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Los efectos psicológicos del coronavirus: "El miedo es real"

La ESPN ha publicado un artículo en el que avisa de las consecuencias psicológicas de la pandemia, además de comparar la situación con el VIH de Magic en 1991.

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El jugador de los Utah Jazz de la NBA Rudy Gobert, durante una comparecencia
JONATHAN DANIEL AFP

La NBA ha permitido a las franquicias reanudar sus entrenamientos. Lo ha hecho solo en los territorios que ya han flexibilizado las normas de confinamiento, pero la respuesta no ha sido unánime, bien porque hay equipos cuyas ciudades están todavía en una fase más restrictiva o bien por precaución. Solo tres entidades (Cleveland Cavaliers, Denver Nuggets y Portland Trail Blazers) han dado un paso adelante y las voces de jugadores dicen tener miedo a la hora de regresar a las pistas son cada vez más frecuentes dentro de una Liga que, por cierto, nadie sabe si va a ser reanudada.

Mientras se decide, la ESPN ha sacado un amplio artículo en el que advierte de una nueva consecuencia que puede tener la pandemia: el efecto psicológico en los jugadores. Muchos de ellos tienen un temor patológico a los gérmenes, algo más común de lo que pensamos en la sociedad, y es muy posible que la situación influya negativamente en muchos de los profesionales que se encuentran en la Liga. Mark Cuban, dueño de los Dallas Mavericks, ya ha dicho que no van a volver a los entrenamientos a corto plazo por falta de test, mientras que C.J McCollum ha dicho que hay preocupación "en todo el mundo".

La ESPN asegura que ha sido informada de varios jugadores que responden a la definición de germófobos (fobia a los gérmenes), aunque ninguno de ellos ha revelado su identidad al no sentirse cómodos. Eso sí, varias fuentes  han hablado del peligro que supone para muchos jugadores ver afectado su rendimiento por este temor, incluso si la NBA consigue crear un ambiente ideal para ellos. "Algunos jugadores se enfrentarán a un verdadero desafío", dice otra fuente. Se ha recordado también que es común que muchos profesionales estén en tratamiento psicológico, haciendo referencia a las palabras de Ron Artest (hoy Metta World Peace) tras las Finales de 2010, cuando confesó haber llegado hasta ahí gracias a su psicólogo.

"Me conozco y no quiero trabajar con los jugadores. Muchos de ellos son jóvenes y no saben que el peligro es real", afirmaba un árbitro, preocupado por las consecuencias que puede tener el estar en contacto con los baloncestistas durante una hipotética reanudación de la temporada. Una preocupación lícita si tenemos en cuenta que han muerto más de 250.000 personas en el mundo por la pandemia del coronavirus, 75.000 de ellas en Estados Unidos.

Comparación con Magic y el VIH

Algunos han querido comparar la actual situación con el positivo de Magic Johnson por VIH en 1991. En ese momento, el anuncio del base de los Lakers dio la vuelta al mundo y precipitó su retirada solo unos meses después de haber disputado las Finales en el que fue el primer título de Michael Jordan. "No te sigo que tengas riesgo, pero no puedes evitar pensarlo", dijo Karl Malone entonces sobre la posibilidad de compartir pista con Magic, algo que acabó haciendo en el All Star, para el que fue votado masivamente a pesar de no estar en activo, al igual que pasó con su selección para el Dream Team que ganó el oro en Barcelona.

Para Gary Vitti, eterno preparador físico de los Lakers retirado en 2016, mismo año que Kobe Bryant, la situación es parecida en cuanto al miedo al contagio, pero ve ciertas diferencias: "El VIH tiene una mortalidad mayor que el coronavirus, mientras éste tiene más posibilidades de contagio", por lo que para él "estás comparando naranjas con manzanas". "El miedo está ahí y es real, pero esta es una situación diferente", sentenciaba Vitty, afirmando que hay una "responsabilidad" por parte de la Liga para con el jugador.

Al final, es muy difícil saber qué efectos tendrá el coronavirus a nivel psicológico. Esta tarde habrá una reunión entre Adam Silver y los jugadores donde podremos descubrir más acerca del futuro de la franquicia, pero en caso de que se reanude, cada persona es un mundo. Así lo recordaba un directivo anónimo: "Es muy personal. Debes darte cuenta y ser sensible y reconocer que todos van a abordar esto de manera diferente y simplemente ser conscientes de eso y dar lo mejor de ti".