaria disputó ante el Valencia. Habían pasado 159 días desde el diagnóstico del tumor cerebral.

En julio de 2018 fichó por el Barça, procedente del Zenit de San Petersburgo y hace dos meses renovó su contrato hasta 2023. Se espera que pueda volver a las pistas dentro de un mes.