"Cuando Marbury me dijo que todo estaba bien, volví a China"
Pooh Jeter cuenta en The Undefeated sus últimas semanas: la suspensión de la CBA, su marcha a EE UU, su regreso hace unos días y su cuarentena actual.
Pooh Jeter, exjugador del Unicaja de Málaga, ViveMenorca, Joventut... y desde hace años en la Liga china (CBA), ha contado en The Undefeated su experiencia en las últimas semanas: el cierre de la Liga, su vuelta a Estados Unidos y su regreso a China, donde está ansioso por volver a jugar a principios de abril con los Fujian Sturgeons.
"Nuestro último partido fue el 21 de enero en Bayi. Nuestro equipo nos dio mascarillas y nos dijo que algo estaba ocurriendo. Al día siguiente volamos a Guangzhou para comenzar el Año Nuevo chino. Como teníamos cinco días de descanso, mi familia y yo nos fuimos a Bangkok y comenzamos a escuchar más cosas sobre el coronavirus. El entrenador nos citó el lunes, era viernes, para una reunión y nos dijo que estuviéramos todos de vuelta la noche del domingo", recuerda Jeter. "Cuando regresé a China, la cuarentena estaba a punto de comenzar. Todo estaba cerrado. Era una ciudad fantasma. No había nadie en las calles... Mi entrenador asistente y yo salimos a por comida, pero no había nada abierto. Le dije a mi mujer que era hora de irse".
En la reunión que tuvo al día siguiente, el club le aconsejó a los extranjeros que se volvieran a sus países de origen. Le consiguieron un vuelo a Los Ángeles, vía Jiangsu, para el 28 de enero. "El vuelo estaba lleno y me dijeron que no había asientos en primera clase. Dije que me subiría a ese avión fuese como fuese".
El base, que jugó en Sacramento Kings, comenzó a concienciar a otros jugadores cuando llegó a EE UU. "Le escribí un mensaje a Chris Paul que decía 'Hermano, esto se va a poner serio'. Algunos me preguntaban por qué había vuelto a casa tan pronto y yo se lo contaba todo, que cerraron la CBA por coronavirus y que no sabía cuándo volvería a jugar. El problema es que muchos no han entendido lo que pasaba hasta que el coronavirus llegó a EE UU. Y ahora que nos golpea es como 'Ah, ya sé de lo que hablabas".
Jeter mantuvo el contacto con sus compañeros de equipo durante el aislamiento y las noticias mejoraron con el paso del tiempo. "Algunas personas me han dicho que ni se me ocurriera volver a China, pero tenía que hacerlo porque lo habíamos dejado todo allí. Me lo estuve pensando hasta que hablé con Steph Marbury y me dijo que él estaba allí. Él sabe bien cómo están las cosas, porque lleva años en la Liga y tiene contactos en el gobierno. Y me dijo que todo estaba bien".
Hace unos días abandonó una ciudad fantasma (Los Ángeles) en un vuelo lleno camino a Taiwán. "Pensé que tal vez la gente estaba tratando de salir de Los Ángeles para alejarse de todo. Pero en mi escala viví otra película. La gente iba con trajes protectores y había una fila larguísima para completar mucho papeleo. Te ponían una pegatina en el pasaporte verde, amarilla o roja, aunque no vi a nadie con esta última. La verdes significa que eres bueno y la amarilla bastante bueno. Tengo un sello amarillo en mi pasaporte. Me tomaron la temperatura antes de subir a mi vuelo a Shangái y cuando llegué cogí un taxi forrado de plástico".
Jeter llegó a China pero, por precaución, debe pasar una cuarentena de 14 días. "No puedo salir de mi habitación para nada. Me toman la temperatura dos veces al día y me traen comida. Tengo que ventilar la habitación cada dos horas... Estoy hablando mucho por FaceTime con la gente. Y pensando mucho. ¡Es de locos! Porque llevo ocho años en China, pero todo este tiempo he vivido en cuarentena porque me paso el día en el hotel, voy al entrenamiento y como mucho a comer a algún lado. No hago nada más".
El base espera que se reanude la competición, aunque cree que acabarán la temporada sin público. "Solo espero que todo salga bien. Vamos a jugar entre Guangdong y Qingdao. Nos quedan 16 partidos y disputaremos cuatro por semana, así que acabará pronto. Pero va a ser genial volver a sentirme jugador".
Jeter pide que China sea un ejemplo para todos. "Han estado un mes encerrados en sus casas y en el resto del mundo podría pasar lo mismo. Hay que prestar atención a lo que han hecho para superar esta crisis. He cerrado mi tienda de ropa y calzado en Lawndale y mi padre, que se encargaba de ella y tiene 60 años, está encerrado en casa. La gente debe cuidarse y reflexionar sobre todo esto. Con suerte, las buenas noticias llegarán pronto".