Rousselle-Balvin, portavoces del vestuario en el nuevo Bilbao
Por antigüedad correspondía la capitanía a Brown y Rigo, pero el base francés tiene personalidad para llevar el brazalete y mucho más. "Esta es una nueva etapa", asume.
El Bilbao Basket asume que la nueva normalidad se plantea como una vieja o desconocida anomalía. Nadie sabe ni por dónde le va a dar el aire. Y trata de acostumbrarse a ello. También a asumir que quedan lejos los años de 'la familia', de aquel grupo que escaló desde LEB-2 y que encontró heredero en el que bailaba tras cada gesta en La Casilla, ya en el marco de la ACB. Ahora son tiempos de prisas, de creerse que se añade erudición con aberraciones como 'roster' para denominar lo que ha sido toda la vida 'equipo'... y ni queda espacio para encariñarse con los chavales. Como con Sulejmanovic, al que todos los aficionados amaban en Bilbao y los dejó por otra.
Con Salgado, Banic y Mumbrú la capitanía del Bilbao Basket ha estado retenida con uñas y dientes y muy pocos han podido escapar a ese control, solo unos privilegiados han optado a ella, porque esa tripleta ha levantado acta casi de toda la historia de la entidad. Por antigüedad correspondía tal honor a Brown, el norteamericano con más huella en el Botxo, y Rigo, pero corre turno. En la nueva era, llegan dos portavoces extranjeros. Uno es Jonathan Rousselle, francés, sobrado de simpatía y personalidad. El listón dejado por Rafa Martínez está muy alto. Y el otro es Ondrej Balvin, tipo peculiar al que le gustan los retos. En el fondo, no nos equivoquemos, el jefe de todo esto es Álex Mumbrú, técnico por tercer año consecutivo y lleva 11 entre jugador y entrenador (añadirá al menos dos más).
"Jo ya demostró el año pasado que es capaz de asumir la responsabilidad de tener al equipo encima y creo que es un buen capitán para el equipo. Le ayudará Balvin en la cocapitanía. Es gente que conoce Bilbao, que ya estaba el año pasado, que ya están muy integrados y que pueden ayudar mucho a que los nuevos se integren lo antes posible", explica Mumbrú sobre los líderes del vestuario. Rousselle se mostró "muy orgulloso ser el nuevo capitán", algo que considera que "es un gran honor" pero que también le obliga a "estar a la altura de esta responsabilidad".
Balvin cree que su rol no cambia mucho con la cocapitanía, ya que "el año pasado muchas veces en el vestuario" ha "intentado hablar con los chicos". "Hablo inglés y español y por eso me es más fácil comunicar. Siempre intento hablar con mis compañeros, con los nuevos y con los ya asentados en el equipo para conocerlos", dijo el gigante checo, que este año estará acompañado por Dos Anjos como cincos y ve "un grupo bastante nuevo que se está todavía conociendo". "En los próximos días nos iremos conociendo mejor y veremos que hay buena química entre nosotros", avanzó. En lo personal espera "seguir mejorando" a pesar de haber sido uno de los jugadores más destacados de la pasada temporada. "Este año quiero seguir en la dinámica que estaba y espero que pueda mejorar porque hay mucho margen todavía", apuntó. Es un 2,17 que se junta en el equipo con un 2,18 de Dos Anjos, un dúo que puesto uno de encima del otro podrían olfatear la estratosfera.
Mumbrú no va a tener mucho tiempo en el trabajo semanal, ya que les espera la aventura de la Champions, por eso enfatiza en la importancia de hacer una buena pretemporada, toda ella en casita, casi casi confinados en Miribilla, y con amistosos no más allá de 300 kilómetros: "Tenemos que aprovecharla al máximo". En la primera sesión, llevada a cabo ayer por la tarde en su pista, ya se percataron los jugadores de la importancia de extremar las precauciones e intentar estar mucho en casa para evitar contagios y centrarse en entrenar". Mumbrú confesó que están deseando ver de nuevo a su gente y que echan en falta a la 'marea negra', como ocurrió en la 'burbuja' de Valencia. "Ahora todo se está complicando un poco con todos los contagios y no sabemos cuándo podrá vernos. Me encantaría que estuvieran todos en Miribilla vibrando con nosotros ya en el primer partido, pero hay que tener cautela. Tanto para ellos como para nosotros lo primero es la salud", añadió el técnico catalán, esperanzado con que, "dentro de un control y un protocolo, nos veamos lo antes posible en Miribilla".
Rousselle compartirá volante en la pista con Hakanson, que tiene bastante más experiencia que él en ACB. Ahora tratan de conocerse todos e intentar hacer un equipo, viven un tiempo para que "los nuevos se sientan bien en la ciudad y en el equipo y hacer las cosas poco a poco". También pidió el director de juego galo olvidar la temporada pasada, a pesar de lo buena que resultó para el Bilbao Basket, "porque esta es una nueva etapa y va a ser diferente".