Carmelo Anthony apareció como invitado especial en un vídeo de Dwyane Wade con sus seguidores en Instagram y los dos, muy amigos, intercambiaron opiniones sobre sus carreras en la NBA, la ya terminada de Wade y la rejuvenecida de Anthony. 

RELACIONADO | Melo ha vuelto para quedarse

Uno de los temas que salió a colación fue el Draft de 2003, en el que ambos fueron escogidos junto a LeBron James en el que es considerado uno de los mejores de la historia. Fue su vía de entrada a la Liga. A Anthony le escogieron los Nuggets en la 3ª posición, siendo muy criticado que los Pistons se llevaran a Milicic en la 2ª plaza: 

"Todo ha merecido la pena. Tú a Miami y ahora es tu casa, LeBron a Cleveland y mira lo que hizo allí y yo a Denver, que también estuvo bien. No sé lo que sería de mí si me hubiera marchado a Detroit, sé que tendría dos o tres Anillos pero no sé lo que hubiera pasado después con mi carrera... ¿quién sabe?" 

También hablaron de su amistad, del famoso grupo que forma con los mencionados y Chris Paul y de cómo LeBron James le salvó de morir ahogado en medio del mar: 

"Estaba ya lejos del bote, había mucho viento y me veo en mitad del océano. Se me pasó de todo por la cabeza. Y de repente, miro otra vez al bote y veo a LeBron saltando como si fuera MacGyver. Me remolcó con una mano. ¡LeBron, me salvaste!" 

Por último, Anthony contó uno de sus encuentros en pista con Kobe Bryant:

"Entramos a la cancha y Kobe me empezó a hablar y a decir mierdecillas de este tipo: 'Te vamos a dejar por ahora, pero en el último cuarto te voy a defender yo. Así es como te vamos a parar'. Cuando eres joven y viene alguien así, piensas: '¿Qué coño me está diciendo este tipo?'. Así que el partido va pasando y llega el último cuarto. A él le dan todas las faltas y a mi favor no pitan nada. Y se me acerca y me dice: 'Te lo he dicho, te dije lo que iba a pasar'. Y seguía. Me golpea, me tira, yo también entré al juego... Y en aquel momento tenía mis trenzas, y no hay cosa más irrespetuosa que alguien tocándote las trenzas cuando las tienes. A alguien le pitaron una técnica y nos enzarzamos en medio de la pista. Y vino por detrás toqueteándome las trenzas y diciéndome: 'Tranquilízate, hermanito'. Y yo pensando: '¡Le voy a matar!'. Así que todo sigue, se termina el partido y viene hacia mí: 'Tío, tienes mi respeto'. Y yo le respondo: '¿Y qué? ¿Qué pasa, que ahora jugamos a ganarnos tu respeto? Yo lo que quiero es destrozarte'. Me dijo después: 'No, simplemente quería ver si ibas a durar. Y no te has echado para atrás, así que sí'. Ahí comprendí todo"